¿A quién no le gusta encontrar algo que no sean facturas en el buzón? Hace tiempo A. me preguntó que porqué nunca había nada en el buzón para ella. Como respuesta, le hice reflexionar, y pensar que para recibir una carta, primero tienes que escribir tu una.
Desde entonces, tenemos una bonita tradición de verano: enviar postales desde nuestro destino de vacaciones.
Y da mucho juego, primero porque hay que pensar a quién escribir. Piensa en alguien que sepas que va a responder. Y si no encuentras a nadie, envíate una postal a ti mismo. Yo cuando pienso en correspondencia recuerdo una lectura que fue una de mis favoritas: Querida abuela, tu Susi. En ella Susi le escribe a su abuela el día a día de sus vacaciones en Grecia. Una joya de lectura de verano para primeros lectores.
También hay que pensar qué o cómo escribir. Es necesario adecuar el mensaje y como plasmarlo a la edad y los aprendizajes de cada niño. Si es muy pequeño, prueba a pedirle que haga un dibujo con algo que le haya gustado.
Llevar en la maleta una libreta y unos colores es una excelente manera de llevar un diario de viaje y de rellenar las esperas (entradas en los museos, transporte público, restaurantes) sin recurrir a la pantalla del teléfono.
Recuerda también que primero aprenden a escribir en mayúsculas y sólo a partir de los 5 empiezan con la letra caligráfica. Pide a los primos, sobrinos, vecinos a los que envíen la postal que no respondan usando letra de imprenta. No hay nada mejor para que muestren interés por la lectoescritura que una postal que puedan leer y releer mil veces sin ayuda. Y nada más frustrante que no poder tu sólo tu postal.
Otra excelente idea es intentar escribir un mensaje sencillo en la lengua del país que estéis visitando. “Je suis parisienne” ,“la vita é bella”. Escribir la postal en inglés, por ejemplo, puede ser una excelente manera de repasar el idioma. Recuerdo que cuando era pequeña, para practicar inglés, me escribía con una niña de Ohio, que vivía en una granja y llevaba una vida muy diferente de la mía.
Los penpals, amigos por correspondencia, permiten practicar idiomas con facilidad y aprender a narrar, describir, novelar. Aprender sin darse cuenta.
Para estos niños que empiezan a aprender un segundo o tercer idioma, os lanzo otra recomendación de lectura veraniega, Intercambio con un inglés.
No sé vosotros, pero yo, además de enviar postales de mis vacaciones, también me escribía durante el curso con mis amigos del pueblo, con los de las vacaciones. Aún debe haber una caja con todas esas cartas. Y, cómo toda preadolescente que se precie, decoraba las cartas con dibujos, calcos, pegatinas, etc.
El scrapbooking es un complemento ideal del snailmail, y dejará que saquen su lado más creativo y practiquen también sus habilidades plásticas.
En esta era tecnológica, de redes sociales, de resultados inmediatos, retomar el modo lento de hacer las cosas, es a veces indispensable. ¿Cuántos de vosotros no habéis usado jamás el buzón de la esquina junto a la panadería? ¿Cuántos niños no saben qué es y para qué sirve un sello? Escribir en papel, pensar y reflexionar un tiempo el mensaje, buscar la postal adecuada, decorarla, comprar el sello, visitar correos, etc, es apreciar y disfrutar el proceso en vez del resultado.
¿Aún no sabéis a quién escribir una postal de verano? Nosotras encantadas de que nos inundéis el buzón con postales y dibujos de los destinos #childfriendly de vuestro #veranomammaproof.