Salud y BienestarCómo nutrir el vínculo en la Familia Adoptiva

Para poder disfrutar de nuestros descuentos y promociones, debes ser usuario registrado.

¡QUIERO REGISTRARME!
Dra. Ana Barbero Sans
 

 Ser mamá o papá por adopción puede vivirse como algo muy exigente. Sabes que tu función es muy importante, te han hablado mucho del famoso Apego Seguro, pero la realidad es que en muchos momentos te sientes desbordado/a, incluso culpable, no suficiente. Quizá te ayude el ver el Apego Seguro no tanto como meta, un ideal de ma/paternidad perfecta, sino más como un valor, un camino, un faro que guíe tus decisiones, tu mirada.    

En este artículo te contaré un poquito cómo, desde mi experiencia como mamá adoptiva y profesional de la adopción, puedes fluir más en tu día como mamá/papá, disminuir los conflictos en casa y nutrir la relación que tanto tú como tu hijo os merecéis.   

Para qué es importante la relación con tu hijo/a ¿todas las formas de amar funcionan?

Lo cierto es que lo que experimentamos en nuestras primeras relaciones tiene una influencia altísima en cómo nos vemos, cómo percibimos el mundo y cuán seguros nos sentimos. Impacta en el desarrollo de nuestro cerebro, de nuestras capacidades de calma, atención… 

Los niños que han sufrido experiencias adversas con sus cuidadores, que no han sido bien tratados, en palabras de G. Barudy, por lo general no han interiorizado esa seguridad que es fruto del cuidado amoroso de un adulto consistente.

Como madres y padres adoptivos nuestra función es ayudarles a experimentar más seguridad, desde la cual poder reparar, al menos en parte, el daño que estas vivencias tempranas les han causado. Tan sencillo, y tan difícil a la vez. 

Tips para nutrir un apego seguro

Espero que estos tips te ayuden a nutrir ese apego seguro, tenga la edad que tenga tu hijo/a:

  1. Conocer para comprender. Seguramente te habrá pasado, por ejemplo en la consulta de algún profesional, sea un médico o un fontanero, experimentar confianza al ver que el otro/otra se entera de lo que está hablando, domina el tema. Pues algo parecido necesitan los niños, en general: sentir que les entendemos, o como mínimo lo intentamos. En el caso de la adopción es frecuentísimo consultar por determinadas conductas de los niños: reto, rabietas, problemas de comportamiento… que son la punta de un iceberg en el que debajo están sus altos niveles de inseguridad, su vivencia de amenaza… como mamá o papá no des por sentado, pregúntante siempre qué buenas razones puede tener tu hijo/a para hacer lo que está haciendo… Cómo van a confiar en nosotros si de entrada les juzgamos o ponemos etiquetas, si no les ayudamos a comprenderse a ellos mismos.
  2. Espejo y sostén. Winnicott, un famoso pediatra psicoanalista, expresaba cómo los niños necesitan que seamos espejo de sus emociones, que lean en nuestra mirada lo que les pasa, y que lo sostengamos. Necesitan un adulto más fuerte y más sabio que pueda sostener lo que les pasa, y darles una esperanza. Para poder hacer eso como mamá o papá has de haber experimentado que tus emociones eran importantes para tu mamá/papá, que no minimizaban ni se desbordaban con ellas. Como imaginarás, eso no era nada frecuente hace unos años. Así que este punto es, creo, el más difícil. Poder de verdad permitir que nuestros niños se sientan mal: enfadados, tristes, etc sin angustiarnos ni minimizarlo. Y lo siento, esto realmente no se soluciona con un tip, sino a veces, si de verdad sientes que este punto te cuesta  mucho, buscando ayuda en terapia. 
  3. Aceptar. muchas veces trasladamos nuestra exigencia con nosotros a nuestros niños. Pidiéndoles que rindan más en la escuela, que se comporten mejor o, simplemente, que sean felices. Y lo cierto es que cuando una persona ha experimentado lo que ellos siempre queda un poso, más o menos grande, de vacío, angustia, tristeza. Yo lo llamo ser triste-feliz. Sentir esa exigencia les angustia, y potencia su sensación de inseguridad, de no ser suficiente, de no cumplir nuestras expectativas. Así que, más importante que reparar, pienso, es permitirles ser. Tal cual. Y acompañarles dede ahí. Ofreciéndoles nuestro apoyo y recursos, pero sin ahogar su esencia.
  4. Nuestros niños necesitan nuestra calma, nuestro cuerpo, nuestro cerebro regulado. Necesitan que se los prestemos para que, a base experimentar la calma a través nuestro, puedan construir en su propio cerebro esos circuitos neuronales, a los que no tuvieron acceso cuando fueron un bebé. ¿Cómo vas con eso? Porque a mí me costó un montón, y me cuesta, no gatillarme en algunos momentos, no saltar, no angustiarme… Todo lo que puedas aprender, trabajarte, cuidarte, en ese sentido, va a repercutir en una mayor calma y capacidad de autoregulación en tu hijo/a. 
  5. Nuestros hijos necesitan un entorno estructurado en el hogar. Los andamios para este entorno estructurado son unas rutinas claras, temporizadores, horario, calendarios… todo lo que le ayude a tener más claro lo que sí pueda controlar de su día a día, para que así pueda sostener los cambios, la incertidumbre y lo imprevisto.
  6. Refuerza con un entorno escolar adecuado. Es muy importante conocer de verdad cómo funciona el cerebro de tu hijo, si hay dificultades en el cole realizar una valoración cognitiva integral justa, y luchar por las adaptaciones que necesite a nivel escolar. Y por tu parte ayudarle a organizar sus tareas, fracciónalas, etc. hasta que madure y pueda hacerlo por sí mismo. Y asegúrate de que no hace todos los deberes del tirón, sino que tenga pequeñas pausas. 
  7. Disfruta, pásatelo bien con él/ella. Os lo merecéis, y eso les hace sentir disfrutables, ayuda mucho a su autoestima y visión de sí mismos.
  8. Presencia. Tan fácil y tan difícil, en un mundo en que la conciliación familiar tiene tanto por recorrer. Pero ellos lo necesitan. Haz lo que puedas, ya lo sabes.

Pero siempre, siempre desde la…. Compasión y Autocompasión

En mi vida hay un antes y un después en varios aspectos, uno de los más importantes mi espacio de terapia personal, donde puedo construir y darme aquello que mis padres no recibieron y no pudieron darme, y haber conocido la Compasión y la Autocompasión, ésta de la mano de Mireia Hurtado.

Sería esa capacidad de tratarte  y tratar a los demás con amabilidad, buscando aliviar tu sufrimiento y el suyo, con la fuerza para realizar las acciones necesarias. Cuando nos ponemos en el lugar de nuestro hijo (empatía) podemos caer en victimizarlo o culpabilizarnos. Sin embargo, desde la compasión, estás en tu lugar, desde el que  te ofreces al otro sin invadirle ni hacer tuyo lo suyo. ¿Me explico? Un ejemplo práctico es: en el momento en que tu hijo esté en plena rabieta, primero escúchate, incluso si se despierta tu parte crítica y machacante, y si puedes reconoce con respeto y amor cómo te sientes, y date un besito, una caricia, una palabra de consuelo, antes de actuar con respecto a tu hijo. 

Espero que mis palabras te hayan alumbrado un poquito en tu camino o, al menos, interpelado. Y si necesitas que te acompañe en tu camino, o estás un poco perdido/a en la crianza de tu hijo/a, me encantará que cuentes conmigo. 

Categories: Colaboraciones,Salud y Bienestar

Tags:

¡Comenta!

Tú email nunca será publicado.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

20 + 17 =

Ver Política de Moderación de comentarios

Iniciar Sesión


¿Perdiste tu contraseña?

¿Quieres recibir nuestra agenda amarilla y nuestras crónicas en tu email? !Únete!
Súscribete a nuestra newsletter

Cerrar

Regístrate

Hazte usuario de Mammaproof y disfruta de nuestra comunidad, las promociones, y muchas más ventajas.

Cerrar

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies