Sant Boi de Llobregat es un municipio que se encuentra a un paso de Barcelona y al que nos fuimos a descubrir su reconocida Fira de la Puríssima.
Con esta ya son 72 las ediciones de esta feria tradicional y popular (una de las más antiguas y más visitadas de Catalunya) que reúne a todos los vecinos de la zona a lo largo del puente de la Puríssima.
La Fira de la Puríssima de Sant Boi de Llobregat es un evento urbano que cruza la localidad por lo que es una buena propuesta para conocer sus calles y sus gentes.
La feria reúne a gente de todo tipo pero es especialmente recomendable para las familias.
Su programa recoge un buen montón de actividades de todo tipo que se distribuyen en los diferentes espacios familiares como son la Carpa Fresca, el Espacio de Movilidad Sostenible, el Espacio Familiar, la Granja y en los Jardines de Can Torrents.
La feria es muy extensa por lo que os recomiendo que organicéis la visita para pasar toda la jornada en Sant Boi, sin prisas, con la simple urgencia de disfrutar del ambiente. Se agradece el esfuerzo que desde el ayuntamiento han hecho para desarrollar un conjunto de actividades y de talleres infantiles que diviertan a los minis a la vez que les motivan a profundizar en temas como la sostenibilidad, el trato a los animales, la alimentación saludable o la inclusión.
El taller que más gustó a mis hijos fue sin duda el Taller de Granja en el que los niños y las niñas visitan (en grupos reducidos) diferentes animales (conejos, gallinas, vacas, ponis…) con una educadora que les va explicando de forma amena cómo viven, qué comen y cómo se relacionan. Eddy y Jacques estaban entusiasmados y orgullosos con el diploma que les regalaron al concluir la actividad.
Otra de las actividades estrella fue el circuito agility organizado por el Club de Agility del Llobregat que une el deporte con el amor por las mascotas. Mis hijos quedaron fascinados con las proezas que son capaces de hacer los perritos que participaron. Muy cerca de allí se organizaba un taller donde los minis aprendían a cuidar de sus perros, dándoles tips sobre cómo actuar en la calle y cuidarles.
Algunas de las otras actividades especialmente diseñadas para los más pequeños eran el circuito infantil de monociclos y karts eléctricos o el circuito de educación viária impartido por la Policía Municipal. Todo ello con música, pasacalles y bailes tradicionales que se iban sucediendo a lo largo del recorrido.
Con tantos talleres y visita a las paradas de la calle (¡hay más de 300!) nos entró el hambre. Hay diferentes food trucks de lo más apetecibles pero nosotros fuimos a comer al restaurante Cal Vitus donde nos trataron estupendamente y comimos rico (gastronomía tradicional catalana).
Lo cierto es que nos quedamos con ganas de participar en más talleres y de ver más cosas (como el Vicult de vinos y conciertos) así que ¡seguro que volvemos al año que viene!
Y desde aquí dar las gracias al ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat por acogernos tan bien y transmitirnos con tanto cariño su pasión por esta emblemática feria.
Os animo a seguir la cuenta de Instagram de la Fira de la Puríssima para estar al día de todo lo que se cuece en esta tradicional feria navideña.
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