Cada familia tiene algo que les une, un plan perfecto que hace que todos sus miembros se pongan de acuerdo. En nuestra casa son sin duda los planes relacionados con la naturaleza. Los niños (Eddy de 7 y Jacques de 5) son unos auténticos apasionados de los animales, las aventuras en el bosque y las caminatas por la montaña. Por eso se emocionaron como nadie al saber que íbamos a pasar el fin de semana en MónNatura Pirineus de la Fundació Catalunya La Pedrera.
La Fundación cuenta con una red de espacios de este tipo, ubicados en lugares que cuentan con un gran valor ecológico y paisajístico, que deben ser protegidos y conservados. Estos equipamientos (construidos de forma respetuosa con el entorno) se encuentran en plena naturaleza y ofrecen tanto alojamiento como actividades diseñadas para sensibilizar a sus visitantes sobre el respeto y cuidado del medio ambiente.
MónNatura Pirineus está ubicado en el paraje de las Valls d’Àneu en el Pallars Sobirà, el lugar perfecto para conocer la fauna y flora salvajes de los Pirineos. Llegamos el viernes por la noche y en el tramo final de carretera nos cruzamos con un gamo, un ciervo y un gato montés.
Os podéis imaginar la emoción de toda la familia, ¡nos esperaba un fin de semana lleno de aventuras en alta montaña!
Las instalaciones
Las instalaciones están en un estado impecable y disponen de biblioteca y ludoteca, auditorio, planetario (no pudimos visitarlo a causa del protocolo Covid) y observatorio astronómico. Las habitaciones son amplias y cuentan con espacio de almacenamiento y baño privado.
En nuestro caso, estuvimos alojados en régimen de pensión completa y os lo recomiendo mucho ya que nos permitió no tener que mover el coche en toda la estancia. La comida era realmente buena y se adaptan a las diferentes intolerancias y dietas (Eddy y yo somos vegetarianos y nos ofrecieron opciones adaptadas en cada una de las comidas).
Las actividades
El sábado amanecimos con unas vistas maravillosas de la montaña, escuchando el canto de los pájaros y el mugir de las vacas que pacían en el valle. Después de un desayuno de campeones, teníamos la energía necesaria para participar en la actividad #PirineusNatura, un paseo en plena naturaleza donde una educadora ambiental nos contó, a través de juegos y explicaciones adaptadas a los peques, los secretos que esconde la vida salvaje de los Pirineos. La actividad está recomendada a partir de 3 años pero es interesante para todas las edades ya que las experimentadas educadoras se adaptan según los intereses de los participantes. El paseo duró unas 2 horas y media pero se hizo cortísimo ya que el paisaje era espectacular y aprendimos cosas súper interesantes.
Después de comer (una vez más la comida era excelente), jugar con los minis de otras familias alojadas y descansar un rato en la habitación, nos dirigimos a la actividad Rastres de fauna. Una actividad de aproximadamente una hora y media de duración, destinada a mayores de 6 años que nos enseñó cómo reconocer rastros de animales en el bosque (desde huellas a piñas roídas y excrementos). La actividad concluyó en las instalaciones donde los peques pudieron estudiar las muestras recogidas en el bosque y llevarse la huella de su animal favorito (realizada en arcilla) a casa.
Antes de cenar participamos en Viatja per les Galàxies, una charla de unos 45 minutos destinada a mayores de 8 años (aunque os puedo decir que había niñes más pequeñes y todes lo disfrutaron un montón). También los adultos pudimos aprender un montón de detalles curiosos sobre las constelaciones, la luna y los secretos del cosmos. La sesión fue la introducción perfecta a lo que vendría después de cenar, una visita exterior donde pudimos deleitarnos con el manto de estrellas que se dibujaba sobre nuestras cabezas. Las nubes no nos permitieron ver demasiado en el observatorio astronómico pero, a cambio, nos contaron el origen de algunos mitos relacionados con las constelaciones y vimos un video didáctico.
La larga jornada y las emociones del día hicieron que durmieramos como troncos o, mejor dicho, como las marmotas que abundan en la zona.
El domingo, después de desayunar, nos dirigimos a la actividad estrella: Fauna dels Pirineus. Consiste en un paseo guiado por el Centro de Fauna para conocer algunos de los animales emblemáticos de la zona como el quebrantahuesos, el lince, el tejón o el corzo. Como nos explicó la educadora, el centro es una especie de “alojamiento social” para aquellos animales que por un motivo u otro, no pueden vivir en estado salvaje.
A lo largo de la ruta fuimos conociendo cada uno de los animales y nos explicaron su propia historia y los motivos que hacían que estuvieran allí. Las razones eran variadas pero en muchos casos venían dados por malas praxis de algunas personas que (muchas veces por desconocimiento), habían hecho imposible para estos animales vivir en estado salvaje. La visita fue realmente especial y grandes y minis la disfrutamos muchísimo. No todos los días se puede ver de cerca a ¡un zorro! (perdonad pero es mi animal favorito y casi lloro de la emoción).
En general, os recomiendo mucho la estancia en MónNatura Pirineus. Queda algo lejos de Barcelona pero el trayecto merece la pena ya que te permite conocer un paisaje realmente increíble. El alojamiento es cómodo y familiar y el personal es realmente cercano, profesional, atento y amable.
La experiencia fue realmente buena y nos quedaron ganas de repetir con amigos y de descubrir los otros alojamientos de la red de Fundació Catalunya La Pedrera.
Si quieres saber más de MónNatura Pirineus te invito a que explores su página web