La Costa Brava es un lugar fascinante, un rincón con un paisaje espectacular. Sus playas son magníficas, sus pueblos encantadores y tiene un montón de propuestas culturales interesantes. Más allá del surrealismo y Dalí, en la Costa Brava podemos encontrar otras opciones culturales igualmente atractivas, como el simpático Museo de Historia del Juguete de Sant Feliu de Guíxols.

Tal y como os explicamos, en nuestro e tuvimos la oportunidad de visitar el Museo del Juguete de la mano de Tomàs Pla, su propietario, y nos gustó tanto (a nosotras y a nuestros niños) que hemos decidido recomendároslo.

El museo está ubicado en la Rambla Antoni Vidal, muy cerca del paseo marítimo. El edificio que lo alberga es conocido popularmente como Can Vilaret ya que la reconocida familia Vilaret fue la propietaria original.

El edificio es una preciosa construcción que todavía conserva la decoración original de la época en muchas de sus estancias, con curiosidades como un invernadero y una colorista claraboya. Recorriendo sus habitaciones una se imagina cómo se debía vivir en ella en su momento de máximo esplendor, cuando además de la familia había el servicio. ¡Una suerte de Downton Abbey en versión catalana!

La colección está formada por más de 3500 juguetes que datan del periodo comprendido entre los años 1875 y 1975, casi en su totalidad están fabricados en España. En la actualidad están expuestos al público más de 1100 juguetes en un excelente estado de conservación.

Niños y mayores nos lo pasamos en grande viendo los juguetes, desde los más antiguos de latón a las muñecas como la clásica Mariquita Pérez, un precioso tren eléctrico, juguetes de madera…

También había algunos otros de más modernos (aunque algo retro ya) con los que habíamos jugado en nuestra infancia como Exin Castillos, Pippi Calzaslargas… que nos hicieron sonreír al recordar los viejos tiempos en que ansiábamos a que llegara la noche de Reyes para poder pedir nuestros juguetes favoritos.

Era divertido ver con perspectiva algunos juegos antiguos y darse cuenta de lo políticamente incorrectos que eran algunos, lo conservadores o incluso peligrosos. ¡Un viaje al pasado en toda regla!

La visita al museo se concluía con la entrada a parte del Pasaje del Terror que perteneció al Parque de Atracciones de Montjuïc. La verdad es que nos dimos un buen susto…

Los niños se lo pasaron genial viendo los juguetes con los que críos de otras generaciones disfrutaban y se entretenían; imaginando a sus propios abuelos y padres divertirse con esos chismes.

En un momento en el que la tecnología ocupa el tiempo de ocio de muchos niños es una buena idea visitar un museo de historia del juguete para reivindicar el juego tradicional y clásico.
Por último citar que el museo dispone de una preciosa tienda donde se pueden comprar juguetes de todo tipo. Curiosidades exóticas, cachivaches del pasado, juguetes de marcas alemanas o reediciones de clásicos (como las cartas de familias).

Una visita de lo más recomendable para pasarlo bien con la tribu.
Podéis consultar los horarios y precios a través de éste enlace.