Can Parés es una pequeña casa rural con capacidad para 11 persones en tres habitaciones: 2 cuadrúples y 1 triple, cada una con su baño privado. Se puede alquilar entera para un grupo o bien por habitaciones. Está situada en la preciosa Vall de Llémena en Sant Gregori, a menos de 10 minutos del centro antiguo de Girona.
Conocí Can Parés en una escapada de dos en 2018. Era otoño y buscábamos tranquilidad antes de la llegada del segundo hijo. Alquilamos la habitación triple y las vistas del ventanal de Les Nous hicieron que me enamorara de ese lugar. Fue un fin de semana lluvioso, así que no salimos mucho de la casa por su calidez, por la compañía de los otros huéspedes y sobre todo por la amabilidad de su anfitriona, Anna Parés. En ese momento ya nos contó con toda la ilusión del mundo que hacía muy poco que había puesto en marcha este proyecto.
Este ambiente de tranquilidad, naturaleza y nido ha hecho que regrese cada año para pasar unos días en verano con toda mi familia. Alquilamos la casa entera y disfrutamos juntos del lugar y de su entorno.
Un lugar con historia familiar
La Casa Rural de Can Parés fue construida en el antiguo establo-taller del abuelo de Anna. En sus paredes de piedra se respira toda esta historia que, en realidad, se remonta a más de un siglo y medio atrás cuando sus antepasados se instalaron en el vecindario de Argelaguet, a las afueras de Sant Gregori. Durante años estos vivieron de la tierra y de los animales, y Anna quiso darle un giro a la historia sin perder la esencia familiar.
Ella y su familia, su marido Miquel y sus dos hijos Joan y Júlia, viven justo al lado de la casa rural. Cuando se decidieron a restaurar el establo lo hicieron con mucho acierto y con muy bueno gusto. Parece mentira que antiguamente en donde está salón descansaran los caballos, en la cocina estuviera el gallinero y en el comedor se alimentaran las vacas.
De hecho, cada habitación tiene un nombre con mucho significado como la de la planta baja, El taller, que era donde el abuelo tenía todas las herramientas, etc. Y en las plantas superiores, que vendría a ser el pajar, está Les Nous con un balconcito desde donde se ve un majestuoso nogal. Y al lado, la habitación Les Figues, ya que desde sus ventanas se contempla una hermosa higuera.
Restaurar cuidando todos los detalles
Restaurar una casa nunca es una tarea fácil, e imagino que menos cuando se trata de un lugar con tanta historia familiar por todas las emociones y recuerdos que intervienen. Pero Anna y su familia han sabido muy bien como transformar un antiguo establo en una preciosa casa, siempre cuidando los detalles para mantener su memoria.
La casa tiene dos entradas por el salón o por el comedor. El salón tiene un sofá cómodo con una enorme televisión de última generación enfrente. O si lo prefieres, en los meses de frío puedes apagarla y contemplar el fuego de la chimenea estanca. Además, tienen un antiguo piano ya que Miquel, la pareja de Ana, es músico en concreto pianista.
La cocina se encuentra justo al lado y queda separada por una puerta corredera. Es pequeña, pero tiene todo lo necesario para prepararse una cena o comida. Ya que los desayunos, si así lo deseas, van a cargo de Anna que los prepara con mucho amor con productos eco y de proximidad.
Al ser una familia muy polifacética también ofrecen actividades puntuales, donde vinculan la comida natural con la música. Nosotros aún no lo hemos probado, pero nos hemos quedado con las ganas.
Las habitaciones tienen una decoración minimalista en tonos azules, verdes y gris y con un toque rústico donde predomina la madera clara. En muchos rincones hay troncos transformados en mesitas de noche, taburetes, etc. Todas ellas están bien equipadas con mantas, tele, aire acondicionado, calefacción, etc. Si se solicita hay la posibilidad de pedir barandilla para las camas individuales y también una cuna.
Jardín, piscina, terraza y porche
Si el interior enamora los espacios exteriores aún más. El Jardín es pequeño pero muy bien cuidado, en varios sitios hay plantitas en tiestos y alguna enredadera que sube por la pared de la casa. A mi la parte que más me gusta es la sombra que hace el sauce llorón, hay un par de hamacas justo debajo que son perfectas para engancharse a un buen libro o dormir la siesta.
Hay una buena explanada con hierba enfrente de la casa, donde este verano contruyeron una nueva piscina.
En la terraza con pérgola cubierta de cañas se está de fábula a cualquier momento del día. Para comer, tomar algo después de cenar o simplemente para jugar a un juego de mesa o pintar con los niños y niñas.
Si quieres hacer una comida grande de grupo, un poco más abajo tienen un espacio ideal para ello. El Porxo de les Truges donde hay mesas largas y una barbacoa.
El huerto y los animales
Otro hit que tiene Can Parés es el pequeño huerto de consumo familiar que hay detrás de la casa. Anna siempre te lo muestra con cariño y te invita a coger lo que quieras de él. Tienen diferentes tipos de tomates, berenjenas, alcarchofas, calabacines, zanahorias, etc.
También te invita a conocer a sus gallinas, a sus ovejas y al asno llamado Quico. A los niños y niñas les hace mucha gracia tocarlos y darles de comer. Pero quiénes realmente se hacen querer y a su forma también cuidan de la casa son la perrita Nut de pelo negro, y la gatita Nata, muy independiente pero también paciente con los peques.
“Nos caracteriza el trato familiar y muy próximo. Nos gusta hacer sentir a las familias que esta es su casa y ofrecerles todo lo que nuestro entorno nos brinda, desde el paisaje hasta el contacto con los animales, y también el placer de recoger de su mano las verduras y hortalizas que nos ofrece nuestro
pequeño huerto”
La atención, la tranquilidad y la comodidad
Des de el primer momento Anna Parés, la mujer emprendedora que hay detrás de este proyecto, me pareció la persona más dulce y atenta del mundo. Ella también es madre de dos y enseguida empatiza con las familias.
Al estar justo al lado te da mucha tranquilidad porqué cualquier duda o cosa que necesites sabes que está ahí. Y ella siempre está dispuesta a ayudar, a encontrar lo que buscas o simplemente a charlar un rato contigo.
Además, aunque la casa está a las afueras del pueblo en Sant Gregori encuentras todas las comodidades. Supermercado, frutería, carnicería, rosticería, una pizzería o restaurantes y cafeterías. Y también, parques infantiles, una piscina descubierta fantástica y calles tranquilas por donde pasearse.
Excursiones y a un golpe de piedra de Girona
Can Parés se encuentra entre la riera Llémena y el río Ter, así que una excursión al río no te la quita nadie. Por el camino verás mariposas, pájaros y quizás alguna rana te saltará justo al lado. Andar por los caminos entre antiguas masías y campos de cultivo es una opción muy recomendable en cualquier época del año.
Si en casa os gusta ir en bicicleta el terreno es llano y puede ser divertido organizar pequeñas excursiones por los alrededores. En la casa incluso tienen una zona para guardar las bicis y donde hacer pequeñas reparaciones.
A parte de disfrutar de la naturaleza puedes ir a visitar la ciudad de Girona que se encuentra a menos de 10 minutos de aquí. Callejear por el barri vell, subir todas las escaleras de la catedral, cruzar su mítico puente de piedra o retratar las casas de colores del río siempre es un buen plan de tarde.
