Una de las cosas que más me gusta de vivir en Barcelona es ir redescubriendo la ciudad y sus barrios. En cada uno de ellos se esconde una pequeña ciudad con personalidad propia y en constante cambio. Uno de estos barrios, que apunta además con fuerza a convertirse en zona de moda de la ciudad, es el de Sant Antoni. Los nuevos locales conviven en armonia con los de toda la vida y el barrio, siempre amable, se muestra acogedor con las nuevas familias que se instalan allí a dos pasos del centro y en plena trasnformación. Basta con echar un vistazo un domingo por la mañana para ver las terrazas de los bares llenos de carritos, las aceras con niños y sus patinetes y el mercado de libros repleto de familas en busca de tesoros.
En Cada día es domingo no podíamos dejar pasar más tiempo sin ir a redescubrir un barrio tan “dominguero” así que cámara en mano pasamos un domingo en un barrio de lo más Family Friendly.
La fama del barrio de Sant Antoni le viene indudablemente por el mercado del domingo, especialmente de libros, pero también de viejas revistas, de videojuegos, de sellos, postales, minerales, cromos… y de cualquier otra cosa que entre de lleno en el mundo del coleccionista. Ese mercado dominguero se ha instalado siempre alrededor del viejo mercado de alimentación, pero desde hace un par de años, el edificio principal está en plena remodelación y el mercadillo dominguero se ha desplazado a las calles adyacentes. El ambiente, no obstante, es el mismo que recuerdo de antaño, cuando iba con mis padres a comprar los libros de “Los Cinco” de Enid Blyton. Cada domingo, curiosos, coleccionistas y ávidos lectores, se dan cita en el mercat de Sant Antoni, como se viene haciendo desde hace cien años.
La aglomeración y la abundancia de oferta hace que moverse por él sea una difícil labor, sobre todo si tenemos que hacerlo con el carrito de bebé. Los pasillos son estrechos, el gentío enorme y el pasillo principal es casi impracticable. Os recomiendo los pasillos laterales por donde es más fácil moverse con el carrito y se puede salir rápidamente en un momento de urgencia.
Otro de los encantos de la zona, además de los libros y las revistas, es del vermut del domingo. En las calles adyacentes al mercado hay una buena oferta. En la calle Parlament, una de las calles de moda, se alternan los locales de toda la vida con la nueva oferta más cool. Los domingos, como han hecho toda la vida, los habituales del barrio salen a tomar su aperitivo y a mezclarse con hipsters y papis molones.
Ahí, en la calle Parlament, ya tenía echado el ojo al Bar Calders, famoso por sus gintonics y por una magnifica terraza que ocupa la mitad del ancho pasaje dedicado a Pere Calders. Es todo un descubrimiento, un paraíso para los peques con espacio para jugar, correr y saltar, mientras los papis difrutamos del vermut de la casa o de las delikatessen de su carta.
Parece imposible una imagen así a dos pasos del centro de Barcelona, un callejón que podría estar sacado de cualquier pequeño pueblo.
Y para acabar de redondear nuestro descubrimiento, en este oasis urbano acaba de ver la luz una de las librerías más especiales y encantadoras de Barcelona, la librería Calders. Abrió sus puertas el pasado mes de abril y aún estamos pendientes de su inauguración oficial. Ha sido uno de mis mejores descubrimientos domingueros. Elia no se perdió detalle, fascinada por la cantidad de libros y por el espacio, amplio, abierto, con cafetería y plácidos rincones de lectura.
Como colofón a un domingo especial, un clásico. En la misma calle Parlament, cerca de la Ronda Sant Pau, uno no puede perderse un helado o una horchata en la Horchatería Sirvent, un clásico de Barcelona, con calidad y solera desde 1920. Es un local a la antigua, clásico donde los haya: acero inoxidable, azulejos, y letreros que tal como está el mercado, seguro que son vintage.
Elia y yo somos más de helado que de horchata, así que uno de Yogurt y a casa a descansar.
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Ver Política de Moderación de comentariosMavi
Como molaaaaaaaaaaaaaaaa
Esther Grau
Todavía me queda mucho por descubrir, pero Sant Antoni tiene todos los puntos para convertirse en uno de los barrios más molones y family friendly de Barcelona.
Ona
Habéis reproducido al detalle cualquiera de nuestros fines de semana! Jajajajja..
Juliana
Me encanta este barrio, y entre tantos bares chulos el Calders también es mi favorito!
gemma
No hace mucho nosotros también tuvimos mercat de Sant Antoni + vermut en el bar Calders en nuestro “plan domingo”. Nos apuntamos la orxateria para la próxima!
Nos gustó también la zona infantil del interior de manzana junto a la biblioteca Sant Antoni- Joan Oliver.