Me llamo Hissora y soy una mamá viajera co-fundadoora de WeGoWild Travel. Aquí te cuento mi viaje con mi hijo Kai y el grupo de familias que se apuntaron a la aventura. Recuerda que todos los viajes de WeGoWild Travel incluyen Compensación de tus vuelos, Lista de maleta sostenible, Banco de tiempo en ruta y recursos pedagógicos para los más pequeños.
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Cabo Verde es África negra lejos del turismo de masas
Cuando planteamos este viaje e hicimos la prospección fue lo primero que nos sorprendió. A pesar de haber sido colonia portuguesa durante 513 años, la negritud, la identidad y orgullo africanos están vivos y con muy buena salud.
El ritmo en cada esquina, el color y la alegría son una constante a lo largo del viaje. Oímos hablar por primera vez del término Morabeza, una palabra tan intangible como nuestro duende, que hace referencia al sentir y ser de las gentes del país, una dulzura y amabilidad cariñosa que se percibe constantemente y que hace del viaje algo entrañable.
Cabo Verde es un país pobre que tiene una gran población emigrada, alrededor del 35% de caboverdianos están en diáspora, frente apenas medio millón de personas en todo el archipiélago. Tenemos la suerte de encontrar un país aún inexplorado por el turismo de masas, esto nos permite mezclarnos con la población local que nos acoge con los brazos abiertos, más si cabe contando con peques en el grupo. Los grupos inversores internacionales, encabezados por China están dando buena cuenta de los recursos de las islas, pero aún así, continúa siendo un lugar con muy pocos recursos hoteleros y servicios para turistas. ¡Brindamos por vivirlo aún virgen!
De la Isla de Santiago a los volcanes de Fogo
Aterrizamos en la isla de Santiago, su capital Praia nos recibe soleada y llena de un bullicio calmado. Aquí emprendemos nuestra inmersión pero la reservamos de postre, para concluir el viaje en sus calles y mercados rebosantes de color.
Nos dirigimos a una de las islas que más impactan, Fogo, isla volcánica cuya superficie es una foto fija de la erupción en 2014 de su volcán activo. Un paisaje lunar espectacular que deja a niños/as y grandes boquiabiertos. Los pequeños del grupo alucinan cuando les explicas que eso que pisan es lava convertida en roca volcánica. En esa tierra fértil se cultivan unas uvas que dan como fruto el famoso vino manecón, que degustamos en nuestras cenas a la luz de la luna en un pequeño hostalito familiar en Cha das Caldeiras.
Cecilio y su mujer nos tratan como familia, nos miman y permiten que los niños y niñas del grupo corran libres por su terreno teniendo como telón de fondo el gran cono volcánico, aprendiendo lo que es la hospitalidad y las partes que integran un volcán.
Naturaleza, trekking y visitas culturales nos esperan en esta isla mágica. Con las pupilas llenas de este paisaje lunar, partimos hacia una postal del caribe. Agua de mar cálida, pescados y mariscos en el plato y luz, mucha luz.
De los volcanes a una postal del caribe
Tarrafal nos acoge con su energía hedonista y playera que nos sienta muy bien después del trayecto en barco, que sin duda, forma parte del propio viaje. Este rincón de la isla vive en gran medida de la pesca, así que nuestros pasos nos guían a compartir una linda mañana de pesca con los pescadores locales…¡y pegarnos un festín con nuestro botín! Es increíble ver lo orgullosos que se sienten los pequeños tras su gran aventura, ya que lo que pescamos, gracias a la técnica tradicional de los pescadores, lo preparamos en casa para comer mientras charlábamos y comentábamos la gran experiencia que habíamos vivido y todo lo aprendido.
Nos alojamos en 2 grandes apartamentos comunicados, así que estamos como en casa y lo hacemos nuestro hogar. Los peques están a sus anchas y los adultos también. Desayunamos en grupo en torno a la gran mesa de la terraza lo que hemos comprado en el mercado local y alargamos el momento café que tanto nos gusta. Qué gratificante es viajar en familia y conectar con otras personas.
El propietario de estos apartamentos, Gilson, trabaja en desarrollo social, específicamente en erradicación de la pobreza a través de programas educativos con niños/as y jóvenes.
Estos programas tienen el compromiso de empoderar a los niños y niñas de su comunidad y así fomentar su creatividad, su capacidad crítica y autoestima, de cara a forjarse un futuro mejor. Esta realidad que no es visible al turista y la oportunidad de conocerlo a él y a su proyecto, es sin duda algo que recordaremos.
Naturaleza salvaje en el Parque Nacional de Sierra Malagueta
Pocos destinos, o casi ninguno, permiten disfrutar de un cambio de paisaje tan radical como el de las islas de sotavento de Cabo Verde. Y lo aprovechamos a tope. Desde las playas azules estamos a tan solo 30 minutos en pick up para hacer una excursión al impresionante Parque Nacional de Sierra Malagueta, en el centro de la isla de Santiago. Unos acantilados imponentes nos esperan en el valle de Gom Gom, con una flora autóctona que vamos conociendo a cada paso.
Nuestro guía local nos ilustra sobre infinidad de cosas interesantes del país, su fauna, flora, cultura, historia y anécdotas que no dejan a nadie indiferente. Gran parte de la buena experiencia tuvo que ver con la pasión que transmite por su país, compartiendo su conocimiento con esa amabilidad y alegría que los caracteriza.
Cabe destacar su buen nivel de español, que ayudó a que nuestra chiquillería también entendiera las explicaciones y su enorme carisma para entretenerlos.
Como veis, el contacto con la naturaleza es una constante a través de nuestra ruta caboverdiana, impregnando nuestros ojos de verde menta.
Un poco de historia ancestral y cultura tradicional
Hay una parada obligada en el trayecto que atraviesa la isla. La tribu ancestral dos Rabelados, campesinos insumisos que se aislaron en protesta contra lo que consideran una distorsión de los principios de vida en los que creen cuando la religión católica vino de la mano de los portugueses. El baile y el ritmo de sus danzas más representativas, como el Batuque y la Tabanca, cuyas raíces se remontan al tiempo de los esclavos, denotan claramente un origen espiritual y animista.
Viven en hogares simples construidos con paja donde se rechaza el uso de la radio, televisión o cualquier otro elemento de la modernidad actual. Es un buen lugar para llevarse un recuerdo de Cabo Verde a casa, una de las reconocidas obras de “arte dos Rabelados”, dibujos de arte étnico creadas por las y los jóvenes artistas del poblado.
De vuelta a la ciudad y a sus colores, olores y mercados
Sin salir del color vibrante de todo el viaje, emprendemos camino hacia la ciudad para reencontrarnos de nuevo con Praia. Dejamos atrás los lugares poco poblados para sumergirnos en el barullo de la ciudad. Sus mercados son un disfrute para los sentidos, llenos de color, olor y sobre todo sabor. Como el Mercado de Sucupira, donde sus gentes nos ofrecen con una sonrisa la mercancía, frutas, verduras, telas wax, recuerdos, jabones artesanos y especias exóticas. Una inmersión al centro del corazón de Cabo Verde, ya que no hay nada que describa mejor a una región que sus mercados locales.
Identidades, graffitis, ecología y proyectos sociales
Pero para conocer a fondo la cultura local, nada mejor que dejarnos guiar por Zanildo, de la Associação Pilorinhu que trabaja en el barrio de Achada Grande Frente, uno de los más populares de Praia. Nos enseñarán los graffitis distribuidos por los muros de las casas y el trabajo social tan importante que se está llevando a cabo desde las juventudes empoderadas de la comunidad y que abre futuros para mujeres y hombres que quieren emprender sus pequeños negocios y salir adelante sin emigrar en uno de los países más pobres de África.
Aprendemos todo el contexto cultural de las identidades caboverdianas y su pertenencia a un continente lleno de riqueza.
No muy lejos de aquí también conocimos el proyecto Ecocentro Raiz Azul. Allí, mujeres del pueblo se han organizado para llevar a cabo la gestión de residuos reciclables como el plástico y el cristal, que no están canalizados por el Ayuntamiento. Espectacular trabajo de resiliencia que demuestra la capacidad de las comunidades para organizarse y solucionar sus problemas cotidianos. En 2022 consiguieron dar una segunda vida a 20 toneladas de cristal y 1 tonelada de plástico. Ahí es nada.
La cidade Velha nos despide con alegría
Las despedidas son siempre tristes, pero si lo haces en Cidade Velha, primera ciudad fundada en África por los portugueses y una ciudad museo Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y considerada la cuna de Cabo Verde, son menos tristes. Aquí conocemos más a fondo el pasado esclavista sufrido por la población y comprobamos con satisfacción en el maravilloso país que se han convertido.
Ya recordamos con morriña aquella rica cachupa regada con una Strela bien fría, la cerveza local, que compartimos con gozo en Kasa Katxupa. Ay. Adiós Cabo Verde, nos volveremos a ver.
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Sigue Viajando, WGW recomienda: Libro para mayores: Cálidas eran las noches, de Dina Salústio. PequeLibro: El viaje de Darwin. Plymouth - Río de Janeiro, de Jose Fonollosa. Canción: Sodade, Cesarea Évora.
