Mammás de BarrioÁngela: Mamma de Barrio en una Badalona slow, llena de ocio y cultura

Vivir en el centro de Badalona es lujo para los sentidos. Lo es por la cercanía al mar, a su brisa y a su sensación de libertad; y también por estar en el centro de una ciudad en plena ebullición. Hace unos meses, nuestra familia de tres abandonó la gran urbe y nos mudamos aquí. ¡Qué gran decisión! Comunicada por metro, bus, tren… con la capital, y con miles de rincones por descubrir, la Baétulo romana bien merece una visita.

Badalona ya no es el extrarradio, es una gran ciudad para ver, vivir y sentir. 

Juego con ventaja porque mi adolescencia ya estuvo marcada por la ciudad, pero era un reto convencer a los integrantes masculinos de mi familia. Y Aritz, con casi dos años y medio, no puede estar más feliz. Tuvimos la suerte de aterrizar en la ciudad en plena primavera y encadenar cada semana alguna actividad de ocio. ¡Mi hijo se cree que vivimos en una fiesta permanente! Y es que Badalona es un lugar lleno de actividades, que saca provecho al máximo de su clima y localización y, sobre todo, que apuesta por su cultura y sus raíces. 

Los rincones indispensables de Badalona los podéis encontrar en la crónica de Eva y sí, estoy de acuerdo en todos. No puedes venir y no pasear por el renovado paseo marítimo y fotografiar el Pont del Petroli. El gran tesoro familiar (y pulmón verde de la ciudad) es el parque de Can Solei – Ca l’Arnus. Allí nos podemos pasar horas: en las diferentes zonas de columpios (pensadas para diferentes edades – ¡qué gran idea!), en el estanque buscando a los patos y a las tortugas, paseando bajo la sombra de los árboles, analizando la Torre del Reloj, practicando baloncesto en una pista gratuita,  etc. Como os decía, horas. Aritz entra y nosotros no sabemos cuando salimos. Además, existen zonas de picnic por si nos llevamos nuestra comida. Un verdadero oasis urbano desde el que solamente se oye el sonido de los pájaros.

Y sí, Badalona empezó siendo un pueblo y esa huella es totalmente apreciable en la zona de Dalt de la Vila – sus calles peatonales, estrechas, llenas de vida- y en el centro, cerca del mar, donde aún quedan alguna de aquellas típicas casas de pescadores y donde los más pequeños pueden campar a sus anchas, ya que casi no circulan vehículos tampoco. 

Para disfrutar de la cultura…

Siempre me ha gustado inculcar mi pasión por la cultura al pequeño Aritz. Así que era importante tener esta oferta cerca. Y ¡conseguido! En primer lugar, el Teatre Zorrilla, la insignia cultural de la ciudad, que ofrece un festival anual e internacional de magia y que, además, cuenta con su oferta familiar de conciertos y obras de teatro. Pero también, otra referencia de toda la vida como El Círcol añade a su oferta planes familiares a través del ciclo de Teatro Familiar #Socmenut, que ofrece teatro de calidad pensado para los más pequeños y sus familias. 

Pero no solo de teatro y música se alimenta la cultura. Como decía, Badalona sabe exprimir sus raíces. Claro ejemplo: el festival Magna Celebratio, que cada año organiza el Museo de la ciudad para dar a conocer el patrimonio romano de la ciudad a través de recreaciones de oficios, escenas de vida cotidiana, talleres o conferencias.

A todo esto, hay que añadir las actividades de las Bibliotecas Municipales; la jugateca ambiental en el parque de Can Solei; la Festa del Badiu, en la que conocer todas las entidades de la ciudad, tanto deportivas como de ocio, etc.  ¡Y sus Festes de Maig! Todo un mes de conciertos, talleres, gegants y correfocs…cultura y tradición a mansalva. 

Para ir a comer..

• El Café de les Antípodes (Francesc Layret 113). Desde desayunos a cenas. Lo que más disfrutamos son sus zumos de frutas naturales. Los menús de mediodía son sanos y equilibrados (aunque tienen una zona de postres caseros muy suculenta). Al final del local, encontramos el badiu (que es como se llama aquí al patio trasero de las casas) y es la zona infantil por excelencia con sus pizarras, juguetes, etc. Y las familias, tenemos tronas y cambiador. 
• KailuaBeach Club. No os dejéis engañar con esa apariencia de chiringuito de playa moderna. Lo es, pero también mucho más. La comida es exquisita, el trato muy amable y, además, organizan miles de planes como música en directo o clases gratis de zumba en la playa.
• Can Pizza. Ya conocíamos esta cadena gracias a un par de locales ya catados (Barcelona y El Prat), pero ahora tenemos uno cerquita: frente al mar. Un local amplio, con una gran terraza y con una oferta buena y a precio razonable.  
• Simoli, en Gaietà Soler, 6. Restaurante de cocina mediterránea. Platos sanos, cuidados y muy ricos. Es un restaurante inaugurado este año regentado por unos dueños muy simpáticos y atentos con los más pequeños. 

Esto es todo. De momento. Una ciudad que acoge con los brazos abiertos bien se merece quererla y descubrirla a cada paso. Así que, querida Badalona, a tu lado nos quedamos.