De fin de semanaAgramunt: un dulce viaje familiar en el tiempo

Uno de los recuerdos más entrañables que conservo de mi infancia es la primera visita a una fábrica de chocolate del pueblo natal de mi padre: la Jolonch de Agramunt.

Mi pequeña mano en la suya, enorme, entrando en aquel lugar añejo y misterioso, siguiendo un perfume inolvidable que perdura intacto hasta el día de hoy…

Este fue el punto de partida de la segunda de mis novelas y la más personal— “Pa amb xocolata”— que nació justamente del deseo de preservar la memoria histórica familiar, y colectiva, uniendo pasado y presente, su niñez con la mía, para siempre.

Pero lo mejor es poder repetir la experiencia con nuestro hijo Pau. Y aunque su abuelo, ya no puede acompañarnos, es como si aún estuviera aquí, a nuestro lado. A nadie le amarga un dulce, afirma el refrán. ¿Y a qué niñ@ no le gusta el chocolate? Así pues, amantes del cacao, y de los turrones, de todas la edades: ¡con esta excursión familiar tenéis el éxito asegurado! Porque lo que en su día fue un obrador (además de una harinera), es hoy parte renovada de un complejo bautizado como “La casa de la xocolata” en el que destacan la cafetería y la tienda.

Empezando por la visita a la antigua fábrica Jolonch, donde sigue elaborándose la típica tableta de chocolate a la piedra como hace más de cien años. (De hecho, es uno de los obradores más antiguos de Europa [1770], de los pocos que siguen en activo, por lo que es un museo vivo.) Y el origen de su nombre se debe al material del que estaban hechos los utensilios con el que se trabajaba el cacao al principio.

Podéis seguir con una visita al museo de la fábrica Torrons Vicens, donde se acompaña a los visitantes en un recorrido histórico único, como lo son el torró (turrón) de apellido Agramunt, por su denominación de origen propia, reconocida internacionalmente. ¡Y sin sufrir por vuestro nivel de azúcar, puesto que entre la multitud de variedades que ofrecen— entre ellas algunas creadas por Albert Adrià—, disponen de productos sugar free!

Pero además de su faceta comestible, el pueblo tiene mucho más que ofrecer al visitante (el casco antiguo, el río, parques, rutas, museos…), y un buen momento para descubrirlo es durante su Festa Major, que se celebra el 31 de agosto al 5 de septiembre. ¡Aunque también  podéis disfrutar de cualquiera de sus múltiples actividades lúdicas el resto del año, claro! (Consultad la agenda en Facebook.) Porqué al igual que sus dulces, que antaño era solo para ocasiones especiales, actualmente se puede disfrutar todos los días del año.   

Y ¡atención golosos y gourmets, grandes y pequeños!: la cita a la que no podéis faltar es la Fira del Torró i la Xocolata a la Pedra. (Programa y más información en su Facebook). Una oportunidad única para degustar en familia de la amplia variedad de productos locales y de proximidad que siguen haciéndose con el mismo cariño de toda la vida, generación tras generación. La receta ideal para mantener su esencia particular, y que tod@s podamos seguir disfrutándolos junt@s, abuel@s, mapadres e hij@s, sin importar el tiempo que pase.