Todos tenemos claro que cuando tienes hijos el invierno no es la mejor de las estaciones para disfrutar con ellos… la lluvia, el frío, la noche que llega a las 5 de la tarde. En fin, que se necesitan planes a cubierto para cada fin de semana, a poder ser en espacios “family friendly”, en los que los niños puedan disfrutar, pero los padres también. Poco a poco, parece que el mundo de la hostelería se está dando cuenta de que Madrid y sus familias necesitan muchos espacios como estos.
Uno de los hoteles más bonitos, originales y coloridos de Madrid, ha pensado en una oferta para que pequeños y mayores se sientan bienvenidos. Y es que, el primer domingo de mes, el Hotel Silken Puerta de América tiene preparado los “Domingos en familia”, un buffet que cumple con muchos de los requisitos que se necesitan para poder disfrutar como adultos, y sin miedo a que los peques puedan aburrirse.
El horario de apertura fue lo primero que nos conquistó. Mientras que en la mayoría de los sitios, la cocina no abre hasta las 14:00, aquí puedes empezar a comer desde las 13:00, una ventaja si se va con niños que duermen siesta. Cuando entramos en el restaurante, había un montón de globos de helio dándonos la bienvenida. Si bien es cierto que a primera vista puedes pensar que el mobiliario de diseño y que todo esté tan colocado no es compatible con los peques, detalles como éste hacen que te relajes de inmediato como padre, y sientas que de verdad es un espacio que quiere acoger a familias con niños.
Nos sentamos, y Martina y yo fuimos a investigar qué había de comer. Sorprende la enorme variedad de platos que hay, y todo con una pinta buenísima. En total, había tres islas de comida, una con varios ingredientes para hacerte tu propia ensalada, con una zona de fiambres, quesos, ahumados e ibéricos. Otra con platos calientes compuesta por pastas, arroces, piezas de carne asada, pescados en salsa y guarniciones de todo tipo. Y por último una isla con comida que a los niños suele gustarle como croquetas, pasta, tortilla de patata, calamares, perritos calientes, hamburguesas… También había diferentes tipos de pan, y una zona de postres y fruta de lo más apetitosa. Lo mejor de todo es que no tenía sólo pinta de estar bueno, si no que realmente la calidad de todos los platos era inmejorable.
Tienen tronas disponibles, y también cubiertos y platos de plástico de colores, de IKEA, que los niños pueden coger por sí mismos. También sitio para aparcar los carritos, y un gran perchero a la entrada para dejar los abrigos.
Al ratito de terminar de comer, llegó una “pinsesa encantada” que invitaba a los niños de entre 3 y 6 años a ir con ella a jugar a un nivel inferior en el que está situado un gran castillo hinchable, y dónde los animadores pintan las caras de los peques y proponen juegos para todos. Al principio pensamos que Martina no querría ir con ella, al fin y al cabo no la había visto en su vida, pero nos sorprendió muchísimo y le faltó tiempo para agarrarse de su mano y decirnos adiós. Cómo se me notó a kilómetros mi cara de drama-mamá, la animadora me tranquilizó diciéndome que si en algún momento se agobiaba, ó nos quería ver, subiría con ella de nuevo al instante.
Pero no hizo falta. Cuando bajamos a recogerla, después de tomar postre, café, leer la prensa e incluso comentar las noticias, nos la encontramos con la carita pintada de gato y saltando como una loca en el castillo hinchable, con los mofletes rojos y riéndose a carcajada limpia.
Mientras se ponía los zapatos y se despedía de los amigos que había hecho, fui a ver una sala adyacente, y me encontré con unas mesas preparadas para dar un taller de cocina a niños más mayores. Tenían rodillos, cajas para pizza y hasta diplomas preparados para los pequeños. Éstos talleres “peque-chef” están pensados para niños de 6 a 12 años, e incluyen todo el material de cocina. Al terminar, además del diploma, los niños se llevan a casa lo que hayan cocinado.
Sólo echamos una cosa en falta, y es que en los baños no hay cambiador para bebés, aunque cuando preguntamos nos pusieron muchas facilidades para poder cambiar el pañal a Julieta de la manera más cómoda posible, y Sara, la Directora de Comunicación del hotel, nos contó que lo tenían apuntado en la lista de las cosas que faltan para que la experiencia sean aún más family friendly.
Sin duda, un plan estupendo para familias que quieren disfrutar de una buena comida (y sobremesa!), en un sitio diferente, y con la seguridad de que los niños no sólo son bienvenidos, si no que tienen un espacio con actividades especialmente para ellos.
El precio del buffet para los adultos es de 25€, para niños de 5 a 12 años 12,50€, y los menores de 5 años no pagan. El taller “peque-chef” tiene un precio de 20€.
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pilar
Acabo de llamarles y me han dicho q ya no hay nada para niños, brunch tampoco,
lo han quitado hace poquito.
saludos
Pablo
El brunch ha vuelto a funcionar de nuevo
Hoy justo hemos venido con los peques
Pero nada que ver con antes
Comida peor y menos variedad
Y la sorpresa el precio
40 euros
Por cabeza cuando antes
Eran 25
Y 20 por niño
Vamos algo que no te avisan pero que no volveremos
Stephan
Pues ya no funciona otra vez. Dicen que lo ponen sólo para ocasiones.