No sé si estaréis de acuerdo conmigo, pero a menudo los planes improvisados son los que acaban saliendo mejor, te sorprenden y te dejan mejor sabor de boca. Esos días que no sabes qué hacer, ni dónde ir, y todo va rodando la mar de bien sobre la marcha…
El placer de hacer las cosas sin preocuparse ni planificarlas y la satisfacción de haberlas saboreado y disfrutado tranquilamente.
Es lo que nos pasó con el restaurante Club House 27, en la Urbanización “Los Viñedos” de Sant Pere de Ribes. Un lugar súper tranquilo, acogedor y recomendable si vais con niños (y/o mascota), porque tiene terraza amplia (ideal para los cochecito/sillitas), el interior también es amplio, hay menú infantil, tienen tronas y son muy simpáticos y amables.
Cuando vas con la “prole” por el mundo a veces en según qué restaurantes te miran mal y hacen malas caras si los niños se mueven demasiado, por eso cuando vas a un sitio así lo agradeces un montón y lo valoras. Lo único que no tienen es cambiador para bebés en el baño.
Nosotros estuvimos comiendo fuera. Hacía un día muy bueno, llevamos nuestra labrador Bimba, nos ofrecieron agua para ella y los niños comieron y jugaron muy a gusto y libremente por la terraza, que tiene diferentes ambientes. Esto es ideal porque al terminar pasamos a tomar café en otro espacio exterior, con zona tipo “chill out”, donde los peques tenían más lugar para moverse.
Ya véis las fotos qué ambiente y decoración más agradables. Además, la calidad-precio es buena, y hacen cocina fusión asiática, francesa, oriental, pescado y marisco, tailandesa y vegetariana. Entre semana tienen menú y también hacen desayunos.
Ah, si vais, os doy un consejo: pedir helado de postre, son caseros y están espectacularmente buenos!!! 😉
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Chulísimo!!qué ganas de probarlo si no se pasan con precio.