*Crónica revisada: esta crónica se publicó originalmente el 7 de mayo del 2015
Podrás encontrar esta experiencia y la de otras familias en nuestra guía gratuita de turismo familiar en Cataluña. ¡Descárgala!
Desde que soy madre me gusta cada vez más la montaña. Vivir experiencias en el bosque con mi familia me resulta apasionante, divertido y educativo. Sin embargo desconocía las montañas de la Costa Dorada. Siempre había asociado este lugar a la playa. Tuve una compañera de trabajo que hablaba maravillas de Prades el pueblo de su madre, pero yo nunca había estado en sus montañas. En este destino de turismo familiar hemos podido explorar bosques de cuentos de hadas, con un río y fuentes llenas de magia, hemos descubierto en bicicleta ermitas escondidas en las rocas, escalado montañas, visitado pueblos de piedra roja repletos de historia y leyendas. Y, lo mejor, es que todo lo hemos hecho con un niño de 6 años y una niña de 2 que han aprendido, han reído, han disfrutado no sólo del paisaje sino de las tradiciones catalanas. Aquí os cuento paso a paso cuál ha sido nuestra ruta.
Llegada a las Muntanyes de Prades
Nuestra experiencia empezó el viernes 3 de abril, en Semana Santa, habíamos llegado a las Muntanyes de Prades la tarde anterior y camino de Capafonts (a unos 135 km de Barcelona) hicimos una parada en plena carretera. Habíamos descubierto un mirador y frente a nosotros se erguían unas frondosas montañas verdes y en su valle un núcleo habitado de piedra con una torre y un campanario. Una vista preciosa que fotografié.
Fue mi primera foto de Capafonts, un municipio del Baix Camp en pleno corazón de las Muntanyes de Prades. Durante los días que hemos pasado allí he descubierto muchas cosas. Primero que el pueblo tiene unos cincuenta habitantes actualmente (tres de ellos niños), que recibe su nombre por las numerosas fuentes nacientes del río Brugent, una maravilla, y que es un lugar ideal de turismo rural para familias. De hecho los días de Semana Santa es lo que más vimos en el pueblo, familias viajeras con sus hijos que van a descubrir como nosotros la naturaleza virgen que da vida a esas montañas.
Nos alojamos en el albergue Somianatura un lugar 100% familiar y recomendable, gestionado por Marta y su padre Antoni. Nos ha encantado conocerlos y charlar con ellos durante estos días. Marta tiene dos hijos, un bebé de 7 meses y un niño de 5 años, con quien Jorge ha pasado ratos muy entretenidos. Como familia que son entienden totalmente nuestras necesidades. El albergue que está súper limpio y cuidado tiene solo 22 habitaciones. Esto es ideal para sentirte como en casa, no está masificado, es tranquilo, agradable y confortable. No es una casa de colonias al uso, ni una masía. Parece más un parador de turismo rural. Lo crearon en el año 2004 en un antiguo pajar del centro de Capafonts. Su filosofía es ofrecer la máxima calidad a las familias por eso trabajan siempre con grupos reducidos, pensad que sus 22 plazas se distribuyen en tres únicas habitaciones. Nosotros ocupamos una de ellas, con literas y acceso a una preciosa terraza. Junto a la recepción y su chimenea desayunábamos cada mañana y trabajábamos con su WiFi gratuito, porque la cobertura telefónica en Capafonts es muy mala por no decir casi inexistente. De Somianatura me ha gustado todo, sus valores y servicios, así como lo bien que se integra su arquitectura con el entorno natural de la zona.
Fonts del Brugent, un bosque de hadas
Nuestra primera visita la hicimos a la Oficina de Turisme de Capafonts. Allí amablemente nos indicaron las mejores rutas a pie para realizar con niños. Hay muchas. Escogimos visitar las Fonts del Brugent, el río verde que recorre la zona. Llegamos hasta Les Tosques por el camino de la nutria (Camí de la Llúdriga). Es una excursión súper recomendable. En la Oficina de Turismo, que os recomiendo visitar, nos advirtieron que era como un bosque encantado de hadas. Imaginaros la emoción de los peques. El río Brugent nace en la Font de la Llúdriga y fluye por un valle entre dos barrancos: la Pixera y la Llúdriga. Verde, verde y verde es el lugar por la humedad y abundante vegetación. Sus aguas, con abundante cal, son de una transparencia extrema.
Esta excursión es muy sencilla y se accede al bosque desde el mismo pueblo de Capafonts. Son unos 3 km a pie que pueden hacer los niños sin problema. Para los más bebés recomiendo portear con una mochila. Con los más mayores podéis seguir montaña arriba hasta la cova de les Graells. Me gusta este sendero porque en la valle del río Brugent es donde nace Capafonts y conocer la naturaleza es conocer a las gentes que la rodea.
Como la excursión nos abrió el apetito fuimos a comer al restaurante del Hotel Davall Plaça. Saliendo del camino que llevaba a Les Tosques vimos la indicación de este establecimiento de cuatro estrellas que encontraréis junto a la piscina municipal, en la parte más baja del pueblo. La carta es excelente. Para los amantes de las sopas, entre los que me encuentro, deciros que estos días he disfrutado de la Escudella Catalana y de la sopa de romaní (tomillo) planta aromática habitual de la zona.
Tras reponer fuerzas disfrutamos de una ruta cultural por Capafonts gracias a La teva ruta, empresa especializada en rutas para toda la familia. Hacen visitadas guiadas, gincanas, talleres, degustaciones, adaptándose al grupo y al lugar. Son expertos en las poblaciones del Baix Camp. Nos encontramos con Mari Carmen Granados frente a la iglesia parroquial. Mari Carmen, además de guía oficial de turismo, tiene una mano especial con los niños. Es cariñosa y paciente. Explica la historia de los lugares de manera apasionada y utiliza métodos muy pedagógicos para captar y mantener la atención de los más pequeños. Con ella recorrimos no solo Capafonts, visitando el antiguo horno de pan del siglo XIII, los lavaderos populares y el pueblo abandonado de La Mussara, sino también Prades.
El horno de pan es muy curioso. Data del siglo XIII y se utilizó hasta el XX (en concreto hasta 1986). Está situado bajo la Casa de la Vila (Ayuntamiento) a dos metros bajo el nivel de la calle. Se accede a sus 4 metros de diámetro por unas escaleras de piedra desgastadas. Allí vimos todo el utillaje que el propio panadero construyó para abastecer de pan a los habitantes del pueblo: palas, cortadoras, calderos, así como una primera máquina amasadora con dos motores, uno eléctrico y otro a gasolina que fue el único que existió en el lugar antes de que llegara la electricidad.
El pueblo encantado de La Mussara
Tras un paseo por Capadefonts cogimos el coche y nos fuimos hasta La Mussara un antiguo pueblo perteneciente al municipio de Vilaplana. Es un lugar encantado en el que dicen se han avistado fenómenos paranormales, un paraje de culto y leyenda. Como está rodeado de niebla y el camino hasta llegar a él está llenito de curvas, os recomiendo, si sois miedosos, no vayáis muy de noche. Hay un refugio y numerosas tiendas y caravanas de campistas. Yo desde luego no dormía ahí ni en broma.
Pueden verse ocho edificios en ruinas. El único que está conservado es la antigua iglesia de San Salvador con un campanario de 1859 y en el que aún se evidencian rastros del primitivo edificio gótico sobre el que se construyó este templo. A los habitantes de este pueblo se les conocía como ranas ya que, al llover, se formaba un pequeño embalse natural que servía para dar de beber a los animales. Las vistas de las montañas al atardecer, con la niebla, desde La Mussara son oníricas. Podéis recorrer sus ruinas perfectamente con los niños a quiénes les apasionarán las leyendas que de allí se narran. ¡Ojo! Quizás si pisan alguna de sus piedras puedan desaparecer. Quizás también alguno no duerma bien esa noche 😉
Tras visitar La Mussara cenamos en la parte alta del pueblo de Capafonts, en la calle Major 12, en el Restaurante Ca la Teresa, donde la Nuri nos hizo probar el delicioso bacalao empedrado en salsa (con garbanzos y tortilla de espinacas) típico del lugar.
En bicicleta por Prades
El sábado 4 de abril pusimos rumbo al municipio de Prades (a 7 km de Capafonts). En 10 minutos nos plantamos en esta villa que está a 950 m de altura. En seguida notamos el cambio de temperatura, lucía el sol pero el aire era muy fresco. Prades tiene un importante conjunto monumental en el que destaca su piedra rojiza. De ahí que la llamen la vila vermella (la villa roja).
Junto a la plaza mayor está Sobrerodes un negocio familiar gestionado por Anna y Carles. Ellos también son padres y además de alquilar bicicletas, entre otros servicios, conocen las mejores rutas naturales de cicloturismo para familias. Nos aconsejaron seguir el camino desde el centro de Prades hasta la Font del Cap del Pla y de ahí, si lo veíamos fácil, animarnos a coger la ruta que lleva a las ermitas de Sant Roc y Mare de Déu de l’Abellera. Alquilamos bicis, cascos y con mucha ilusión iniciamos la marcha. Nos encanta pedalear en familia pero debo decir que estamos acostumbrados a hacerlo en ciudad. La carretera en cuesta hasta L’Abellera fue dura para nosotros. Jorge y yo nos bajamos de la bici en más de una ocasión.
El paisaje, eso sí, como siempre espectacular. Imaginaros pedalear en una carretera en medio de un bosque frondoso. Y la recompensa llegar a la Mare de Déu de l’Abellera, no por la ermita que está cerrada a los visitantes, sino por la belleza de las vistas. Las rocas rojas tiñen el verde paisaje de las montañas de Prades. Junto al lugar hay bancos y mesas para hacer un buen picnic. La vila de Prades es famosa por sus patatas, sus castañas y su miel. De ahí el nombre de la Mare de Déu de l’Abellera, patrona de los apicultores y en cuya corona se encuentran 50 abejas.
De vuelta a la plaza mayor de Prades, exhaustos y hambrientos tras el ejercicio en bici, comimos en el restaurante La Botiga, donde nos atendieron con mucho cariño. Viajar con una niña de 2 años implica, en la mayoría de ocasiones, necesitar cambiador de pañal, rampa o ascensor para el cochecito, así como trona. Todos los restaurantes que os he mencionado suelen estar adaptados para las familias, también tienen menús infantiles con productos típicos de la región, algo que yo agradezco bastante para salir de los típicos macarrones y la escalopa.
Mari Carmen de La teva ruta nos esperaba de nuevo, tras la comida, en la plaza mayor de Prades. Esta vez nos había preparado una gincana con diferentes pruebas. Cada prueba tenía entre tres y cuatro preguntas. Era tan sencillo como seguir sus explicaciones, paso a paso, para poder acertar las respuestas. Os aseguro que en algunas de ellas yo me quedé en blanco, pero Jorge con su lápiz y memoria las ¡acertó todas! Fue la manera de hacer que estuviera súper atento y que aprendiera curiosidades de esta población. Por ejemplo, que en la plaza central hay una fuente renacentista que representa un globo terráqueo decorando con más de una treintena de casetones (los tuvimos que contar); que en el portal Planet del Pont hay colgadas muchas herramientas del campo de uno de los habitantes del pueblo; o quién era el famoso bandolero carlista Pere Balcells, conocido como el Nen de Prades. Este es realmente un pueblo cargado de historia, con sus restos de murallas y hasta de un castillo.
En nuestro regreso a Capafonts cenamos en el restaurante El Grèvol una buenísima tabla de embutidos de la región. Muy recomendable.
Aprendemos a escalar
El domingo nos despedimos de Marta y Antoni, del albergue Somianatura y nos trasladamos a Mas de Fortet, en la carretera d’Alcover km 2. Allí conocimos a Lluís quién nos enseñó esta masía del siglo XVIII restaurada y adaptada como casa de colonias. Es un lugar fantástico si queréis ir varias familias de amigos o con el grupo del AMPA, por ejemplo. También para una celebración familiar.
La Masía tiene 60 plazas y junto a ella hay unos bungalows con 24 plazas más. Hacen excursiones por los alrededores, tiro al arco e iniciación a la escalada, ideal para los peques. Lluís nos dio una lección de cómo subir y bajar atendiendo a la colocación de nuestros pies y, lo cierto, es que lo pasamos genial. Jorge, con 6 años, subió sin miedo dos veces hasta la cima de la montaña y yo misma me aventuré a probarlo. Pura adrenalina.
Sin darnos cuenta estuvimos casi tres horas escalando, así que nos moríamos de hambre. Con el coche nos trasladamos a Farena (en Mont-ral) muy cerca del lugar. Tras una carretera de curvas llegamos al restaurante Brugent (Comte de Pardes s/n) donde Xavier nos dio de comer escudella, calçots y cordero. A destacar las mini monas de pascua que el mismo había hecho de postre. El pueblo es muy bonito, todo de piedra. Actualmente se encuentra prácticamente deshabitado en invierno, pero en verano se convierte en un pueblo plenamente turístico.
Se nos hizo muy tarde y no pudimos ir a admirar el Toll de l’Olla que es un tesoro del río Brugent, al que se llega desde Farena y que nos contaron es como una profunda piscina o balsa con una cascada, explicado de forma sencilla. Debe ser fantástico visitarlo en verano y darse un buen chapuzón.
Lo cierto es que conociendo la región y, gracias a la documentación recabada, se me ocurren muchas más excursiones que haría con los peques. Muchas de ellas se quedan en mi tintero. Espero volver a este paraje natural, a este oasis de paz y naturaleza para volver a disfrutar del silencio, de la montaña, de la cultura, de la historia, de la gastronomía y de las tradiciones con mi familia.
Y acabamos en Portaventura
Os aseguro que las Muntanyes de Padres colman de sobras las expectativas de las familias viajeras. Si, aún así, queréis aprovechar la proximidad a la Costa Dorada y abandonar la paz y tranquilidad del mundo rural podéis hacer un fin de fiesta en Portaventura. Es algo que sin duda agradecerán vuestros hijos.
Nosotros nos alojamos la noche del 5 de abril en el hotel Gold River (de 4 estrellas) que es como un parque temático dentro del propio parque temático. Estuvimos solo una noche y en Portaventura esto nunca es suficiente. He pasado semanas enteras en el parque y me hubiera quedado más y más. Cuantos más días estás con más tranquilidad lo recorres todo, más posibilidades de descubrir atracciones y detalles que en poco tiempo te pasan desapercibidas.
Portaventura tiene muchas zonas y espectáculos para los más pequeños. Jorge ya ha alcanzado el 1,50 de altura con lo que puede poco a poco disfrutar de más atracciones. Valentina aún es muy pequeña y normalmente con ella estamos en el área temática de SésamoAventura. Ya conoce a Epi y Blas y le gustan mucho. Yo he sido toda la vida muy fan de Barrio Sésamo así que no sé quién disfruta más, si ella o yo.
Portaventura está celebrando su 20 aniversario así que los shows del parque están de celebración. En SésamoAventura los personajes han montado un concurso de canciones en el que se retarán para ver quién de ellos es el vencedor. También hay la Happy Birthday Parade en la que desfilan todos los personajes.
A mi me encanta recorrer todas las áreas: China, México, el Far West y Polynesia. Con los peques es aconsejable coger uno de los diferentes trenes de vapor que recorren el parque en Penitence Station (Far West) o dar un agradable paseo en barco en el Port de la Drassana (Mediterrània). Lo cierto es que nosotros somos muy fans así que siempre estamos deseando volver.
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Ver Política de Moderación de comentariosMarta G (A Bilingual BAby)
¡Hola! ¡Sí que habéis hecho cosas! Yo también asocio esa zona a ir de playa, pero me guardo toda la información para una escapada, está bastante cerca de Barcelona. Veo genial acabar la ruta en Port Aventura, ya hemos ido, pero nos falta por ver todo lo del Barrio Sésamo.
¡Gracias por toda la información!
Besos,
Marta
María José Cayuela
Sí Marta, los días dieron mucho de sí porque estaban excelentemente bien planificados. Fue un contacto buenísimo con la naturaleza y Portaventura ya fue la guinda del pastel. No dudéis en ir. Os encantará. Un abrazo y gracias por comentar
Furgo & Porteo
Uooooo coincidimos en el B-Travel, estuvimos en la charla que diste de Blogs Family!!!
Y también acabamos de descubrir esta preciosa zona a la que estamos deseando volver, nosotros sí nos atrevimos a dormir en La Mussara jejej
https://furgoyporteo.wordpress.com/2015/04/27/muntanyes-de-prades/
Gracias por compartir, apuntamos vuestras excursiones para cuando volvamos…
Saludos
María José Cayuela
Guauuu, ya he visto vuestro blog y las fotos. Qué valientes dormir en La Mussara. Yo cuando empezó a caer la noche y con ella la niebla solo quería salir pitando de allí jajaja. Un abrazo y a partir de ahora os sigo.
Carol
Muchas gracias por compartirlo!! Muy xuli. Sólo como sugerencia conocer precios de los sitios comentados. Merci
María José Cayuela
Hola Carol,
pues poner los precios de todo es bien difícil pero como tienes las webs enlazadas si algún lugar te interesa puedes contactarles directamente. Gracias por la sugerencia igualmente, por lo menos un rango de precios lo tendré en cuenta para la próxima crónica. Besitos
Iliana
Hola! Teneis que volver a Prades! La ermita si que está disponible para los turistas pero has de pedir la llave de la puerta en la oficina de turismo de Prades y ver la parte interior es una pasada!! Ala, ya teneis la excusa para volver!
María José Cayuela
Sí, Iliana, ya me informé para hacerlo pero justo hacía poco me contaron que habían robado una réplica de la virgen de su interior y de momento la tenían cerrada al público, así que no daban la llave. Subir hasta allí en bici bien merecía la pena entrar dentro. Un besito
Javi
Hola Maria José,
Bonita ruta por las Montañas de Prades, nosotros empezamos nuestra ruta en la parte opuesta de la mussara, en Vilanova de Prades, porque el aceso en coche y con niños a las Montañas es más cómodo, allí encontrareis Camping y Bungalow Park Serra de Prades adaptado totalmente a familias, destinación de turismo familiar y con multitud de actividades desde senderismo adaptado a familias, taller de aves, talleres de manualidades recicladas, os dejo un enlace donde sale muy bien especificado http://www.serradeprades.com/ Suerte y gracias por el articulo!