Berimbau es un espacio de acompañamiento en el que niños de entre 1 y 3 años pueden crecer de forma respetuosa, en conexión con la música, el movimiento y la naturaleza. También es el nombre de un instrumento de percusión que se usa en la capoeira mientras los capoeristas mueven sus cuerpos con una destreza envidiable.
Bienvenidos a este rincón musical, que es un proyecto educativo ¡lleno de mimo y respeto por la infancia!
El espacio de Berimbau
El espacio está en el barrio de Gracia y, nada más entrar, queda clara la preferencia por materiales naturales: hay madera, telas y obras de arte infantiles por todos lados. Casi nada de plástico.
Al fondo, una pared azul te invita a un arenal con tesoros que estoy segura de que triunfarán con tu peque.
Atención al detallazo de la madera llena de bisagras, ¿a qué padre o madre nunca le tocó arrancar al hijo de su estado de hipnosis en la puerta de algún parque infantil?
Y es que los detalles importan. Mucho. Es por eso que el espacio está cuidadosamente preparado para que las propuestas de juego salgan de forma espontánea de los propios niños.
Proyecto educativo
Entre las responsables del proyecto (Lili Valverdes y Martina Cid) encontramos formación en Psicología, Educación infantil, psicomotricidad y música. La ratio es de 1 educadora por cada 5 niños. Su diferencial es ser un proyecto de educación viva/libre centrado en la psicomotricidad relacional. Esto significa que trabajan el desarrollo global de los niños (no solo la parte fisiológica sino también las esferas individual, afectiva y social) a través de una relación dinámica con su cuerpo.
La idea es que el niño vaya descubriendo con autonomía, sin que nadie lo sujete, hasta dónde puede llegar, subir, saltar… moverse. La autorregulación que ofrecen no se limita a la psicomotricidad, sino que también incluye otros temas: la comida, cambio de pañal, temperatura corporal, sueño, emociones y relaciones.
El idioma vehicular del proyecto es el catalán, siempre acompañado del castellano, del portugués y del inglés. Para los momentos de conversación más personal, las educadoras se dirigen al niños en el idioma materno de cada uno.
La familia de Berimbau tiene la gran suerte de tener un enorme jardín muy cerca. Una o dos veces a la semana, después de una acogida matinal relajada, es allí donde hacen la sesión musical. Y da gusto verlos saliendo de excursión con sus pasos firmes y manos cogidas.
En el parque, moviéndose en total libertad, cada uno a su ritmo y a su manera, están libres y felices.
La música engancha…
… aunque la verdad es que es solo una de las muchas atracciones que encuentran por allí entre toda la diversidad de plantas, cactus, flores, hojas, etc.
Hay incluso un huerto y una cocina para futuros chefs.
En el jardín se convierten en exploradores, se camuflan, juegan, bailan… y disfrutan mientras aprenden. Vaya privilegio.
Y que la música no pare. Puede ser de la guitarra, de las voces, de los cuerpos. Diversificada y siempre con su lugar relevante en esa edad tan importante de autoconocimiento.
Seguro que los niños saldrán de Berimbau muy conscientes de sus talentos y gustos.
Y con recuerdos mágicos de su primera infancia.
Berimbau, una maravillosa alternativa a la escuela tradicional. Puedes ver más información a través de su web, o entrar en su perfil instagram y Facebook para conocer como es su actividad semanal. A nosotras nos ha enamorado…