Si os apetece un fin de semana de tranquilidad y comodidad con un desplazamiento de apenas una hora por autopista desde Barcelona, os recomendamos Emphasis, una casa rural en el pueblo de Casserres. Se trata de un negocio familiar, regentado por Silvia. Nosotros hemos estado muy a gusto y además hemos tenido suerte con el tiempo y aún siendo mayo hemos podido disfrutar un montón de su piscina ¡con vistas a la sierra del Cadí!
Emphasis te permite vivir experiencias que en el día a día no te permites. Pasar tiempo con tu familia con otros ojos y dedicarte un espacio a ti misma, o bien compartir una estancia con amigos en un contexto diferente. Aportar comodidad y sentirse como en casa pero en un entorno de pueblo rodeado de naturaleza.
Un alojamiento para grandes familias o grupos de amigos
La casa puede alquilarse entera para grupos familiares o de amigos. La capacidad es de 6 a 16 persones que pueden repartirse entre las 2 habitaciones dobles, 3 habitaciones que se adaptan en triples o cuádruples con unas cómodas literas abatibles.
Todas las habitaciones tiene baño y colchones de viscoelástica para garantizar el mejor de los sueños en sábanas de algodón recién planchadas ¡un gustazo!
Nosotros fuimos un grupo de 6 con un perrito porque ¡si! es un alojamiento pet friendly siempre que cuides que tu mascota no suba en las butacas o camas ni haga sus deposiciones en el césped artificial.
Un espacio exterior con piscina, barbacoa y vistas espectaculares
Según llegamos a la casa el sábado por la mañana y directos nos dejamos seducir por el jardín y la piscina ideal para los niños porque no cubre mucho, por lo que resulta perfecta para hacer juegos en el agua, y para refrescarse. Atención a las familias con hijos pequeños que aún no saben nadar porque la piscina no tiene vallas de protección.
En el jardín florido hay tumbonas, huerto y césped artificial pero sobre todo unas vistas preciosas a la sierra del Cadí.
Estábamos tan a gusto que se nos echó la hora de la comida encima. Es una casa muy cómoda e incluso su barbacoa es práctica, cómoda y fácil de utilizar.
Es la barbacoa más moderna que he visto nunca, que funciona con gas y en un momento ¡tienes la carne lista!
Silvia nos había animado a coger lechugas de su pequeño huerto que tiene en el jardín y ¡estaban deliciosas! Y entre la carne y las verduras de la barbacoa y la lechuga el huerto nos dimos una gran comilona.
El espacio de la cocina y el comedor es amplio y equipado. En el salón de estar con sus cómodos sillones orejeros nos imaginamos tardes enteras encendiendo el fuego y jugando juegos de sociedad.
Tienen juegos y cuentos para niños tanto en el salón de la planta inferior como en la sala polivalente de la segunda planta que rápidamente descubrieron nuestras hijas.
Encontraron unos libros sobre cómo practicar yoga para niños y ellas solas se pusieron a hacerse su propia sesión de yoga!
También para encuentros de pequeñas empresas con alma o retiros
Silvia nos contó que la casa se puede alquilar completa para pequeñas reuniones de empresas, kick off de proyectos y/o retiros de yoga o terapias alternativas. Ella misma puede montar actividades en relación con la zona como por ejemplo una cata de quesos o un taller de risoterapia.
Un casa de pueblo, con salida directa al campo
Nos encantó la situación de la casa a la salida del pueblo, pero a 5 min caminando del centro. En la plaza del pueblo encontrarás un colmado delicatessen, una panadería con exquisitas cocas y una muy buena carnicería para las barbacoas.
A destacar la simpatía de la gente de la zona. Todos súper amables y sonrientes… nos preguntamos si tal vez fuera el agua o quizás la encina centenaria …
Un entorno natural privilegiado entre el Pirineo y el Llobregat
Casserres está situado en el municipio de Berguedà, a 12 km al sur de la capital de la comarca, Berga. La situación de la casa es ideal para visitar esta región entre el Pirineo y el Llobregat, conocida por sus minas, sus colonias textiles, sus ríos y sus caminatas espectaculares como la subida al Pedraforca.
Por la tarde, siguiendo las indicaciones de Silvia, la anfitriona de la casa, fuimos a visitar la encina de Els Colls … que resulta que es ¡la mayor encina de Catalunya!. El imponente árbol, que se yergue solitario sobre la uniformidad de los cultivos de secano, ronda los 20 metros de altura y tiene un perímetro de tronco de 4,20, pero lo más destacado es sin duda la inmensidad de su copa. Allí nos abrazamos a su tronco – hacían falta tres o cuatro de nosotros- y los niños treparon a sus ramas.
Las vistas durante el camino son preciosas, con los Pirineos hacia un lado y Montserrat hacia el otro. El camino es plano y sencillo y a la vuelta visitamos unas vacas que aprovechaban los últimos rayos de sol.
Al día siguiente hicimos una ruta un poco más larga. La ruta original es la ruta circular de Graugés, de 10km en total. Una ruta sin ninguna dificultad, de caminos tranquilos y con parte por pequeñas carreteras. La mayoría en plano ya que a pesar de que se divisan montañas en la lejanía (Pirineos), la zona es un valle y no es nada montañoso.
Nuestro grupo de amigos se dividió en dos y yo me quedé con los que hicimos la versión corta de la ruta : unos 2-3km de ida e ídem de vuelta y disfrutamos de un agradable paseo. Lo primero que nos encontramos fue con el bonito templo prerrománico Sant Vicenç d’Obiols donde se oficiaba una misa al aire libre, perfecto en estos tiempos de Covid-19!