Como la mayoría de padres de niños pequeños, cada semana yo y mi tribu andamos buscando planes para el finde. Y no siempre es cosa fácil, sobre todo desde que vivimos en la era Covid y con las restricciones las salidas y las excursiones se pueden complicar.
Pero tenemos la suerte de vivir en Barcelona y de que si no podemos salir de la ciudad, tenemos muchas opciones para pasar una tarde y disfrutar los 4 juntos. Una de estas es sin duda el CaixaForum: un plan perfecto no solo para disfrutar sino para aprender y enriquecerse, para viajar sin salir de la ciudad.
Yo y mi familia fuimos hace un par de semanas y aunque fue un día intenso, salimos de ahí con los ojos llenos de belleza y ¡con muchas canciones nuevas para cantar!
Cuando yo era pequeña recuerdo que los museos “eran cosas de adultos” o para niños mayores. Pero la cultura es de todos y yo creo que hay que educar en ello desde la infancia ya que el arte, la lectura, la música son cosas que los niños saben valorar mucho.
Planes 100% para familias
Descubrir los planes “Family” del CaixaForum fue toda una sorpresa, personalmente desconocía su programa de cine, espectáculos y talleres para los más pequeños.
Nosotros fuimos a ver “El meu veí Totoro” pero en el ciclo “Petits Cinèfils” hay una programación bien amplia y variada según las edades, ya que de esta actividad en concreto tienen un ciclo anual. Su selección de pelis además no es nada comercial y lo que más me gustó fue la presentación inicial de lo que íbamos a ver y sobre todo el debate final: aquí el chico animaba a los peques a recordar y comentar lo que habían visto, a fijarse en costumbres o maneras de hacer distintas a las nuestras (y en un dibujo japonés son varias).
El espacio además está bien preparado para acoger a las familias, por ejemplo delante de la sala de espectáculos y cine hay un espacio para guardar los cochecitos muy bien organizado. Y no solo: el CaixaForum también dispone del cambiador en los baños y de una sala de lactancia para las familias con bebés.
Además del cine nosotros fuimos a un taller de “Lletreria” donde nos ofrecieron un abanico de opciones para crear, jugando, letras con distintas técnicas y materiales. Además las dos chicas explicaron todo de una forma muy dulce y nos acompañaron durante toda la actividad.
Tomar algo en su cafetería
En la planta de arriba tienen un espacio abierto tipo terraza para pasear y sentarse antes de acceder a un taller o a una exposición. Y ahí mismo también está la cafetería: un espacio amplio, elegante y super agradable para sentarse, descansar y merendar con los niños.
Lo único que sí me habría gustado que hubiera es una mini ludoteca o un pequeño espacio dedicado a los más peques: una pequeña librería con cuentos y un escritorio ya son más que suficientes para entretener a los niños un ratito. Si se pasa todo el día en el museo, como fue nuestro caso, estaría bien contar con un espacio organizado para niños más chiquitines.
Nos quedamos todos muy contentos con nuestra visita al museo y es algo que os recomiendo y que nosotros repetiremos seguro. ¡Porque la cultura también es diversión!
