La visita a la casa rural Cal Pajant llegó en el mejor momento, a principios de julio cuando ya vas justito de baterías y los niños también tienen ganas de dejar atrás la rutina, así que tres días en plena montaña fueron un verdadero regalo.
A poco más de hora y media de Barcelona, cerca del pueblo de Saldes, se encuentra esta masía totalmente remodelada pero con la esencia de las casas típicas de montaña, con paredes de piedra y vigas de madera maciza. Su propietario, Jaume, la ha remodelado él mismo y se nota el mimo con el que lo ha hecho y el buen gusto, los ventanales enormes y la terraza de la planta de arriba están pensadas especialmente para disfrutar de unas vistas impresionantes.
Nosotros nos juntamos dos familias, la nuestra con los tres peques y la de Alessandra (@mamma-italospagnola) que tiene dos hijos y vino acompañada también de su madre. Mi padre se añadió el segundo día así que en total llegamos a dormir 10 personas y aún quedaron un sofá cama y una cuna libres así que si queréis ir varias familias o con amigos, que sepáis que caben hasta 13 personas.
El interior de Cal Pajant
La distribución de la casa es muy cómoda, en la planta de abajo tiene una habitación doble con vestidor, un lavabo completo con plato de ducha, una cocina muy amplia con todo lo necesario para cocinar y una mesa enorme para poder comer al lado de una gran chimenea. Los peques disponen de vasos y platos de colores, que siempre les hace gracia, y si vais con un bebé no tendréis que cargar con la trona ya que disponen de una.
La sala es muy espaciosa y luminosa con dos grandes ventanales de vistas impresionantes. A un lado el prado de al lado de la casa y el bosque y al otro la montaña del Pedraforca.
En la planta de arriba, encontraréis dos habitaciones dobles, otra con dos literas y un espacio polivalente con un sofá cama. Una baño completo con bañera (con hidromasaje!) y una pequeña terraza con porche con unas vistas preciosas y unos sofás para relajarse simplemente viendo el paisaje.
Los espacios exteriores de Cal Pajant
La casa es preciosa pero los exteriores no se quedan atrás.
A las bonitas vistas de bosques, prados y el Pedraforca hay que añadirle una extensión enorme de prado al que le pasan el cortacésped para hacerlo más cómodo para correr y jugar. Incluso le han puesto una portería para que sirva de campo de fútbol, cosa que hizo las delicias de mis peques que son muy futboleros. Si sois como ellos, también os gustará un futbolín que tienen en la parte trasera de la casa para cuando ya os fallen las fuerzas en las piernas. Ah! Y tiene las barras protegidas para que los más pequeños no se hagan daño.
Si en lugar de deporte lo que os gusta son los animales estaréis encantados de ver y visitar los animales de la casa vecina, tienen caballos, ocas, gallinas y hasta dos cerdos. Y unos perros muy simpáticos que estarán encantados que los visitéis y juguéis con ellos. Por cierto, si vosotros también tenéis perros podréis traerlos, seguro que disfrutarán igual o aún más que vosotros de la estancia en Cal Pajant.
Otra maravilla del exterior de la casa es una piscina cubierta y climatizada que se puede disfrutar todo el año. Está vallada para que los niños no puedan acceder si no es con los mayores y además está cerrada con mamparas transparentes para que se pueda usar todo el año pero sin perderte las vistas. Jaume nos comentó que mucha gente se baña cuando el exterior está nevado, seguro que es una experiencia brutal!
El tamaño y la profundidad la hacen muy cómoda para mayores y pequeños ya que pueden estar jugando en la parte de los escalones y en el exterior hay varias hamacas para poder tomar el sol después de refrescarse.
Por último pero no menos importante, hay dos barbacoas en el exterior, una incluso con espacio a la sombra para comer en una gran mesa así que cuando el sol aprieta puedes comer en el exterior a la sombra, bien fresquito después de darte un chapuzón el la piscina.
Actividades cerca de Cal Pajant
Nosotros estuvimos tan a gusto en la casa que salimos solo a comprar alguna cosa al pueblo de Saldes que tiene supermercado y está a 7km, pero si sois más activos tenéis varias opciones.
Podéis hacer muchísimas excursiones por los alrededores del Pedraforca o incluso atreveros a subirlo. Hay un centro de información turística en el mismo pueblo de Saldes en el que os informarán de todo.
Para los amantes de la adrenalina tenéis el Pedraforca Parc Aventura con circuitos de tirolinas, a partir de 3 años, tiro con arco, barranquismo, segway e incluso puenting.
Resumiendo, nosotros pasamos tres días maravillosos, relajados al máximo ya que en la casa no hay relojes ni tampoco wifi así que lo mejor es dejar el teléfono aparcado y dejarse llevar por los ritmos que marque tu cuerpo: hora de descansar, hora de darse un baño, hora de comer….
La reserva de toda la casa desde viernes tarde a domingo tarde cuesta 700€, para puentes y estancias más largas podéis consultar sus precios directamente a Jaume al teléfono +34 666 55 61 38 o mandéis un email a: info@valltr.com, estarán encantados de atenderos y daros la información que necesitéis
¡Ya tenemos ganas de repetir!