Si.. sabemos cual es esa mirada. Seguramente algunos de nosotros también usamos esta estrategia cuando éramos niños. Pero ahora que somos adultos y la decisión está en nuestra manos es importante que tengamos la cabeza fría.
Hemos contactado con la Fundación Altarriba que se dedica a la protección de los animales y la sensibilización ciudadana y el mensaje es muy claro: un animal no es un regalo, ni un premio. Un animal es un ser vivo y si decidimos adoptarlo es para toda la vida. Y pondría este para toda la vida en grande porque es sumamente importante que asumamos que la responsabilidad de la vida de este animal es nuestra y lo será todo el tiempo que nos acompañe.
Adoptar un perro, un gato, o cualquier otro animal implica una seria de compromisos que debemos tener claros: cubrir sus necesidades básicas del día a día (que incluye la alimentación, los paseos, el aseo, el juego, etc.), el cuidado cuando enferman, las visitas al veterinario y los costes de los tratamientos. Un animal de compañía implica un cambio en las dinámicas familiares y personales para hacer frente a la responsabilidad del cuidado de este nuevo miembro.
# Si estáis decididos a hacerlo tened en cuanta que todos los miembros de la familia deben estar informados de los que implica y la decisión debe ser consensuada: todos deben aceptar las nuevas responsabilidades y comprometerse con ellas.
# Si la decisión es firme, tomad en consideración la posibilidad de adoptar. Hay muchos animales que esperan una segunda oportunidad y adoptarlos es también una forma de educar a nuestros hijos en valores importantes.
# Tened en cuenta también que existe la posibilidad de “apadrinar” animales que están en refugios y que no implica que tengáis que tenerlos en casa. Haceros cargo de ellos con una pequeña cuota y participar de sus cuidados esporádicamente también es una forma de ayudar.
Abandonarlos no es una opción.
La Fundación Altarriba celebra mañana sábado 24 de noviembre de 11 a 14h. en el Convent de Sant Agustí un evento de concienciación 100% kids friendly. Las actividades destinadas al público
familiar tienen como objetivo claro: la concienciación. Teatro, performance, cuentacuentos y talleres se darán la mano para que los minis de 3 a 8 años aprendan jugando.