Lucía ha creado una tienda preciosa, llena de juguetes bonitos y educativos fabricados principalmente en tela, madera y cartón. Dice que cuando montó su negocio lo primero que pensó es volver a disfrutar, junto con sus dos hijos, del mundo que dejó atrás al cumplir los 10 años. “Decidí abrir La Luciérnaga porque soy muy niña, porque me gusta hablar con la gente y, sobre todo, porque soy mamá y me apetecía volver a estar rodeada de juguetes”, nos explica Lucía, su propietaria.
Pero La Luciérnaga es mucho más que una juguetería. También venden una cuidada selección de libros infantiles e imparten variados talleres para todas las edades. Cuentacuentos, talleres de manualidades, de arte, de estímulo para bebés y hasta actividades para mamás y papás.