Bruselas, una ciudad que imaginaba gris y aburrida, nos ha sorprendido totalmente. A veces es necesario conocer un poco más que el centro turístico de una ciudad para poder tener una idea más real de cómo se vive allí. Así descubrimos el barrio de Ixelles. Con sus chulísimas tiendas de ropa, decoración, muebles, diseño, chocolaterías y pastelerías. Los edificios de arquitectura belga se intercalan con auténticas joyas del Art Nouveau del siglo XIX que te vas encontrando por el camino con sus fachadas esgrafiadas con dibujos coloristas. Pero lo que más nos llamó la atención fueron varios parques.
En el diseño de las ciudades pasa muy a menudo que las zonas verdes son los trocitos que nadie quiere o que económicamente no interesan tanto para construir después, bien por su forma rara, o su situación. Parcelas triangulares, o de formas complicadas, cerca de una carretera o al final de la zona urbana. Pero cuando se entiende bien que esto es un privilegio y no una obligación incómoda que hay que poner porque sí, se convierten en lugares protagonistas y privilegiados.
El Tenbosch, situado cerca de la Place Brugmann, es un oasis en la ciudad. El botánico Jean Luis Semet, experto en árboles y arbustos, creó un jardín de 3 ha con más de 50 especies catalogadas. De golpe se encuentra uno en un pequeño bosque rodeado de edificios que casi ni se ven. Es como un hoyo verde en el barrio con instalaciones deportivas y un parque de niños protegido en medio de la maleza. No destaca por su tamaño, o por tener grandes praderas, ni por tener una especie espectacular (almendros en flor, o una rosaleda) pero está totalmente integrado y merece mucho la pena visitarlo.
Cerca de allí descubrimos otro rincón verde que nos hizo pensar en los grandes bloques de manzana. Por ejemplo en Madrid, imaginad que todas las manzanas del centro, en vez más y más pisos (a veces inhabitables) tuvieran dentro zonas verdes y patios ajardinados.
No es fácil llegar al Parc Faider si no te llevan expresamente, pero eso lo atractivo. Al atravesar uno de los edificios de la calle te encuentras en un parque rodeado por las demás viviendas con columpios, bancos y sobre todo muy frondoso. Espacios muy tranquilos de la ciudad donde se puede estar muy a gusto con niños, como también el Parc Buchholtz.
Para comer en la zona, el Garage a Manger, un sitio muy divertido para ir con los enanos. Pueden jugar en su casita-rulot mientras los demás se sientan a comer algo en su amplia zona de mesas o la barra.
Y para quien quiera visitar Bruselas, recomiendo estos blogs como un montón de planes, restaurantes y sitios para visitar con niños.
http://brusselswithkids.wordpress.com/
http://www.smarksthespots.com/
http://www.brusselskitchen.com
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Muchas gracias por compartir con tus lectores esta completa información sobre los bellos parques bruselenses. Sin duda, son escenarios ideales donde los más peques disfrutan de una divertida e inolvidable jornada ¡Un saludo!
Mavi
Un placer! cuando queráis os hacemos una visita Mammaproof 🙂