Cuando estuvimos en el festival minipop tuvimos la oportunidad de conocer un poco más la bonita ciudad de Tarragona. Esta ciudad esconde muchos rincones que merece la pena visitar y uno de ellos es el barrio marinero del Serrallo.
Ubicado al lado del mar y con un entorno reformado, combina elementos modernos, como su paseo marítimo con terrazas que invitan a sentarse a tomar algo, con su entramado original de calles que, originalmente, eran las casas de los antigüos pescadores.
Si nos perdemos en estas callejuelas es facil encontrar diversos lugares dónde degustar excelentes platos de pescado y marisco. Hoy os queremos hablar de uno dónde, además de comer muy bien, os sentireis muy a gusto si vais con niños. Se trata del restaurante Balandra.
Para empezar tiene la posibilidad de comedor exterior en su terraza o salón interior. Nosotros escogimos esta segunda opción ya que, después de estar toda la mañana paseando al sol, nos apetecia disfrutar de un poco de sombra y un lugar más fresco.
Al hacer la reserva habíamos avisado que íbamos con un bebé y al llegar nos encontramos una mesa preparada con una silla con una trona portátil para Noah.
Nada más llegar necesitabamos cambiarle el pañal y, aunque su lavabo era amplio y adaptado a minusválidos, no disponia de ninguna mesa o superficie dónde poder realizar “la maniobra”. Se lo comentamos a los camareros que rapidamente y con mucha amabilidad nos ofrecieron un carrito mobil con ruedas que muy fácilmente pudimos trasportar al lavabo y, una vez frenado, se convirtió en un excelente cambiador! Así que como podeis comprobar, aunque no disponen de la infrastructura, la disposición fue total.
De la comida poco que decir. Era sencillamente lo que esperabamos…
…¡excelente!