EscapadasFormentera con niños

Ir a Formentera en junio era mi escapada ideal cuando no tenía hijos.  Con solo tres o cuatro días en la isla desconectaba del estrés diario, dejando que las horas pasaran, dando la bienvenida al esperado verano en sus paradisíacas playas, tan cuidadas y de aguas cristalinas, y disfrutando del ambiente relajado de sus kioscos, que es como llaman en la isla a sus chiringuitos de playa.

Sin embargo, al nacer mi primera hija, durante un tiempo descarté este destino básicamente por la incomodidad de tener que coger un avión desde Barcelona hasta Ibiza y desde ahí un ferry para poder llegar a la isla. Por suerte, la boda de mi hermana, que se celebró en Formentera, me permitió comprobar que me equivocaba. Formentera es un lugar fantástico para ir con niños.

Cogimos un vuelo que llegaba a Ibiza a primera hora de la mañana. El vuelo dura apenas media hora y en taxi del aeropuerto al puerto para coger el ferry en 10 minutos se llega. A media mañana ya habíamos llegado a la isla, recogido el coche de alquiler en el mismo puerto y dejado las maletas en el hotel y dado el primer chapuzón. La gincana que tanto vértigo me daba pasó rápido y sin contratiempos, e incluso fue divertida. Mi hija no paraba de repetir: “hemos ido en avión, en coche y en barco”. Una gran hazaña.

En nuestro caso nos alojamos en Es Pujols, ya que allí se celebraba la boda, en el Club Sunway Punta Prima, formado por pequeños bungalows y con bonitas vistas al mar. También es muy interesante, si se piensa pasar más días y se va con bastante tropa alquilar una de las típicas casitas que hay por el interior de la isla. Luego fuimos a tomar una paella familiar en el emblemático Hostal Rafalet de Es Caló, donde pudimos explicar a los niños qué eran los curiosos refugios de pescadores.

Tras pasar la tarde persiguiendo lagartijas por las rocas, nuestra siguiente cita fue al atardecer, en el Beso Beach, en la playa de Cavall d’en Borràs.

Al día siguiente, la boda tuvo lugar en Chezz Gerdi, otro lugar fantástico en el que además de eventos cuentan con un restaurante con pizzería y espigón de atraque por si llegáis en barco, que también es una opción fabulosa para recorrer la isla.

Antes de volver a Barcelona, no podíamos marcharnos sin realizar algunas de las excursiones  más familiares de la isla:

La Mola y el Faro

Cuando queráis descansar un poco de sol y playa o si el día amanece más gris, desde el punto más elevado de la isla podréis contemplar espectaculares vistas de Formentera. Si llegáis hasta el final de la carretera llegaréis al Faro, ubicado sobre un acantilado y dónde encontraréis un pequeño bar y una tienda, para descansar un rato, tomar fotos y disfrutar de las vistas.

Ses Illetes y el Tiburón

La playa de Ses Illetes es una auténtica piscina natural, ideal para los niños. Si queréis pasar el día os recomiendo también ir a comer al emblemático chiringuito (o kiosko, como le llaman en la isla) el Tiburón, situado a pie de playa.

Cala Saona

La playa familiar por excelencia de la isla es Cala Saona. Aunque suele estar bastante llena, especialmente si vais en verano, vale la pena visitarla para ver los varaderos de pescadores que la hacen tan singular.

Para más información: http://formentera.es/files/fotos/EN_FAMILIA_CASTELLANO_web.pdf