En el corazón del Priorat histórico, se encuentra el refugio perfecto para desconectar: Cal Porrerà. Una preciosa casa histórica del 1803 totalmente reformada, rodeada de viñedos y bonitas vistas. Aquí nos hemos alojado durante un fin de semana mi familia y yo.
De aire señorial, amplios espacios, gruesas paredes, puertas y suelos originales, esta antigua residencia, ha sido reconvertida en 4 acogedores alojamientos petfriendly, perfectos para aquellas familias que busquen tranquilidad y quieran disfrutar de la vida rural.
Isabel, la amable propietaria de Cal Porrerà, nos recibió con una gran sonrisa. El trato con ella ha sido muy fácil, cercano y siempre dispuesta a ayudarnos con lo que fuera necesario. En su caso, una vez más, la maternidad le planteó un cambio en su estilo de vida y el de su familia.
Dejé mi trabajo de periodista para poder criar a mi hijo en un entorno rural. ¡Y ya llevamos 20 años!
Y no se arrepiente de nada, su pasión por la casa y la región es evidente en cada detalle que nos cuenta. Además son punto de información del Parc Natural de Montsant i EIN Serra de Llaberia.
La casa se localiza en una posición privilegiada en la parte alta del casco antiguo de Porrera. Para ello será necesario subir alguna que otra cuesta, ¡pero merece la pena!. Su situación es ideal para participar de la vida del pueblo y de la actividad agrícola y vinícola (¡hay 25 bodegas actualmente!).
En la plaza del pueblo cada noche se reúnen las familias a degustar vinos, mientras los niños se encuentran y juegan.
Nosotros nos hemos alojado durante el fin de semana en Lo Molló, que ocupa los antiguos salones de la casa con vistas sobre el viñedo, almendros y olivos que son los cultivos típicos del pueblo de Porrera, con Lo Molló al fondo, la montaña más alta de Porrera (926 m.).
Los apartamentos están decorados con mucho gusto y evocando la grandeza de principios del S.XIX, época en la que la casa vivió su esplendor.
Todos ellos tienen cocinas equipadas, conexión a internet, climatización, y tronas y cunas para quienes lo necesiten. Tres de ellos tienen terraza y en dos de ellos también chimenea.
Alojamientos confortables totalmente equipados en un espacio lleno de historia y tranquilidad.
Dependiendo del tipo de alojamiento se pueden hospedar de 2 a 5 personas, lo que permite acomodar un total de 15 personas en la casa.
¿Qué hacer en Porrera con niños?
Porrera, con sus 420 habitantes, es un pueblo pintoresco, de marcado carácter rural y tradicional. Tal como nos contaba Isabel, en Porrera el tiempo parece haberse detenido hace décadas. Y es que entrar en su colmado, horno o cafetería, es hacer un emotivo viaje al pasado.
Durante nuestra estancia, exploramos la “Ruta de los Relojes del Sol“, una propuesta muy interesante que nos permitió descubrir tesoros ocultos en las fachadas de las casas y sumergirnos en la historia del pueblo, a la vez que recorrimos su casco antiguo.
A 5 minutos a pie descubrimos la piscina municipal de Porrera, rodeada de olivos y con magníficas vistas de los viñedos de la zona. Está abierta durante los meses de verano y cuenta con una pequeña cafetería perfecta para pasar una mañana o tarde de calor.
Si os apetece hacer una bonita excursión. Caminando desde Porrera, en lo alto de una colina, se encuentra la ermita de Sant Antoni Abat donde encontraréis un pequeño merendero y unas bonitas vistas del pueblo.
En Cal Porrerà apuestan por la sostenibilidad
En Cal Porrerà, la sostenibilidad es una prioridad arraigada en cada aspecto de su proyecto. En todos los alojamientos encontraréis contenedores de reciclaje, con el residuo orgánico alimentan el compost de su huerto, utilizan iluminación de bajo consumo y utilizan productos de higiene y limpieza a granel entre otras prácticas ecoamigables. Iniciativas que no solo reflejan su responsabilidad ambiental, sino que también invitan a los huéspedes a participar activamente en la preservación del medio ambiente, promoviendo un turismo más consciente y responsable.
No dejéis de hacer una escapada a Cal Porrerà y dejaros acoger por la atención y amabilidad de Isabel