La Magdalena de Proust es de esos lugares que te encuentras inesperadamente y que te sorprenden gratamente por todo lo que tienen que ofrecer: una tienda de productos orgánicos, un obrador, una pequeña cafetería, una escuela de cocina… La Magdalena es todo eso en uno.
Cuando entras, el rico olor a pan recién horneado, te acompaña durante toda la visita. Puedes incluso disfrutar del placer de ver cómo lo hacen.
En su pequeño mercado ecológico, puedes encontrar todos los productos de consumo diario. Las frutas y verduras, recogidas cada día de su propia huerta a las afueras de Madrid, te llaman la atención por su frescura. Así que además de buena pinta, conservan todo su sabor. Ése que tanto echamos de menos…
Disponen también de una amplia selección de productos orgánicos para niños, y de productos especiales para celíacos y alérgicos a la lactosa. Su pequeño café con comida take away, con una mesa central, alta y con taburetes, invita a que nos quedemos a tomar algo en un ambiente de lo más relajante.
Y un par de frigoríficos Smeg de color rojo nos dan la bienvenida a la cocina que todos soñamos tener algún día. Con una gran isla central en la que se imparten todo tipo de cursos y catas tanto para mayores como para los más pequeños, para que entiendan la importancia de alimentarse bien y lo divertido que resulta cocinar sano.
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Un espacio ecológico muy completo, pero ya no existe la posibilidad de comer algo allí. Sólo preparan zumos.