Para tomar conciencia del bullying
Waldemar Equis, también conocido como «ningú», es un niño de diez años que llega de Polonia a una escuela catalana. Allí, debido a su particular condición de «muerto viviente», será rechazado y perseguido, especialmente por un compañero (sin nombre) que al final comprenderá ( demasiado tarde ) que la amistad verdadera no entiende de diferencias sociales o culturales, de vivos o de muertes. Que el afecto, en definitiva, traspasa el umbral del tiempo.
«Ningú és un zombi» es una comedia musical, de estética timburtoniana y de raíz literaria (la novela ganó el Premi Barcanova de Literatura) que representa un golpe a la conciencia en el trasfondo del bullying, un canto a la amistad por encima de todo y un retorno al pasado (años 70). Una invitación a vivir la vida con intensidad, alegría y un permanente «carpe diem” antes no sea demasiado tarde.
Partiendo de la base de cambiar el imaginario de los relatos, el autor Jordi Folck nos propone: ¿Qué pasaría si los zombis, o sea los diferentes, fueran los buenos y los humanos los malos? Si fuera un niño «zombi» de diez años el que solo busca amigos a los cuales no les importe el color de su piel. ¿ Y si esto pasaba en una pequeña escuela de nuestro país?
Y de este cóctel sale una historia intensa, apasionada llena de referencias cinematográficas y literarias que divierte al joven espectador y a la vez lo hace cuestionarse: «¿Qué hago yo por aquellos que son diferentes, o que, incluso, creemos que no son «nadie»?