EscapadasEl Monasterio de Piedra: Hogar de hadas y duendes

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De pequeñita solía visitar un lugar muy especial, mis padres me decían que era mágico y que si miraba bien por el camino entre los árboles y las rocas o en la orilla del río, quizás pudiese encontrar a alguna de las hadas que vivían junto al agua o a los duendes que se escondían entre los arbustos.

El Monasterio de Piedra es un paraje espectacular, sea cierto o no que estos seres mágicos habitan en él. Mi hermana y yo los buscamos a lo largo de todo el parque hace más de veinte años y nunca conseguimos encontrarlos, pero no desestimo algún día poder ver una ninfa refrescándose bajo las cascadas o a algún elfo del bosque dando de comer a las truchas.

El año pasado repetimos esta bonita excursión con nuestra hija Indira de apenas un añito y unos amigos, con otra bebé un poquito más pequeña. Las nenas eran todavía muy pequeñitas para ir buscando hadas, pero disfrutaron del paseo tanto como nosotros, pegaditas a sus papás en las mochilas porta bebés, pues el recorrido no es apto para carritos.

Aunque la visita a todo el parque natural es de unas dos horas y media, nosotros le echamos media tarde. Paramos en cada cascada a sacar fotos, a escuchar el sonido del agua o a enseñar a las niñas algún pajarito entre las ramas. A esta edad adoran los pajaritos. El recorrido sigue el curso del río Piedra, sube y baja, nos llevó hasta lo alto de la Caprichosa, por dentro de las grutas y hasta el interior de la Cola de Caballo, el salto de agua más alto del lugar.

Más adelante, las aguas se calman y se llega a unos estanques tan planos que reflejan el bosque y las montañas que hay detrás. En esta zona el Monasterio de Piedra tienen el centro de piscicultura, donde crían truchas comunes y arco iris. A la entrada vendían unas bolitas para alimentarlas y nos hartamos de darles de comer. Todos los niños se lo estaban pasando en grande echando las bolitas al agua y viendo cómo los peces venían en tropel a por ellas, saltando y salpicando. Las dos peques se rieron mucho con los peces. Indira tiraba las bolitas por todos los sitios, ya se lo comerían las truchas, los pájaros o las hormigas.

Al final del recorrido hay una exhibición de rapaces que nos quedamos a ver. Vimos a un primo del buitre correr entre el público y a varias especies venir en vuelo desde lo más alto para aterrizar en el guante del cuidador. Un final a lo grande para una alegre escapada rodeada de naturaleza Aunque con tanta rapaz por en el aire al acecho ahora sí que me explico porqué las hadas y los duendes no se dejan ver. Tendremos que volver para seguir buscándolos.

El Monasterio de Piedra se encuentra en el municipio de Nuévalos (Zaragoza). La entrada al parque Natural es de 15€ los adultos y 11€ los niños a partir de 4 años.

Categorías: Al aire libre,De fin de semana,En familia,Escapadas,Planes con niños,Viajar con niños

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  1. Me ha encantado el comentario.Nosotros nos vamos dentro de dos semanas, con nuestro peque que hoy cumple 1 añito. Dónde os alojasteis??? Estamos mirando algun lugar que esté bien para ir con el nene,
    🙂

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  2. Pingback: Verbena de San Juan en familiaMammaproof Barcelona

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