Esta Semana Santa nos hemos hecho un viaje por el valle del alto Duero en Portugal. Como el viaje en coche desde Madrid era muy largo decidimos hacer una parada a medio camino un par de días para que a mi hijo no se le hiciera muy pesado. En ello me puse y descubrí un lugar muy bonito en Salamanca, frontera con Portugal. Pensé que el sitio estaba bien aunque muy probablemente no pudiéramos hacer mucho por allí pero lo reservé porque nos cuadraba muy bien en el viaje.
Cuando llegamos a la Hotel Domus Real Fuerte de la Concepción nos dimos cuenta de que, sin querer, habíamos acertado de lleno con la elección.
El sitio es espectacular. Es un fuerte que Felipe V ordenó construir para proteger la frontera española y así contrarrestar las plazas fuertes en Portugal de Olivenza, Elvas, Valença do Miño y, sobre todo, de Almeida.
Tiene mucho encanto porque por fuera parece un sitio derruido y abandonado pero, una vez que entras, te sorprende lo bien restaurado que está.
Hay un patio enorme donde los niños pudieron jugar sin ningún problema, se dedicaron a imaginar batallas de caballeros, y pudimos visitar la zona de las caballerizas, que de momento esta sin rehabilitar pero que yo dejaría así de salvaje, la verdad.
Las habitaciones son muy grandes. Caben la cama doble, una individual y una cuna. Y tienen un restaurante espacioso.
El trato es extremadamente amable sobre todo con los niños; es la primera vez que veo que un camarero se dirige primero al niño (me hizo gracia que le llamara “señor”) y le pregunta qué quiere antes que a nadie, dándole un protagonismo al que, creo, no están acostumbrados. Mateo se quedó tan sorprendido que no sabía qué contestar.
Alrededor hay mil cosas que hacer, tanto en la parte Española como en la Portuguesa:
1. Ciudad Rodrigo está al lado. Es una ciudad amurallada preciosa, súper bien conservada y merece la pena darse un buen paseo sin perder detalle. La Catedral de Santa María es imponente y puede coincidir que programen algún concierto en ella.

2. Para ir al campo y desfogarse un poco está toda la Ribera del Duero, que se puede caminar, ver en barco e incluso hacer rutas con la bici.
3. Si os gusta la arqueología: Siega Verde, un conjunto de grabados paleolíticos al aire libre enclavado en las orillas del río Águeda. Sólo el paraje te transporta.
4. Y para los amantes de los bosques y el monte está la Sierra de Gata, en concreto el Espacio Natural El Rebollar, la mayor extensión de bosques de roble rebollo de la Península.
En la parte portuguesa hay varias ciudades amuralladas que merece la pena visitar (para mas información seguir este enlace):
5. Almeida: Un pueblo blanco, de defensa, con una muralla de trazado hexagonal.
6. Castelo Rodrigo: Otra ciudad amurallada parecida a Ávila que conserva parte de sus 13 torreones. Fue conquistada a los árabes en el siglo XI y durante un tiempo perteneció al reino de León.
7. Castelo Mendo, Marialva (cerca está el valle de Côa, lleno de pinturas del paleolítico) y muchos pueblos más donde disfrutar de la naturaleza y la cultura.
Espero que esta información os sirva para conocer esta región a la que yo tengo tanto cariño.
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MUY APETECIBLE, MUCHISIMAS GRACIAS POR LA INFO.
Lina
De nada. Sí os animáis espero que lo disfrutéis tanto como nosotros
Maribel
Vaya planazo! Creo que te voy a copiar y propondré a mi familia hacer este plan la próxima Semana Santa 🙂
Lina
Pues me parece estupendo que me copies. Lo vais a pasar genial!!!