Hacía tiempo que escuchaba hablar del nan Casteller y sus proezas alrededor del mundo entero… pero hasta ahora no había llegado hasta nuestra casa. Desde el primer momento despertó mi curiosidad su bonito packaging y la comunicación directa y sencilla del producto, que ayuda a entender que el nan es mucho más que un juego de construcción.
“El nan Casteller es un nuevo juego inspirado en la antigua tradición de los Castellers, torres humanas de hasta diez pisos de altura, declarado Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad por la UNESCO”
Ahora, además el nan nos invita a probar su nuevo juego de construcción de casas basadas en sencillas piezas modulares y combinables. Empezamos el desafío motivados, como buen equipo, con la idea de construir una posible casa para el nan Casteller.
“El nan Casteller House es un set completo compuesto por 4 tipos de piezas de formas y materiales diferentes que permiten infinitas composiciones. La edad recomendada es desde 3 hasta los 99 años”
El proceso de construcción ha sido divertido y ágil. Además de las múltiples posibilidades, las piezas son fáciles de colocar permitiendo que hasta el más pequeño de todos, de 2 años y medio, nos hiciera sus propuestas y ¡montase solo!
“Juguete sin género, fabricado con madera de bosques sostenibles y materiales reciclables. La pintura es con base al agua y cumple con las normas de seguridad CE.”
Lo que comenzó queriendo ser un proyecto de construir un lugar agradable para el nan, acabó convirtiéndose en una super casa con helicópteros para viajar, molinos de viento para la energía de la casa, una antena para ver los dibujos animados de la tele y ¡hasta un buzón para las cartas!
Construir una casa para el nan Casteller nos ha motivado a pequeños y grandes. A los más pequeños porque han disfrutado de un juguete de construcción abierto y versátil que daba alas a su imaginación. A los más grandes porque teníamos la certeza de tener un juguete en casa que además de ser educativo y responsable con el medio ambiente, la producción de madera proviene de bosques sostenibles, se inspiraba en una tradición con grandes valores humanos: los castellers.
**Créditos fotos: Idoia Recuenco (instagram: @idoia_recuenco_fotografia)