Os queremos proponer una visita a Madrid de lo más peculiar. No os llevará más de 45 minutos y os dará una visión de la ciudad muy diferente a otras. Desde yosílosé promovemos todo lo que podemos el turismo familiar por Madrid que es una ciudad maravillosa. Y en esta crónica os animamos a hacer turismo a una altura de pájaro, desde el Faro de Moncloa.
Se trata de una torre de comunicaciones y de iluminación que se inauguró en 1992 y que ha permanecido mucho tiempo cerrada. Ahora está de nuevo abierta y es un planazo.
Está al lado del Museo de América. Se accede a ella caminando por un pequeño parque y al pie de la torre está la taquilla. Las entradas están muy bien de precio (3 euros adultos y 1 y medio los niños). Después, directos a la entrada al ascensor que está dirigido por personal municipal. Subiréis en grupo y si sois muy temerosos de las alturas, haced por colocaros al fondo del ascensor. Allí no hay tanta sensación porque las paredes son opacas. El ascensor os va a conducir a un enorme mirador circular con una visión panorámica alucinante de Madrid de 360 grados. Un espacio amplio, en dos alturas, con unas maravillosas vistas pero bien protegidas para ir con peques y con personas que sufran de vértigo. No hay problema.
Y el “toque educativo” del plan lo ponen las placas explicativas que encontramos sobre las torres, edificios y monumentos que puedes divisar desde allí y colocadas en dirección al monumento que explican. Nuestros peques nos estuvieron leyendo cuánto medían las cuatro torres, cuándo se construyó “Torres Blancas”, el Parque de El Retiro, las torres de la Plaza de España, el Puente de los Franceses, el parque de Atracciones, el Palacio Real, el Edificio de la Unión y el Fenix… ¡Vimos hasta el Monasterio de El Escorial!
Además, el personal que atiende el Faro puede resolver las dudas que tengamos.
Nosotras ya hemos estado varias veces. Hemos ido en coche y lo hemos tenido que dejar en el aparcamiento público del hospital de al lado pero para la próxima vez, lo dejaremos por la calle San Francisco de Sales para luego tomar por allí algo para merendar.
Volveremos porque es un buen plan para los niños, que siempre están deseando subirse bien alto. Y porque resulta muy educativo.