El parque de las Ciencias de Granada es un museo interactivo, de más de 70.000 m2, accesible a pie desde el centro histórico de Granada con una de las ofertas más variadas de ocio cultural y científico de Europa.
Nosotros estuvimos con Leo estas Navidades y disfrutamos tanto de su contenido pemanente como de las exposiciones temporales. Indispensable visita si estáis de paseo por Granada, eso sí, contad con el día completo para poder verlo todo con calma.
El espacio es amplio y bien preparado para incentivar la curiosidad de los niños. Su arquitectura accesible alternando grandes salas que comunican las dos plantas mediante rampas y ascensores con un gran espacio exterior que une los diferentes módulos del Parque.
Nos encantó la exposición temporal “Títeres” (vigente hasta Julio 2013) que recoge treinta años de trabajo artístico y técnico de la compañía teatral granadina Etcétera, con instalaciones tamaño XXL y un taller de Teatro de sombras donde el público improvisaba sus propias historias.
Para los más pequeños no hay que perderse la sala “explora” en las que los niños a partir de 3 años y acompañados de sus padres podrán jugar libremente y experimentar con los sentidos: desde cómo suena un arpa hasta seguir el recorrido de una bola entre los mecanismos y circuitos de una sofisticad obra de arte mecánico.
En la obra del artista suizo Stefan Grünenfelder encontré el juguete perfecto de mi hijo. Dicen los expertos que cada niño tiene uno, y que cuando lo encuentra, cualquier padre que se precia sabrá reconocerlo… El juguete de Leo bien podría ser el Kugelbahn 13.
Mecánica, Arte, Biología, Medicina, Física, Química, todos estos son los contenidos educativos que se brindan a las ávidas manos de los niños a través del juego.
En la zona exterior Leo adoró jugar con los mecanismos para el transporte y la elevación de agua: producir un remolino, conducir a través de los meandros de un río o comprobar la fuerza del agua empujando una turbina.
También llamó mucho su atención la zona de juegos de mesa, en la que incluso improvisó un duelo al tres en raya con otro niño espontáneo ¡mamá orgullosa!
Y para tener unas magníficas vistas de Granada no debéis dejar de subir al observatorio, que con su ascensor acristalado es en sí mismo atracción y asombro para grandes y pequeños.
En el Parque de las Ciencias, hasta la zona del parque infantil es constructiva e instructiva: con sus columpios de resonancia que funcionan como un péndulo y sus “caballitos” pala escavadora que desafían a la coordinación humana con su sencilla pero eficaz mecánica.
La experiencia, como ya os contamos en nuestro libro “365 experiencias con tus hijos” publicado por Lonely Planet, nos ha divertido, enamorado e ilustrado. Es por ello que sin dudarlo, la recomendamos a todas las mentes inquietas que estén de visita en Granada.
¡Saludos a Einstein de nuestra parte!