Una preciosa ciudad del Pirineo Aragonés es Jaca. Se encuentra al norte de Huesca. Y es una ciudad para visitar en cualquier época del año. En invierno, por el sky y la pista de hielo; en primavera por los pasajes y paseos por la montaña, en verano por sus zonas de río y pozas para bañarse, en otoño, para mí la mejor época, por los colores, es impresionante la cantidad de colores desde el verde de los árboles perennes hasta los marrones, rojos y amarillos de las distintas especies de árboles de hoja caduca.
Además de todas las actividades al aire libre que se pueden hacer, Jaca cuenta con un Castillo, el Castillo de San Pedro. Bueno no es un castillo medieval, es más bien una fortificación de tipo Ciudadela, nombre por el que es conocido. Es un edificio que se recomienda visitar si os gusta un poco la historia.
Cuando entras esperas a la formación del grupo en el patio de armas y están muy pendientes de las “princesas” y “caballeros” que entran por primera vez en el Castillo. A mis hijas les encantó descubrir a los ciervos del foso desde las almenas.
La Ciudadela es una edificio de planta en forma de estrella y que paradójicamente se construyó para defensa de los franceses y la única batalla que ha sufrido los franceses estaban dentro. Fue mandado construir por Felipe II en el 1592. Ofrecen visitas guiadas cada 15 minutos donde explican como se construyó y que características la hacen tan peculiar y diferente.
Posee además una colección importante de miniaturas del ejército que representan distintos momentos de la historia desde Egipto hasta nuestros días. Al comienzo de la visita se puede disfrutar de un audiovisual sobre como se elaboraron las maquetas, aunque mis hijas se lo quisieron perder. Y en muchas de las maquetas hay toques de humor escondidos, desde Obelix, a Mary Popins andan escondidos por allí. Las niñas fueron las que descubrieron los taburetes que ofrecen a los niños para poder ver las maquetas y recorrieron todo el museo con sus taburetes y subiendo y bajando. Hay una sala llena de vehículos militares que las dejo impresionadas: “Mama ¡cuantos camiones! Y esto que es?” Había vehículos que yo desconocía que existieran.
También tienen un museo sobre ejército de montaña. La sala 2 trata de las misiones humanitarias en Afganistán. Tienen un gran plano en el suelo y mis hijas corrían por España hasta los distintos países marcados… “!Qué cerca esta¡”- decía la mayor. Las herramientas antiguas le hicieron más gracia al padre que intentaba explicar a las chicas para que servían las cosas, aunque ellas estaban mas interesadas en los maniquís y en la ropa.
Los museos están adaptadas para llevar sillas, ya que tienen ascensor. Entre la visita guiada de la ciudadela y los dos museos puedes invertir casi 2 horas. En los días de calor, como fue en el que yo estuve, allí puedes hasta estar fresquito.
Nosotros cogimos la primera visita guiada de la tarde, a las 16:30 y salimos alrededor de las 18:30. La pequeña agotada de tanto subir y bajar del taburete, de mirarlo todo y de correr por donde la dejaba.
Os invito a conocer esta bella ciudad y en particular este pequeño tesoro que esconde esta Perla del Pirineo.