Experiencia de juego para conectar con la luz, la sombra, la proyección y nuestra imaginación.
Un espacio preparado, un ambiente cuidado, estético, con un material sencillo: conos de hilos industriales rejugados y reinventados por la infancia.
Un retroproyector. Un lugar que habitar. Una experiencia de juego para pasar un tiempo en familia desde lo sencillo y con lo urgente de recuperar espacios de juego cálidos (solo el juego, el de verdad, deja calorcito). Seremos conectores de la luz, del juego, y de las relaciones.