El nuevo Museo de Cera de Barcelona abrió sus puertas en 2020 tras su completa renovación, para ofrecer una experiencia moderna e innovadora. La reforma incluye una nueva experiencia con más de 160 figuras, incluidas las estrellas más actuales, en 28 escenarios interactivos tematizados. Como no podía ser de otra manera, enviamos a una de nuestras agentes para probarlo y que nos contara su experiencia… os dejamos con su crónica familiar.
Érase una vez una familia que se fue a pasar la tarde en … ¡el Museo de Cera de Barcelona!
Como nunca antes habíamos ido, no les podíamos explicar gran cosa a nuestras hijas – de 11 y 7 años -, y curiosamente, ellas aceptaron la propuesta sin hacer demasiadas preguntas (¡algo que pasa muy poco!). También nos acompañó una amiguita suya.
El Museo de la Cera está situado casi al final de la Rambla. Se accede a él pasando bajo un gran arco con su nombre.
Una primera sala, de altura
Entramos a la primera sala acompañados por una persona del museo.
“¿Alguien tiene miedo a las alturas?” nos preguntó.
Nos miramos extrañados, y contestamos que no.
“Perfecto, entonces ahí vamos.”
Las puertas de la sala cerraron, y todo empezó a temblar… De repente estábamos en un ascensor que empezaba a subir y subir, ¡y veíamos la ciudad de Barcelona desde el aire! No os explicamos más, porque sería un “spoiler” total, ¡pero no hemos tenido un viaje tan divertido en ascensor desde que leímos “Charlie y la fábrica de chocolate”!
Un museo que antes fue un banco
Al “aterrizar”, nuestra acompañante nos explicó que antiguamente el edifico del museo había sido un banco, y que la siguiente sala era la única que contenía el mobiliario original. Era un espacio lleno de cajas de seguridad, pero… un momento… ¡Manos arriba! ¡Esto es un atraco!
Después del banco nos adentramos en una selva con paredes llenas de vegetación, bestias y algún aventurero… ¿Quién se atreve a caminar sobre las rocas entre serpientes?
Nos sorprendió mucho la ambientación de estas primeras salas, ¡era chulísima e hizo la visita aún más especial!
Un homenaje a la cultura catalana y a la historia
Antes de subir a la primera planta, nos encontramos con los gigantes y diablos del Correfoc, y ¡no pudimos evitar ayudar a los Castellers a hacer la piña! Un homenaje muy acertado a la cultura catalana.
Ya en la primera planta, una sala llena de figuras históricas (reales y ficticias) contenía personajes como Don Quijote o Shakespeare. Nuestras hijas solo conocían algunos de ellos, así que estuvimos un rato descubriéndolos entre explicaciones.
Grandes estrellas de la Música y de todas las artes
¡Luego llegamos a la sala de música! sin duda, para nuestras hijas, una de las más emocionantes. Los Beatles nos saludaban desde un sofá y sonaban canciones de cada cantante de la sala mientras un foco iluminaba por turnos a los protagonistas de cada tema. Todas las figuras están puestas de manera que te puedes acercar muchísimo, y nuestra hija pequeña dijo junto a Rihanna “¡Se han fijado incluso en sus tatuajes!”.
Al lado de la sala de música habían varias estrellas de Hollywood, vestidas de gala y preparadas para un photocall.
Encontramos también a pintores famosos pensando en sus próximas obras de arte: Frida Kahlo sentada en su patio mexicano, Picasso aguantando un pincel, Miró ensimismado y Dalí con su famoso bigote.
Un guiño a la actualidad y mucha interacción
También nos hizo mucha ilusión encontrarnos a Greta Thunberg con su famoso cartel. Junto a ella, las pantallas mostraban imágenes que explicaban algunos de los problemas de los plásticos en el mar, haciendo hincapié en el mensaje tan importante de Greta.
Además de las figuras de cera, nuestras hijas también se divirtieron mucho con las propuestas más interactivas, como por ejemplo un Frankenstein que te copia los movimientos, y una estación espacial, desde donde pudimos observar el planeta tierra y ver varios fenómenos meteorológicos como huracanes y volcanes.
Un paseo por el bien y el mal, con pasillo alternativo para evitar todo miedo
La sala de los “Personajes del bien y el mal” presenta Gandhi, Nelson Mandela y Madre Teresa, frente a Hitler, Mussolini y Franco, una propuesta curiosa, ¡donde esperemos que gane la energía de la paz! Aquí sí que nos detuvimos un buen rato explicándoles cada uno de ellos, y salieron reflexiones interesantes.
Y después… ¡en la sala del Terror os espera una sorpresa! (Hay un pasillo alternativo para evitar esta sala para los más pequeños… ¡o los más miedosos!)
También aparecen figuras de series como Juego de Tronos, películas como Piratas del Caribe y Harry Potter, pioneros de la ciencia como Stephen Hawkings, cocineros y por supuesto, personajes del mundo del deporte.
En general, lo que más nos gustó fue el hecho de poder acercarnos mucho a las figuras para verlas muy de cerca, y también la mezcla de personajes históricos y modernos, locales e internacionales, reales y ficticios, y de tantos ámbitos diferentes, con una ambientación que acompaña y multiplica la experiencia.
Una propuesta que fomenta las preguntas y el aprendizaje
Seguramente es una propuesta que encaja más para niños y niñas un poco más mayores, ya que tiene más sentido cuando conocen a los personajes. Pero en nuestro caso, los que no conocían daban pie a preguntas y aprendizaje…
Hay un buen equilibrio de observación e interacción, y disfrutaron igual – aunque por cosas diferentes – nuestras hijas de 11 y 7 años.
Además, para completar hay la opción de hacer también una visita guiada por el antiguo taller de restauración de figuras, donde podrás conocer con mayor profundidad el proceso de creación y mantenimiento de figuras.
En resumen, pasamos una tarde muy divertida, ¡y disfrutamos un montón toda la familia!
