Si buscas una escapada cultural en familia, cerca de Barcelona, no puedes perderte el recorrido histórico que te ofrecen los Museos de Sant Boi de Llobregat.
A tan sólo 25 minutos en coche, puedes acercarte una mañana o una tarde y visitar las Termas Romanas y el Museo Can Barraquer.
Dos museos para descubrir cómo vivían en el pasado y reconstruir la historia para explicársela a los más pequeños.
Empezamos nuestro recorrido por las Termas Romanas, que eran los baños de una propiedad privada de la época y estuvieron en pleno funcionamiento hasta finales del siglo V. Gracias a que 12 siglos más tarde se construyó una casa encima, son unas de las termas más bien conservadas de toda Cataluña.
El diseño del museo está realizado de tal manera que te permite acceder a las termas, de la misma forma que accedían los romanos en su época, por los vestuarios. Para conservarlo se han instalado unas gradas que te permiten observarlo mejor y con una perspectiva que potencia la imaginación de los niños para trasladarse a esa época y recrear de una forma más sencilla el recorrido que hacían dentro de las Termas.
Se puede completar el recorrido mediante unas escaleras que te permiten observar las Termas desde todos los ángulos. Y en la parte superior también hay maquetas que reproducen cómo habían sido anteriormente.
A los más mayores les interesará también la exposición de la cultura romana, que cuenta aspectos de la actividad comercial, de la explotación de la viña y el comercio fluvial. Nuestro hijo mayor es muy fan de la mitología griega y con él estuvimos un buen rato en la sección que cuenta las creencias y rituales, comparando las dos culturas.
A dos minutos andando de las Termas está el Museo Can Barraquer, ubicado en una casa construida en siglo XVII, en la que vivió Rafael Casanova los últimos años de su vida.
Nos recibió Joan, para explicarnos cómo está distribuido el museo, y consiguió llamar la atención de los niños. La exposición central, ubicada en el primer piso, es sobre Sant Boi y muestra la historia local desde los íberos hasta la actualidad.
Sólo entrar haces un viaje en el tiempo que te ubica rápidamente y luego empiezas el recorrido pasando por la época romana, la edad medieval, la época moderna y la contemporánea.
La parte que les gustó más a los niños es el espacio multisensorial, en el que disfrutaron tocando, oliendo y hasta probarse reproducciones de objetos de diferentes épocas que parecían muy, muy reales.
En el segundo piso está ubicada la exposición permanente sobre Rafael Casanova, que fue “conseller en cap” de Barcelona. La exposición consiste en una recreación interactiva de la defensa de la ciudad de Barcelona en el 1714.
En el marco de la XXVII Muestra de Jazz de Sant Boi, pudimos disfrutar de la exposición Night & Day, de la artista francesa Michèle Carrandié. Incluye quinze retratos al oleo de músicos relevantes de la historia del jazz como Louis Armstrong, Ella Fitzgerald o Nat King Cole.
En el museo hacen visitas teatralizadas los terceros domingos de cada mes y también cuentan con un servicio pedagógico dirigido a escuelas, colectivos y grupos organizados. La ruta de los museos se completa con la Torre de Benviure donde el último domingo de mes se lleva a cabo una actividad familiar muy divertida: una teatralización de Roca de Benviure, un soldado que está atrapado en el tiempo.
La recuperación arqueológica del pasado de Sant Boi forma parte de nuestra historia y verlo en vivo y en directo, es buena experiencia para los niños. Quién sabe, quizás tienes un pequeñ@ arqueólog@ o historiador@ en casa 😉
