El abuso sexual infantil no es un tema agradable de tratar, genera miedos e incomodidades. Pero no por eso deja de pasar a un 20% de criaturas y adolescentes. Por eso, te animo a tomar cartas en el asunto y adquirir herramientas de prevención, así como a pedir al centro educativo de tu criatura que haga lo mismo.
Aquí van 5 ideas para empezar, y si quieres profundizar, te dejo abajo la información de las próximas charlas que ofrecemos con Carme Diaby, activista y formadora, sobre este tema.
1. Informarse
El primer paso para prevenir el abuso es conocerlo bien: sus dinámicas, sus mitos y sus datos. ¿Sabías que, a nivel europeo, 1 de cada 5 menores ha sufrido abusos sexuales? Estamos ante una epidemia, y debemos conocer cómo funciona para poder luchar mejor contra ella.
2. Menos alarmismo, más prevención
Durante muchos años las víctimas de abuso no han sentido legitimadas sus historias, era más fácil decir que se lo habían inventado que asumir que una persona de la familia era un abusador. Para que estas situaciones no se sigan repitiendo, debemos considerar la posibilidad de que personas cercanas puedan cometer abusos. No para entrar en paranoia constante, sino para que podamos siempre creer a la víctima y protegerla. El miedo no es un buen compañero en la crianza, sin embargo, abandonar la negación de que los abusos existen, será tu mejor aliado en
la prevención.
3. Potenciar la educación sexual
La mejor prevención es una buena educación sexual. Estos son algunos de los temas que se pueden tratar en el hogar: Que tu criatura conozca bien su cuerpo, pueda nombrar sus partes (también los genitales), sepa diferenciar el buen y el mal trato, pueda identificar y expresar sus emociones, que valore los riesgos a nivel sexual, según su edad, que integre reglas de protección (como el concepto de partes privadas), que conozca sus derechos o que tenga una
buena relación con su deseo y su placer, va a ser la base sobre la que se asiente la prevención del abuso y pueda vivir su sexualidad plenamente.
4. Enseñar a poner y respetar límites
Esto es de vital importancia. ¿Tu peque puede expresar cuando algo le molesta? ¿Puede decir no, gritar o apartar a quien esté burlando sus límites corporales? ¿Puede aceptar un no, o los límites que le ponen otras personas? La habilidad de poner y respetar límites se puede trabajar en el cotidiano con cualquier tema, no tiene por qué estar relacionado con la sexualidad, tanto entre pares como con personas adultas. En casa, ¿le obligamos a comer aunque diga que ya no quiere más? ¿Le forzamos a dar besos cuando no le apetece? ¿Le hacemos ver que está burlando los límites de sus amistades? En las cosas que nuestra criatura puede elegir, dejémosle practicar la toma de decisiones y respetemos sus no, ¡esa es la mejor forma de practicarlo!
5. Abrir el canal comunicativo
Para que tu criatura te lea como un espacio de confianza en el que compartir sus preocupaciones o curiosidades (también sobre su sexualidad), es recomendable naturalizar el tema y no convertirlo en un tabú. Puedes leer algunas ideas en este artículo.