Maternidad y embarazoLugares donde nacer: el m2 en el que nació mi hijo

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Espero un/una bebé para finales de enero… si todo sigue su rumbo será un/una Acuario de invierno. Deseo del fondo de mi corazón que aparte de que nazca con salud pueda venir a este mundo en el mismo m2 que vino nuestro primer hijo hace ya dos años, un Leo de verano.

Yo, como arquitecta, convivo con los metros cuadrados diariamente en mi rutina laboral pero jamás hubiera imaginado que pudiera existir uno tan especial en mi vida! Éste se ubica entre la puerta de entrada de nuestra habitación, la cama donde duermo con mi marido, el armario y la puerta de entrada de nuestro baño… es la sección de parquet donde nació nuestro pequeño y donde nos gustaría que naciera el/la que de momento reside en mi panza.

Me enorgullezco mucho del camino recorrido para hacer realidad ese momento y todo gracias a una red de personas increíbles que entró en mi vida. Desde que me di cuenta de que me quedaría a vivir en Barcelona empecé a buscar referencias médicas correspondientes con la línea que seguía en mi país y en una tienda de productos naturales de mi barrio una de las dueñas me habló de Marenostrum, un centro de salud familiar que según ella era espectacular (tal cual!).

Miré en la página web y me enamoré a primera vista. Llamé y pedí cita con la ginecóloga. Primero me encuentro con una sorpresa: la ginecóloga me explicó que era un primer encuentro en el que debería haber empatía entre ambas partes, o sea, que ella podía rechazarme como paciente así como yo a ella como médica… Enseguida me dije: es ella! Es ella!

Esta mujer maravillosa me introdujo en el fantástico mundo de la feminidad consciente y su primer regalo fue cuando, ya embarazada, me preguntó cómo quería yo que llegara al mundo la criatura ya tan amada. Seguramente me quedé con cara de ???, por dentro pensaba “como todo el mundo, no? Hospital, epidural, sin dolor por favor, cesárea si es necesario…” y como me quedé callada salí del consultorio con un listado de libros.

Páginas mágicas! Un mundo nuevo se abría ante mí. Hasta una noche (creo…) cuando me marido llegó del trabajo le dije que quería parir en casa. Silencio. Que no podía ir a un hospital. Silencio. Y luego explosión! Lo más dulce que escuché fue cuando me preguntó si yo no podía ser normal, como todo el mundo. Silencio (esta vez mío).

Acordamos que mientras leía cositas interesantes se las comentaría, y que él se informaría un poco sobre el tema y que ya veríamos qué pasaría… Tenía claro que sin su aprobación no sería posible llevarlo adelante. Según el equipo de comadronas del centro la pareja tiene que estar 100% convencida y unida en esta decisión. Condición indiscutible y que tiene todo el sentido.

Logré arrastrar a mi marido a una reunión de parto en casa organizada por el centro. Éramos cuatro parejas en estado de gracia (con intenciones caseras) y cuatro parejas con sus respectivos bebés recién nacidos en algún rincón de sus casas… allí para compartir con nosotros sus experiencias.

Ellos no lo sabían, pero tenían la responsabilidad de convencer a mi querido marido de que no pasaba nada en querer ser diferente de todo el mundo! El encuentro fue espectacular, emocionante, lágrimas varias… salí más segura que nunca respecto de mi decisión, pero tuve que esperar varios largos días de reflexión masculina hasta que escuché en un tono tan bajito que apenas se oía: “vale”.

Bueno, el primer paso estaba dado, pero como decía mi médica no era suficiente y para que culmináramos lo que yo deseaba necesitaba mucho más que una “resignación”. Y muy poco a poco conseguimos que se transformara en ilusión a dos! Era curioso cómo se ponía muy incómodo cuando las personas nos preguntaban en qué hospital tendríamos el bebé… y tenía que salir yo a defender la “locura” de parir en casa. Al final él ya tenía el discurso preparado y me ahorraba el papel de explicar infinitas veces el porqué de nuestra decisión. Con nuestros padres fue mucho más fácil de lo que imaginamos, muchas veces las sorpresas vienen por donde menos te lo esperas…

Dos meses y medio antes de la fecha prevista del parto empezamos a asistir a las clases de preparación en Marenostrum. Si pensáis que allí te explican cómo cambiar pañales y etc. estáis equivocadísimos! Las 10 sesiones (creo) se componen de una parte de ejercicios y otra de charla sobre temas importantísimos como los diferentes tipos de parto, el papel fundamental del padre antes/durante/después, lactancia, la realidad del post parto, nutrición…

Nuestra primera sesión, por casualidad, fue con la nutricionista del centro (como es cíclico puedes empezar cuando quieras) y me gustó tanto el tema que decidí seguir sus orientaciones. Está claro que no puedo garantizar la eficacia al 100% pero estuve en plena forma hasta el día del parto! Tuve una recuperación fantástica y durante los primeros meses de lactancia también. Y ahora viene lo mejor: nuestro bebé no tuvo cólicos y dormía super bien desde el primer día. Sí sí, es verdad…

En las clases de preparación al parto había muchas parejas, muy pocas que parirían en casa, personas con las cuales compartíamos el objetivo de querer tener un parto respetuoso (siguiendo la filosofía de Marenostrum). Definitivamente no tiene nada que ver con parir en casa o en un hospital, no hay prejuicios sobre una decisión u otra y todas se respetan de igual manera. La anécdota la puso una pareja italiana que mientras se presentaban, la mujer dijo que estaba contenta de parir en España porque podía optar por una cesárea… cuando explicó esto en público tengo que confesar que se hizo un silencio sepulcral en la sala! Hasta hoy me pregunto qué hacían ellos en un ambiente tan distinto a sus valores… no sé nada más de ellos pues su primera sesión era la última nuestra y me quedé con las ganas de saber cómo vino al mundo la criatura que llevaba esta señora en su vientre.

Sinceramente yo creo que la mejor manera de parir es aquella en la que cada mujer se sienta lo más cómoda y segura posible. No defiendo el parto en casa en detrimento del parto en hospital y mucho menos creo que una opción tenga más valor que otra. Lo que me gustaría dejar como mensaje es que todos deberíamos informarnos muchísimo sobre las distintas opciones y sus consecuencias para poder tomar la decisión que más se aproxime a lo que creemos que será la mejor experiencia. Seamos cultos! Activos! El nacimiento de un/a hijo/a es un acontecimiento tan especial que no se puede banalizar y vivirlo con pasividad. Estas pocas horas (comparemos 9 meses de gestación y toda la vida por delante) tienen un significado maravilloso, no hay porqué temerlas sino disfrutarlas. El dolor de un parto debería tener otro nombre, pues no se compara a ningún otro dolor… es un sentimiento de esfuerzo hecho felicidad, es la expresión de estar acompañando a tu bebé en el camino de salida hacia un nuevo mundo lleno de amor y dedicación incondicional.

Dicen, correctamente, que cuando nace un/a hijo/a nace una madre. ¡Pues yo quise vivir este “segundo nacimiento” a lo grande! Después de mucho leer me di cuenta de que si el parto no iba a ser en casa no sería posible hacerlo de la manera que yo deseaba y, de ahí la decisión. No sólo por el/la bebé sino por mí. Creo que cambia todo cuando te das cuenta de que el nacimiento de tu bebé es un evento de dos y que tú y él/ella hacéis un dúo. Me aventuraría a decir que formamos un trío, pues la presencia de mi marido junto a mi piel durante todo el proceso fue esencial. De hecho, si puedo hacer una crítica a la naturaleza tengo que decir que es una injusticia que los hombres no puedan sentir las inexplicables sensaciones de un embarazo, de un parto, de amamantar…

Traer un bebé al mundo es un acto simple y natural para el cual el cuerpo de las mujeres está destinado naturalmente… no puedes ser espectadora cuando alumbras… haz del nacimiento un asunto personal y no médico… Vive plenamente tu parto de la manera que más te apetezca! Es DELICIOSO!

Categories: Maternidad y embarazo

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  1. Hola!
    Jo també vaig parir a casa, i amb la Krishinda de Marenostrum.
    M’encanta veure relatat el procés de transformació teu i la del teu marit, perquè és exactament tal com va a anar amb nosaltres! Jo un cop convençuda i decidida (no concebia un part fora de casa, de cap manera), el vaig haver de convèncer a ell…i amb la família també va ser molt més fàcil del què em pensava (tot i que per assegurar-me’n fins i tot vaig convidar a ma mare a una de les sessions dels divendres perquè veies que no erem 4 hippies bojos!).

    La informació és crucial i més en un tema tant important que afecta al nostre cos i a l’inici de la vida del nostre fill.

    Gràcies per compartir la teva experiència!

    Reply
  2. Rapha

    Hola Gemma!
    Que guai que t’has identificat de certa manera amb el meu relat. Segur que cadascú té quelcom especial en la seva experiència i que suma amb bona energia respecte aquest tema (encara polèmic per moltes persones).
    Ha sigut un plaer compartir una mica d’emoció amb els de Mammaproof!
    Un petò, Rapha (mama Eric)

    Reply

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