¿Quieres vivir una experiencia única de inmersión en la naturaleza con tu familia? Estuvimos un fin de semana en La Mandorla durmiendo en una Yurta, usando baños secos y disfrutando de una deliciosa comida salida de la huerta y granja que auto abastecen este lugar donde se vive con lo esencial, donde nos dimos cuenta que lo importante son las personas con las que compartimos la vida y que desconectar para conectar es necesario.
En el corazón del Priorat, a tan solo 1h 45min de Barcelona, se encuentra La Mandorla, un proyecto de vida y educación en plena naturaleza, creado por Anouchka, una maestra que eligió criar a sus tres hijas en conexión con la tierra y compartir esta experiencia con otras familias, decidió construir desde cero un espacio donde acompañar la crianza y reconectar con lo esencial.
Este lugar acoge cada año a decenas de familias, niños y niñas en propuestas pensadas para vivir la infancia con respeto y libertad. Desde campamentos de verano y vacaciones activas, hasta fines de semana en familia, encuentros y retiros.
La Mandorla ofrece experiencias transformadoras en plena naturaleza, centradas en el juego libre, el vínculo y el cuidado emocional. Ahora también para que puedas disfrutarlas con tu familia durante un finde.
Un estilo de vida en armonía con la naturaleza
La Mandorla no es solo un espacio físico, sino una forma de vivir y educar. Anouchka, desde joven, sintió que el sistema educativo tradicional no resonaba con su visión. Decidió entonces construir, desde cero, un lugar donde la educación y la vida cotidiana se entrelazaran en un entorno natural y respetuoso.
Junto a sus hijas, Anouchka habita en una gran yurta, una vivienda nómada de origen mongol, adaptada con estufa, cocina y muebles hechos a mano. Este hogar es el epicentro de una comunidad que acoge cada año a numerosos niños, niñas y familias que buscan reconectar con lo esencial.
En La Mandorla, la vida se organiza en torno a cuatro yurtas de inspiración mongola, construidas con materiales naturales y pensadas para ofrecer una experiencia de alojamiento sencilla pero acogedora, en plena conexión con el entorno. Cada yurta cuenta con capacidad para varias personas, lo que permite alojar tanto a grupos familiares como a pequeños colectivos de niños y niñas durante los campamentos. Todos los espacios están equipados con baños secos, una elección coherente con el compromiso ecológico del proyecto. Este sistema, que prescinde del uso de agua, permite reducir el impacto ambiental y devolver los residuos a la tierra mediante procesos de compostaje, cerrando así el ciclo natural y enseñando a grandes y pequeños el valor del respeto por el planeta.
Nosotros disfrutamos de un fin de semana en familia con nuestra hija Clara y nuestro hijo Arnau, junto con 3 miembros más de la familia, dormimos en la yurta Sol los 7 conviviendo con lo esencial, el entorno y la compañía.
Servicios y actividades que nutren el alma
La Mandorla ofrece una variedad de actividades centradas en la conexión con la naturaleza y el aprendizaje vivencial:
Acampadas temáticas: Durante las vacaciones escolares (Semana Santa, verano, otoño e invierno), se organizan colonias donde los niños y niñas, de 5 a 14 años, duermen en yurtas, participan en talleres de artesanía, cuidan de animales, exploran el entorno y aprenden sobre sostenibilidad.
Retiros y talleres para familias: Se programan fines de semana y estancias donde madres, padres e hijos pueden compartir actividades como yoga, biodanza, cocina ecológica y rutas por la montaña, fomentando el vínculo familiar y el bienestar integral.
Educación ambiental: A través de la experiencia directa, se enseña a los participantes sobre el respeto al medio ambiente, el uso consciente de recursos y la importancia de una alimentación saludable y local.
Valores que inspiran
La Mandorla se rige por principios de sostenibilidad, respeto y comunidad:
Autonomía y autosuficiencia: El espacio cuenta con huerta ecológica, paneles solares, baños secos y sistemas de recogida de agua de lluvia, promoviendo un estilo de vida autosuficiente y respetuoso con el entorno, además hace falta resaltar lo bien que se come en la Mandorla, cocinan con amor y mucho cariño cada alimento que la tierra y sus animales les proporcionan.
Educación libre y vivencial: Se apuesta por un aprendizaje basado en la experiencia, donde los niños y niñas son protagonistas de su proceso educativo, desarrollando habilidades prácticas y emocionales en un entorno seguro y estimulante.
Comunidad y colaboración: La Mandorla es un espacio abierto a la participación, donde se fomenta la colaboración entre familias, voluntarios y profesionales que comparten una visión común de respeto y amor por la naturaleza.
Flors Festival
Uno de los momentos más especiales del año en La Mandorla es el Flors Festival, una celebración que abre las puertas del proyecto a todas las familias que deseen vivir una experiencia única en comunidad. Durante un fin de semana primaveral, el espacio se transforma en un pequeño oasis de naturaleza, arte y conexión, donde madres, padres, niños y niñas pueden acampar bajo las estrellas, participar en talleres, disfrutar de música en vivo y compartir comidas al aire libre.
Es una invitación a parar, respirar, reconectar y celebrar la vida en un entorno cuidado y respetuoso, en el que grandes y pequeños encuentran su lugar y se sienten parte de algo más grande. Una oportunidad ideal para conocer La Mandorla desde dentro, sumarse al ambiente festivo y disfrutar del ritmo pausado y consciente que caracteriza este proyecto.