Si os gusta viajar en familia, vivir experiencias diferentes y descubrir juntos sitios interesantes, ¡sois una familia intrépida!
Y si sois una familia intrépida os interesará disfrutar de un fin de semana especialmente pensado para vosotros, montado con mimo para el placer de los peques y no tan peques.
“Família intrèpida” es un programa creado por los Albergues Costa Brava-Pirineus de Girona para disfrutar de un fin de semana lleno de actividades súper chulas, acompañados de guías locales para poder conocer el territorio, explicarnos historias y leyendas, proponernos juegos, etc.
Nosotros lo vivimos en primera persona en el Albergue Ruta del Ferro, de Sant Joan de les Abadesses (El Ripollès). “La vida a les muntanyes” es un fin de semana para estar en plena naturaleza, respirar aire puro y deleitarse con los magníficos paisajes del Pirineo oriental, además de viajar en el tiempo y despertarnos en la Edad Media…
Llegamos al albergue el viernes por la tarde. Tiempo de dejar las maletas en la habitación, instalarnos un poco y bajar a cenar. Allí conocimos a las otras familias intrépidas con las que compartiríamos la experiencia: Marta de Tot en Família, Montse de Petits Viatgers, Max de Familias en Ruta, Laia de Petits Retrats y Griselda de On anem Família + acompañantes y niños/as ¡de edades entre 5 meses y 12 años! Este albergue está plenamente integrado en el Parc de l’Estació, que es una zona de recreo natural en los pies de la vía verde. Además cuenta con zonas interiores de juego y un espacio exterior con campo de deporte y parque infantil.
Nos fuimos a descansar prontito porque el sábado bien pronto empezaba la aventura! Por la mañana después de desayunar fuimos hacia el pueblo de Sant Joan de les Abadesses dando un bonito paseo, pasando por el Pont Vell, el monasterio románico y el Palau de Alabadia, hasta llegar al Molí Petit, donde nos esperaba una monitora para hacer pan.
Mientras se cocía el pan, los peques pudieron corretear por el molino, la monitora nos explicó cómo funcionaba con la fuerza del agua y cómo vivían en la época de su pleno rendimiento. Después comida en el albergue y un poco de relax en las zonas de juego, para coger fuerzas para la actividad de la tarde: ¡paseo en bici por la Via Verda!
Todos equipados con cascos y bicis, y otros andando, hicimos un trozo del recorrido de la “Via verda del Ferro i del Carbó”, Sant Joan de les Abadesses-Ripoll. Un itinerario tranquilo, en medio de un paraje natural súper bonito. La ruta pasa por el trazado del antiguo carrilet, que subía des de Ripoll a las minas de Ogassa. Totalmente recomendable para hacer con niños, ya que el camino es muy plano y de poca dificultad.
Hicimos parada para bajar al Gorg de Malatosca, y no nos defraudó… ¡espectacular!
Volvimos hacia el albergue para descansar un poco y cenar, ya que después teníamos preparada una actividad nocturna: “Els animals de la nit”. Este juego consistió en hacer un recorrido por el camino de Plansesaigües, con las linternas y la luz de la luna, descubriendo y oyendo la fauna en movimiento. Los peques estaban cansaditos, alguno se durmió… yo me quedé en el albergue con el bebé.
El domingo nos levantamos con las pilas cargadas para seguir a tope. Nos tocaba aprender sobre la leyenda del Comte Arnau. Después de desayunar fuimos hacia el pueblo de Gombrèn. Allí nuestro guía inició la visita al museo del Comte Arnau, donde pudimos conocer la historia del castillo y de la estirpe Mataplana, una de las familias nobles más importantes de la Cataluña medieval.
Luego nos dirigimos hacia el castillo de los Mataplana, corte de trobadores y hogar del mítico Comte Arnau, según dice la leyenda. De camino al castillo, al cual se llega siguiendo la dirección hacia el Santuario de Montgrony, nos encontramos el Gorg dels Banyuts, de la riera de Garfull. Paramos para bajar y escuchar lo que nos contaba nuestro guía: ¡allí es donde el espíritu del Comte Arnau sale del infierno con su caballo negro envuelto de fuego cada noche! Los peques flipaban, ¡jajaja!
Subimos al castillo y no nos defraudó. Vistas espectaculares.
Después de jugar por las estancias del castillo a ser caballeros y princesas, nos sentamos a la sombra para comer el picnic que nos habían preparado en el albergue. Charlando e intercambiando impresiones de nuestro intenso fin de semana, un poco cansados ¡pero contentos! Vuelta a casa.
Gracias por todo Albergs Costa Brava-Pirineus de Girona! Os animo a todos a probar un fin de semana #Famíliaintrèpida, sobre todo si tenéis peques a partir de los 4 años.