Hace unos días fuimos al Museu d’Història de Catalunya para conocer un poco mejor la historia del comercio de indianas en la Catalunya del siglo XVIII, y participar también en el taller de estampación de ropa al estilo tradicional. Siempre se aprende mucho más si puedes ponerlo en práctica, y esta vez no fue la excepción.
El Museu d’Història de Catalunya ocupa el edificio Palau de Mar, única construcción conservada del viejo puerto industrial de Barcelona. Antes de iros del museo no os perdáis las vistas panorámicas desde su terraza-bar, aún no demasiado invadida por los turistas. Pero bueno, empecemos por el principio, ¿no?
Al llegar nos atendieron con mucha amabilidad y nos dieron unos adhesivos con los que pudimos echar una ojeada rápida al museo antes que llegaran el resto de participantes de la actividad familiar.
Vimos algunas maquetas e instalaciones interactivas sobre la historia de Catalunya, y nos quedamos con ganas de ver la exposición permanente del Museu en otra ocasión y con más tiempo.
El taller empezó puntual. Nuestra monitora, Elsa, nos llevó a una parte de la segunda planta del museo donde justamente se habla del comercio del siglo XVIII y del comercio de una nueva industria textil: las indianas. Mientras nos explicaba el por qué se llamaban así y de dónde procedían, Elsa nos mostró unas cuantas muestras de telas estampadas.
Las indianas son básicamente un tejido estampado con colores y vistosos motivos que marcó una época y que puso las bases de la revolución industrial.
Su popularidad, según nos contó Elsa, se debió también a su bajo coste de producción, ya que la estampación se hacía con maquinaria y no manualmente como los bordados que se hacían hasta la fecha, lo cual permitió una comercialización en amplias capas sociales. Vaya, que por fin las telas bonitas no eran sólo para ricos 😉
Y para demostrar que el proceso de estampación no era algo tan complicado, qué mejor que probarlo nosotros mismos. Así que fuimos a la sala taller donde los más peques pudieron estampar una bolsa de tela con los motivos y colores que más les gustaron. A partir de unos patrones de ejemplo, con unas esponjas aplicaban color en una especie de tampones que servían para estampar la tela. Con más o menos creatividad, con más o menos paciencia, todos nos fuimos contentos con una bolsa totalmente personalizada.
Antes de irnos, la guía nos comentó que todos los sábados hasta finales de junio realizan diferentes talleres, y la verdad es que todos parecen realmente interesantes, como el de crear tu propia noticia (éste será por defecto profesional, digo). También nos explicó que organizan actividades de verano (casals, vaya) para niños de 6 a 12 años algunas semanas de junio, julio y septiembre. Las propuestas del Museu d’Història de Catalunya nos parecen interesantes, porque… ¡se puede aprender un montón de cosas jugando!
