Este mes de octubre el MACBA despliega de nuevo el espacio permanente, donde niños y niñas de 9 a 12 años del barrio pueden experimentar con un artista. Se trata de vivir una experiencia colectiva en una zona elástica, abierta a la imaginación y con ganas de romper las normas.
Yolanda Jolis responsable de la actividad extraescolar “Los niños y las niñas del barrio” nos cuenta un poco más sobre este proyecto.
Es el tercer año que el museo propone la actividad extraescolar “Los niños y las niñas del barrio”. ¿Cómo surgió?
Surge del deseo de compartir con el barrio un nuevo espacio de experimentación abierto y flexible. Un espacio de libertad expresiva donde lo extraño, lo raro tuviera cabida, que fueran elementos desde donde trabajar juntas y nos ayudaran a explorar otras maneras de estar en el museo. Queríamos huir del espacio normativizado de la escuela y del museo, desdibujar los roles habituales de autoridad y poder, encontrarnos en una zona elástica que estuviera abierta a la imaginación y que nos llevara a mirar el mundo de otra manera.
Esta actividad destaca por trabajar con niñas y niños del barrio del Raval y artistas. ¿Por qué decidisteis estas dos premisas?
Queríamos generar nuevas relaciones con los niños y niñas del barrio, con la comunidad, sus padres y familiares. Encontrar otros tiempos de relacionarse y conocerse fuera de los formatos habituales (Programas escolares o programas familiares). Para nosotros era primordial que este nuevo espacio fuera compartido con una artista, con sus prácticas e investigaciones artísticas, con sus procesos de trabajo. Que éstas se mezclaran con los deseos del grupo y pudieran generar y contagiar nuevas formas de estar en la institución, en el museo.
Este año se estrena la artista Cristina Fraser como conductora del grupo. ¿Cuál es el proyecto que propone?
Cristina Fraser nos propone el proyecto Beyond the Spatial un proyecto de investigación-acción cualitativa para explorar las limitaciones y posibilidades de juego en el museo y su entorno. La investigación se guiará mediante un tipo de razonamiento emocional a través del cuerpo y la propia experiencia como puntos de partida.
¿Cuándo habláis de explorar las limitaciones y posibilidades del juego en el museo y su entorno, como lo haréis?
A través de una metodología dinámica que invite abrir la imaginación a inventarnos por ejemplo pruebas de pelotas que saltan, recorridos de patines, mapas de muelles o inspecciones espaciales a través de coreografías. Todas ellas atravesaran el espacio del museo y de sus alrededores disrumpiéndolos, transformándolos y provocando otra forma de relación con estos.
¿Cuál es el rasgo diferencial de esta actividad respecto a otras de carácter extraescolar?
La elasticidad del proyecto y la posibilidad de que cada participante se sitúe y participe desde el lugar que quiera y el tiempo que necesite. De poder ir lentas en los procesos intentando no constreñir lo que puede suceder en cada sesión. La idea de trabajar todos juntos en algo, de forma colectiva pero que a lo mejor acaba dando como resultado nada, únicamente el haber estado juntos. Ver la potencia de lo improductivo y de lo inútil.
¿Los niños y las niñas que se apuntan qué encontrarán?
Se encontrarán con una artista que compartirá con ellas propuestas que desbordarán los límites entre el dentro y el fuera del museo. Que provocará el pensar, experimentar y el hacer colectivo desde extrañas e inesperadas situaciones.
En esta extraescolar se potencia el trabajo colectivo y se establecen vínculos durante todo un curso escolar. De las experiencias de las dos ediciones anterior, ¿qué destacaríais en cuanto a la gestión de grupos?
Cada año ha sido muy distinto porque el grupo era muy diferente. El primer año había una energía muy fuerte que tuvimos que aprender a canalizar. Nuestros primeros planes de trabajo se transformaron totalmente y poco a poco encontramos las dinámicas y propuestas para dirigir esta súper energía hacia una propuesta común. El grupo del segundo año prácticamente desde el momento 0 generó un espacio de complicidad muy fuerte, con muchos intereses y
deseos comunes que buscamos llevar a cabo a lo largo del año.
¿Qué característica de valor aporta esta experiencia al museo?
Hacerlo más poroso, más abierto, más hospitalario, abrir muchas entradas diferentes al museo. Vivir el museo como un espacio donde estar con otras personas en procesos ajenos al consumo y a la productividad.
En qué sentido, en relación a la idea de “Museo” de los niños y las familias, y gracias a la actividad puede acontecer “un antes y uno después de…”: cambia su idea de museo?
Los niños y las niñas, y su familia por extensión se hacen el museo suyo. Cómo un lugar donde experimentar, explorar, investigar y mirar el mundo de otra manera.
Finalmente, ¿qué les diríais a los jóvenes para que se apuntaran a “Los niños y las niñas del barrio”? ¿Y qué les diríais a los padres y madres para animarlos a que llevaran sus hijos?
A todos les diría lo que el artista Robert Filliou decía: “Art is what makes life more interesting than art”. A través de este encuentro colectivo entre una artista, una educadora y un grupo de niños y niñas lo que hacemos es situarnos en el mundo desde un lugar donde poder hablar sobre él y experimentar las múltiples maneras de transformarlo.
Si queréis apuntaros es una propuesta gratuita todos los jueves a las 17h, del 17 de octubre al 28 de mayo. ¡Plazas limitadas!
