Cerca de BarcelonaEntre el Pirineo y el Llobregat ¡El Berguedà lo tiene todo!

Hace pocos días, pasamos un fin de semana inolvidable en la comarca de El Berguedà, que está a poco más de una hora en coche desde Barcelona. La verdad es que dos días nos supieron a poco, porque puedes hacer tantas visitas, aprendes tantas cosas y la gente es tan acogedora, que no nos hubiera importado quedarnos un poco más.

Cuando llegamos, no nos imaginábamos que el paisaje fuera tan frondoso ni que a orillas del río Llobregat pudiera haber tantas fábricas. En concreto, 18 colonias fabriles textiles o, lo que es lo mismo, una de las mayores concentraciones industriales del mundo. Hoy muchas de ellas son un patrimonio arquitectónico de incalculable valor, se pueden visitar y están en tan buen estado, que te permiten hacerte una magnífica idea de cómo fue la revolución industrial catalana. Así que… ¿Te animas a viajar con nosotros a principios del siglo XIX?

¡Viajeros al tren!

Pues lo primero que tienes que hacer es ponerte el casco. Sí, como lo lees. El casco es ‘obligatorio’ para entrar en la mina del Museu de les Mines de Cercs, que se conserva muy bien y tiene un museo muy didáctico que te permite saber cómo vivían las familias mineras. Además, puedes subir a un trenecito auténtico que te lleva al interior de los primeros 450 metros de una galería auténtica que tiene hasta 7 quilómetros.  Claro que, para trenecito, también les divertirá el Tren del Ciment, que une La Pobla del Lillet y el Museu del Ciment Asland (en Castellar de n’Hug), pasando por los Jardins Artigas.

El interior impresiona y recrea a la perfección lo duro que era el trabajo del minero

Aquí vive el oso Yogui

Los dueños burgueses de las fábricas se debían de ganar muy bien la vida y, para marcar su estatus, construían casas y cosas bellas, como los Jardins de Artigas. Aquí, no sabes qué es naturaleza y qué arquitectura, ya que para algo fueron bellamente diseñados por Antoni Gaudí. El genio, por eso, lo tuvo fácil para inspirarse, ya que el Berguedà es hoy una comarca tan frondosa y montañosa, que en cualquier momento pensarías que te vas a cruzar por el camino con el mismísimo Oso Yogui.

¡Todos al agua!

Si los jardines son un lujo para los sentidos, pasear desde Castellar de n’Hug hasta la Pobla del Lillet es otro: el camino por las fuentes del río Llobregat, fotografiándote delante de sus cascadas, no tiene precio. Y si quieres un plan divertido, con Berguedà Nàutic, reserva energías para un patín o un kayak en el pantano de la Baells donde a tus hijos les espera una gran sorpresa en forma de tobogán gigante.

El paseo de montaña junto al río Llobregat está muy bien señalizado, pero… Conviene tener definida la ruta para no despistarse y salirse del camino.

¡Haced muchísimas fotos!

Más aventura

Para continuar con la diversión a lo grande, acércate al Parc d’Aventures del Catllaràs, que es 100% seguro ya que está equipado con una línea de Vida Continua, para que ningún participante se pueda caer del árbol. Tampoco te puedes perder las huellas de dinosaurio del yacimiento de Fumanya, declarado Bien Cultural de Interés Nacional, donde acaban de inaugurar el Centro de interpretación paleontológico de Fumanya, para poner aún más en valor las más de 3.500 huellas de dinosaurio que cubren una de sus paredes. ¡Qué bien! Porque así tengo otra magnífica excusa para volver a El Berguedà.

Buena comida y casas rurales singulares

En general, en esta comarca se come muy bien y en cantidades abundantes. Eso sí, no te esperes restaurantes lujosos ni de diseño, ya que son masías y lugares con encanto que ofrecen comida casera. Te recomendamos:

Restaurante Refugi Quatre Cases, en Castellar de n’Hug. Gastronomía de altura y muy buen servicio, en un refugio de montaña, al lado del museo del cemento. También cuenta con alojamiento y una sala infantil de juegos. Precio medio: 18€.

Restaurante Cal Garretà, en c/ Central 7, Avià. Su especialidad son las carnes a la brasa, como el cordero. Tiene restaurante interior y exterior, en una terraza muy tranquila, con espacio al aire libre para que los niños jueguen y den un paseo por las orillas del estanque de Graugés, que está al lado, es bastante desconocido y ¡precioso! Precio medio: 18€.

Restaurante Cal Candi, en Vilada. Está a 700 metros sobre el nivel del mar, con vistas al pantano de La Baells. Cocina tradicional casera, trato familiar y parque infantil para que los niños puedan jugar cuando acaban de comer. También tienen alojamiento y casa de colonias. Menú mediodía: 16€ y, menú infantil, 9€.

El Forn de Saldes, en c/ Serra d’Ensija: establecimiento sencillo, pero muy recomendable para desayunos, con cocas caseras y bocadillos con embutidos de la zona.

Y, para dormir, la casa de turismo rural El Porxet de Cal Mianet, en Saldes. Tiene dos casas independientes con capacidad hasta para 5 y 10 personas, una ubicación rodeada de bosques, para que puedas escuchar el silencio, con excelentes vistas a la montaña del Pedraforca y a la Sierra del Cadí-Moixeró. Por si fuera poco, su dueño, Ramon, es muy hospitalario y ofrece la posibilidad de dar paseos a caballo.

Nuestros consejos:

• Si tus hijos se marean en coche, prepara bolsas y medicación o chicles anti mareo, ya que vas a pasar por muchas carreteras de curvas, que también podrían taponarte un poco los oídos.
• Mira los horarios del tren del Ciment para aprovechar el tiempo, ya que pasan a cada hora.
• Si decides caminar por la orilla del río Llobregat, ten clara la ruta. Está todo muy bien señalizado y no hay mucha dificultad, pero puedes perderte por el bosque si te despistas contemplando el paisaje o no estás acostumbrado a caminar por la montaña.
• Lleva en la maleta ropa de invierno y de lluvia. Fuimos en junio y pasamos un frío maravilloso.
• El Berguedà se visita perfectamente en un fin de semana, pero la oferta turística es tan genial que, si puedes pasar algún día más, mejorEsta crónica forma parte del programa de visita organizado por la marca Barcelona és molt més de Diputació de Barcelona y El berguedà Turisme. Las recomendaciones y opiniones aquí vertidas son independientes y basadas en nuestra propia experiencia.
  

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