¿Te ha pasado?
A mi sí. Y es que, en el centro de Sant Cugat del Vallès, entre sus calles peatonales y adoquinadas, por las que cada día pasan sus habitantes dando vida al núcleo del pueblo, se encuentra la calle Xerric (a 5 minutos de la estación de ferrocarriles y a 5 minutos del Monestir). La calle Xerric es una travesía de la calle principal, la calle Santa María. Sus adoquines, como Dorothy siguiendo las baldosas amarillas, te llevan hasta uno de sus comercios: El Pati de Llibres.
Es entonces cuando llegas al oasis del que te hablaba: cuando llegamos nos invade la sensación agradable, de confort, de alegría y de calma hogareña. El Pati de Llibres es La librería. Quizás por todos los libros ordenados, con sus coloridas portadas, por el abanico de opciones… No sé. Me gusta entrar y detenerme en el mundo de la literatura infanto-juvenil, a pesar de que paso con creces esa edad, pero lo bueno es que no hay una norma que prohiba que los adultos también disfrutemos de los dibujos, las historias y la imaginación que regalan los cuentos.
¿Eran tan bonitos los libros cuando eramos pequeñas? ¿Había rincones tan chulos como lo es el Pati de Llibres?
Y, si se respira buen rollo en el ambiente, sin duda, es gracias a Mont y Alex. Ellas son las jardineras de El Pati. Desde hace 4 años son las encargadas de sembrar la semilla por el amor a la lectura en los pequeños y no tan pequeños. Tienen la grandísima capacidad y habilidad de recomendarte El libro. Y seguro que aciertan. Sin ir más lejos te cuento que, estas pasadas Navidades, Mon y Alex ayudaron a Papa Noel en cuanto a los libros que podía traer a casa para toda la familia (¡y los estilos no podían ser más dispares!). Pues los acertaron: un libro musical para el peque de año y medio, un libro de dinosaurios para el “mayor”, un ensayo político para el padre de las criaturas y, una novela para mí. Así que, de inicio no creo que sea tarea fácil conseguir acertarlos todos.
Y si crees que todavía es pronto para pasarte porque tienes bebés en casa, tienes que saber que también hay el rincón de libros adaptados a los bebés: libros sin texto, libros sensoriales, libros musicales, etc. Además de pequeños muñecos y títeres de dedo.
Y no te pierdas los juegos educativos, las cartas, puzzles, e incluso, puzzles 3D (en casa tenemos el del T-Rex, ¡que hace 76cm!). Así que, para cualquier edad, podrán hacer las delicias entre libro y libro.
Si te curiosea el nombre del espacio, éste le viene por el patio trasero que hay en la tienda. De hecho, al entrar se ve al final de la tienda la puerta de cristal por la que entra mucha luz y, no sé si sólo me pasa a mí, pero invita a imaginarme qué otras historias pueden esconderse en el patio, es casi como el armario de Narnia.
Durante el 2020, como en otros tantos sectores, las librerías sufrieron mucho con el cierre del confinamiento. Pero, eso no ha hecho que se apague su esencia: han vuelto con fuerza, con propuestas, con novedades, con una sonrisa y con muchas ganas de lectura. Por qué, ¿qué habríamos hecho sin libros durante el confinamiento?
Y por si fuera poco: tan buen punto las restricciones lo permitan, retomarán su Club de Lectura (desde los 5 años y hasta adultos). Además de sus Cuentacuentos, dos veces al mes, para suscritores. Y los Cuentacuentos de entrada libre cada dos meses. Me parece genial que las librerías cercanas y entregadas realicen estos encuentros para que, entre todos nos divirtamos leyendo, comentando, y descubriendo qué historias hay entre líneas.
Siempre según la campaña de Navidad, Sant Jordi, etc tienen una selección de propuestas brutales. Libros de todas las temáticas, para todas las edades, con todas las novedades y con un súper surtido de historias. Por ejemplo en la Diada alrededor de la leyenda de Sant Jordi: con “caballeras” valientes, con caballeros clásicos, con princesas, con príncipes, y sobre todo, sobre todo, sobre todo, con muuuuchos dragones.
Creo que lo más difícil siempre es decidir qué libro te llevas (a nosotros nos ha llevado gran parte de la tarde y eso que los habíamos abierto todos).
Ah! Y por si fuera poco: son petfriendly.
