Al aire libreEl Arboretum: un jardín, un vivero, un bosque… ¡y mucho más!

Como escritora que soy, vocacional, me encuentro muy pocas veces sin palabras. Si no las hallo fácilmente, las busco; las persigo, las ato, las pico, las pulo… Lo que sea para explicar, describir. Lo que sea. Una historia, un hecho, lo que veo, lo que siento. Pero con el tiempo, como madre que también soy, he aprendido a simplificar. Mi vida, mi casa, mi cuerpo, mi alma. Por eso, en ocasiones como esta- la visita a un lugar tan precioso y mágico como el Arboretum de Mas Joan– prefiero callar. No decir nada (o casi). Ni sobre sus árboles monumentales, ni sobre todas las curiosas especies que alberga, ni… ¡Sssssht!

Hay sitios, historias que hay que vivirlas, sentirlas por uno mismo; en primera persona. Que te las cuenten equivale a hacer un spoiler de tu serie favorita. Es como aquella frase de Jean Piaget que dice: “lo que le enseñas a un niñ@, le impides descubrirlo por sí mismo”. Pues eso.

Así pues, comparto con vosotr@s esta recomendación con más imágenes que palabras.

Y no porqué valgan más, que no sé si es cierto, sino porque con ellas va el silencio. Así, tal vez podáis escuchar los pájaros, el viento entre las hojas, la risa de algún duendecillo, los suspiros de alguna hada o el latido de tu propio corazón…

Este es un paseo apto para familias con niñ@s de cualquier edad, parejas; ideal para encuentros de amantes del yoga, del mindfulness, de la meditación o de la naturaleza en general, y baños de bosque (esa terapia tan poco conocida aún aquí, pero tan necesaria para much@s urbanitas).

Cualquier época del año es ideal para visitar el Arboretum, así como toda la zona, puesto que el paisaje es siempre maravilloso, pero diferente en cada estación. Y los buscadores de tions ya sabéis que el mejor momento es ahora. Preguntadle a David, que él podrá deciros exactamente dónde encontrarlos 😉 Y aprovechad si venís en diciembre para visitar la Fira de l’Avet de Espinelves.

Aunque, vayáis cuando vayáis, os recomendamos comer en Els Avets (eso sí, con reserva previa): un restaurante muy acogedor, donde grandes y chicos comeréis mucho y muy bien a buen precio. ¡Y además de disfrutar del entorno (sin tener que preocuparos de dónde dejar el coche), hay un fantástico parque infantil a tres minutos!