Domingo de sol y preparativos para una salida en familia por el Raval. Nos decidimos por el espectáculo El Árbol de la vida, en la Sala Fénix, una obra de carácter simbólico dirigida a niños de 6 meses a 4 años, pero apta para todas las edades. Este domingo día 9 es la última función.
Teniendo en cuenta que somos padres de pequeños mellizos, todo plan de salida nos supone siempre mucho tiempo de preparación. Por lo tanto nuestro primer desafío de la mañana fue intentar llegar puntuales a la obra sin morir de stress por eso y para nuestra sorpresa lo conseguimos. Eso si debo confesar que el ultimo tramo hasta el Teatro fue a trote con el carrito doble por las singulares calles del Raval.
La sala Fénix nos encanto, pequeña y acogedora sirve a la vez de Galería de Arte y Teatro.
Apenas entrar ya nos encontramos con la singularidad de ver la Galería abarrotada de bebes y cochecitos, incluso la chica de la taquilla tenía a su bebe en brazos durmiendo plácidamente mientras hacia entrega de las entradas. Aparcamos nuestro cochecito doble en la galería sin ningún problema al igual que todos los demás padres. Atención para padres conductores de cochecitos gemelares, la puerta cumplía normativa y el carro entraba perfectamente (cosa que no siempre pasa en todos los lugares de Barcelona.
Enseguida ,una de las protagonista de la obra nos invito a entrar a la Sala y nos aclaro que podíamos salir tantas veces como nuestros pequeños lo necesitaran pues la obra esta pensada para facilitarles la estancia a todos.
Para disfrutar del espectáculo daban la opción sentarse en sillas o bien sobre una moqueta .Por descontado que los míos fueron directos a la moqueta.
Con una estética muy sensorial, el “Árbol de la vida” ofrece la oportunidad de experimentar con todos los sentidos y dejar volar nuestra imaginación. El espectáculo que se crea es un juego de formas, colores y sonido totalmente abstracto invitando a los pequeños a conectar con su propio imaginario.
Al cierre de la función, las protagonistas invitaron a todos los pequeños a quitarse los zapatos y pisar el blanco e impoluto escenario para disfrutar jugando con piezas geométricas de felpa. La idea era que experimentaran con las formas, texturas y colores. Los míos quedaron encantados con la experiencia y hubo que convencerlos para que devolvieran las piezas.
Como cierre de nuestro plan dominguero nos dimos el lujo de saborear un buen brunch en el Bar La Chirusa, recientemente inaugurado con mucho amor y estilo por un flamante papa proof & sus socios y el cual les recomiendo visitar.
Un planazo para compartir un domingo en familia por la ciudad!
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Gema
Vimos con la peque esta obra de teatro hace unos meses, cuando estaban en Gracia, y ……… es fantástica!! Me alegro de que haya aparecido en Mammproof :))