Me llamo Carla, soy psicóloga y psicoterapeuta, profesora y mamá de Valentina. Vivo en la periferia del barrio de Gracia desde hace 6 años y me tiene enamorada. En concreto vivimos delante del campo de futbol del Europa, club muy querido en la zona. En domingos de partido es inevitable estar un poco pendiente del marcador porque se siente la emoción desde casa. Debajo del campo está nuestro gimnasio, que desde que hay COVID realiza actividades al exterior en las que participo siempre que cuadran los horarios.
Vivir en gracia, es vivir en un pueblo dentro de la ciudad, a la distancia de un paseo puedes encontrar prácticamente todo lo que necesitas para vivir, desde una especie libanesa para cocina en El Rebost D’Orient en Milà i Fontanals a unas zapatillas ecofriendly en Lamamavaca.
De entre todas nuestras idas y venidas por el barrio, os presento una posible ruta de viernes tarde cualquiera.
Salimos de casa y vamos bajamos recto hasta Pío Pío (Valencia con Diagonal). Valentina juega de lunes a viernes por las mañanas con sus babies compañeros acompañados de Paloma. Se trata de un espacio muy cuidado y preparado especialmente para bebés de entre 6 meses y 1,5 años con un magnífico patio exterior, juguetes hechos a mano, comida ecológica, todo ello, siguiendo su ritmo y necesidades, y con mucho amor.
Saliendo de Pío Pío, vamos a comprar pan a nuestra panadería favorita: Origo. Tiene un pan que no hemos encontrado en ningún otro sitio en Barcelona. Además, la historia de su fundador denota gran pasión por lo que hace. Era un chico que trabajaba en google y lo dejó todo para entregarse al arte de la panadería. El objetivo es comprar pan, pero casi siempre salimos con alguna cosa más: un canela twist y un briox de pepitas de chocolate con un sabor sinigual o algún queso nuevo de productores artesanales.
Una de las cosas que me parecen fundamentales siempre y de manera especial en el camino de la maternidad es el autocuidado, por ello, no falta de vez en cuando nuestra visita a CLAR BARCELONA. Un centro de peluquería y estética vegano y kids friendly. “¿Qué más se puede pedir?”. Me dejo en manos de Aída y Vero que hacen del tratamiento toda una experiencia y tienen toda la paciencia del mundo cuando vas con tu bebé para que puedas atenderlo como necesites a la vez que ellas te atienden a ti. Suelen terminar con algún tipo de masaje con crema en manos, cervicales o pies o con un poco de aromaterapia y siempre lo acompañan de algún te o infusión frío o caliente en función del momento del año.
De vuelta hacia casa, saludamos a Antoine del restaurante Mantura, un sitio muy recomendable para ir a comer o cenar. Antoine nos acerca la cocina oriental al barrio Sus gyozas, xiao long bao, tataki de buey, yakisoba y como dice él cuando te trae el plato “o qui no soba” y profiteroles son todo exquisiteces que no pueden faltar, por lo que mejor ir acompañado para poder compartir y así poder probar una mayor variedad.
Entramos en La Chitarra para coger algo para cenar, ya que es viernes y no nos apetece cocinar. Aquí venden pasta fresca ecológica, burrata espectacular, parmegiana irresistible, todo un surtido de verduras a la plancha avinagradas y de postre su tiramisú sabroso, cremoso y esponjoso a partes iguales.
Si lo que te apetecen son quesos artesanos hechos en una quesería urbana, sin duda tienes que visitar Pinullet, cerca del mercado de la Llibertat. Cada semana te sorprenda con nuevas pruebas que hace el dueño, todo ello con leche cruda ecológica. Recomiendo mucho el queso fresco.
Respecto a los productos de limpieza estamos poco a poco realizando una transición a productos ecológicos. Para ello, vamos a Bio Pompas, que además está a pocos metros de casa. Llevamos nuestros recipientes vacíos y se rellenan. De esta manera reducimos y reutilizamos envases. Además, si tienes envases en casa que no utilizas puedes llevarlos para que otros puedan usarlos.
Si lo que necesitas es hacerle un detalle a alguien, bien es sabido que un libro siempre es un acierto, os recomiendo ir a ver a Albert y a Berta en la librería Atzavara, tiene todos los libros de actualidad y los clásicos de siempre, así como toda una zona infantil y varias actividades de tipo cuentacuentos que tengo ganas de probar con Valentina pero para las que aún es un poco pequeña.
Dejamos las cosas en casa y aprovechamos que ahora hay tanta luz para acabar de pasear y conectar con la poca naturaleza verde que tenemos cerca: Parc Güell. Entramos con nuestro carnet de la biblioteca o en su defecto con el número de Gaudir més y después de la cuesta y el calor asociado llega la brisa y el frescor que la sombra de los árboles da.
Vamos a la zona con columpio y tobogán infantil para que Valentina pueda gatear, subir y bajarse y con esto acabamos esta tarde viernes. Si prefieres un parque más cercano, siempre puedes optar por el de la plaça del Nord o el del Mestre Fuster, son bastante agradables los dos y hay buen ambiente.
“Vivir en gracia, es vivir en un pueblo dentro de la ciudad, a la distancia de un paseo puedes encontrar prácticamente todo lo que necesitas para vivir…”
Con esto acabamos nuestro recorrido, ¡Gracias por acompañarnos!
