NOTA: Nos han comunicado que el hotel Can Cruells cambió de equipo gestor a finales de 2014. Por esta razón, puede ser que nuestra experiencia aquí descrita sea diferente de la que podéis tener en la actualidad.
Las pasadas Navidades salimos en familia para llevar a Emma a pisar la nieve por primera vez. Nos alojamos en el hotel rural Can Cruells y nos gustó tanto que no puedo dejar de recomendarlo.
Can Cruells es un hotel pequeño (solo 8 habitaciones) situado a cinco minutos del pueblo de Planoles, en el Ripollès, muy cerca de las pistas de esquí de la Molina. Es una masía rehabilitada cuidada en todos los detalles, respetando la arquitectura y los elementos tradicionales de la casa original, tanto en el jardín como en el interior, donde te sientes como en casa.
Las habitaciones son sencillas, pero con una decoración muy cuidada que las hace muy acogedoras. Nosotros estuvimos en una que da directamente al jardín y fue perfecta para que Emma pudiera salir fuera sin que tuviéramos que sufrir.
Aunque lo que más destacaría de toda la experiencia fue el buen recibimiento y el trato amable y cercano que en todo momento nos brindó Rosa María. Adaptó el menú de la cena a nuestras necesidades y las de Emma, pudimos escoger lo que queríamos comer el día siguiente, no tuvimos ningún problema para hacer nuestros horarios “children friendly” y siempre con una sonrisa y buena disposición nos calentó leche y todo lo que hiciera falta. Su frase era: “tu no te preocupes, pídeme lo que necesites que yo te lo hago”. Una persona realmente encantadora.
El restaurante también lo lleva ella y comimos muy bien y muy a gusto. Es pequeño y cálido. Los platos están elaborados con productos autóctonos frescos de primera calidad. La cocina es casera con un toque moderno de cocina de autor. El desayuno es un buffet libre con un poco de todo: dulce y salado.
A parte de todas las facilidades y del trato amable, tienen dos salas de estar para descansar y leer y un rinconcito con libros y juguetes para los más pequeños. Como en esta época del año oscurece pronto y hace frío, nosotros lo aprovechamos y agradecimos mucho.
En los alrededores de la casa hay zonas verdes y terrazas y, para los más pequeños, son especialmente atractivos los animales de granja que tienen. Hay un cerco con dos burros y otro con gallos, gallinas y conejos. Rosa María se ganó definitivamente a Emma cuando le dió unos trozos de pan para que diera el desayuno a los burros. ¡qué contenta se puso!
Y a parte de pasar unos días en familia y disfrutar de la casa, cumplimos el objetivo de nuestra escapada: nos acercamos a las pistas de la Molina a jugar con la nieve, revolcarnos, hacer guerra de bolas y construir muñecos de nieve.
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Ver Política de Moderación de comentariosAnna
Moltes gràcies per fer-nos conèixer un lloc tan xulo!!!
César
Me apetece mucho después de pasar un mes en una mina en el Sahara de Mauritania.Gracias por tus comentarios y fotos,el sitio es acojedor y lo quiero conocer
Isa
Hemos estado este finde y confirmado, genial para ir con peques!!!
irene
Buenas, despues de leerte la verdad que apetece ir. Yo vivo en Barcelona y no lo tengo relativamente lejos, jeje. Pero mi pequeñajo hará 2 años en noviembre….para tan pequeños merece la pena ir hasta alli?.
Ya me iras contando otras saliedas que haces.
Un saludo
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pilar
Hemos estado este fin de semana animados por esta crítica y hemos vuelto encantados con la casa, el restaurante, el trato tanto de Rosa como del resto del personal. Un lugar con un “caliu” especial. Volveremos.
Maite
Lo quiero probar!! Hemos estado recientemente en Ribes de Fresser y en Nuria coincidiendo con el primer fin de semana de noviembre cuando cayó la gran nevada y queremos volver a la zona.
Quería deciros que comimos en un sitio EXCELENTE al que se llega por un desvió desde la Collada de Tosses. Es Ca l’Anna y se encuentra en Ventolà. Comida de montaña a muy buen precio con unas vistas espectaculares de las montañas. Imprescindible reservar por lo que vimos.
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Adriana
Hemos estado en Can Cruells hace una semanita, es un sítio muy chulo pero no hemos tenido acceso a lo que mencionas en el tu texto. La cena, desayuno muy bien y el personal muy amable pero fuimos con una niña de 3 años y un baby de 10 meses y literalmente pasamos frío en la habitación! Increíble pero cierto, la habitación no calentaba y fuimos a quejarnos y nos han dicho que habia horários para que funcione la calefación. Es la primera vez que pasamos frio en un hotel, hemos pasado fatal! Pero esa fue nuestra experiencia, pocas ganas de volver…