En casa somos unos apasionados del esquí. Lo practicamos desde que éramos adolescentes y estamos intentando inculcar nuestro amor por este deporte a nuestros hijos. Jorge se puso sus primeras tablas a los 3 años y Valentina sube a pistas desde que tenía dos meses. Normalmente nos movemos por la zona de la Cerdanya. Hemos pasado muchos inviernos en Llívia y ahora buscamos diferentes opciones de alojamiento para poder desplazarnos a nuestras estaciones favoritas. Con otras familias del cole hemos probado dos fines de semana de febrero y marzo el Campus Cerdanya en pleno corazón de Puigcerdà.
Se trata de un complejo orientado a deportistas y colegios, principalmente. Tiene 53 habitaciones con literas modernas y funcionales (no hay camas de matrimonio amigas). Aunque al hacer la primera reserva esperamos encontrar piscina, spa y zonas deportivas dentro de la instalación (así es como lo explican en su web) cabe decir que éstas no están en el mismo complejo, sino que son las instalaciones del Polideportivo de Puigcerdà que está a 3 minutos andando, pero que hay que pagar a parte. Campus Cerdanya tiene su gimnasio y spa propio, aunque tendréis que abonar 12 euros si queréis utilizarlo.
Hay cosas que me han gustado de este complejo y otras que mejoraría. Es un lugar ideal para ir con un grupo de amigos con hijos. Siempre encontraréis otras familias y os sentiréis a gusto, tanto en su amplio comedor como en la zona infantil, compuesta por una sala multimedia donde suelen poner películas a los peques, una ludoteca con libros, juegos y ordenadores. En el Sports Bar podéis tomar algo con los amigos mientras vuestros hijos juegan allí mismo con otros niños en los sofás de colores. Porque niños no faltan en Campus Cerdanya.
El complejo tiene otras instalaciones anexas (las que os comentaba del Polideportivo de Puigerdà) que, sobre todo, resultan interesantes en verano (momento en el que organizan campamentos). Tenéis cerca un campo de fútbol de césped natural, la pista de hielo para patinar, una piscina cubierta, otra exterior climatizada y las pistas de tenis.
Desde el Campus (es mejor llamarlo así porque no es un hotel ni me atrevería a llamarlo Resort) hacen descuentos en los forfaits de las estaciones de esquí de la zona (excepto La Molina). También ofrecen sus propios cursos de mañana para los peques y otras muchas excursiones por la zona.
No creáis que encontraréis un espacio de lujo, ni mucho menos. Más bien es un moderno centro de campamentos de invierno y verano orientado a deportistas y a familias amantes del deporte. Pensad que el comedor, en el que el personal es extremadamente amable y atento, tendréis que recogeros vosotros mismos las bandejas tras el desayuno, comida o cena. La comida es mejorable, así como los horarios. Nosotros por ejemplo, un domingo que nevó mucho quisimos volver de las pistas al Campus para refugiarnos y ya estaba el bar cerrado. En cuanto a la comida, hay dietas para personas con un régimen especial. También los platos indican mediante colores las kilocalorías a consumir.
Lo bueno de la zona es que está a dos horas de ciudades como Barcelona o Girona. Y que el paisaje del valle que se eleva desde los 900 a los 3.000 metros de altitud es, a mi parecer, uno de los más bonitos de Catalunya, con una naturaleza rica y diversa durante todas las estaciones del año. En su web encontraréis mucha información de las actividades que podéis realizar en familia: Family Camp (vacaciones con niños en agosto), clases de esquí y snowboard, actividades infantiles, servicio de canguro, trekking por la Cerdanya (Mountain Camp), entre otras. De hecho tiene una nota alta en Tripadvisor, donde podéis consultar todas las opiniones de otros viajeros como nosotros.
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