Lo encontré en mis “andanzas” por el mundo virtual, mientras paseaba por el blog de Lila Ortega (comerconlila.com). ¡Muchas gracias, Lila!
La crónica de Lila, la web del restaurante, y su galería del Flickr, desprenden un aire fresco y familiar que me llamó la atención. Así que, en un sábado en el que vi que iba a estar cerca de la plaza de la Bonanova decidí reservar una mesa para conocer el Bisi Bisau.
El lugar es pequeño (reservad mesa antes de ir), nosotros hasta nos confundimos de puerta y entramos en la puerta del bar vecino creyendo que se trataba del mismo local, pero nada más entrar, una tele a todo volumen nos indicó que no era nuestro destino final. Los teleadictos tendréis que entenderlo: ¡no estábamos preparados para comer escuchando la tele! Pero fue sólo salir del local y entrar por la puerta al lado para encontrar el verdadero restaurante que queríamos conocer.
Teo dormía en su cochecito y aunque sabíamos que ello haría con que la prueba Mammaproof no fuera lo rigurosa que deseamos que sea, no pudimos evitar la tentación de poder disfrutar de la comida tranquilamente… ¿Sabéis a lo que me refiero, verdad?
Y he aquí la crónica (con Teo dormido).
El espacio es bonito y con una gran cantidad de luz natural, que le hace bastante agradable. Aunque es pequeño, hay buena voluntad de los responsables para que no te sientas culpable por entrar con uno “trasto cochecito”. Y creo que su clientela tiene la misma filosofía, porque pese a tener el cochecito de Teo pegado a la mesa de al lado, no pareció que a sus comensales, que tenían pinta de habituales del lugar, les molestase lo más mínimo. Vale, reconozco que puede que haya sido por pura suerte… Pero la verdad es que estuvimos muy cómodos.
La comida estaba muy rica. Compartimos una ensalada de primero, y de segundo me decanté por una cazuela de pollo al curry mientras que Jordi se dejó influenciar por la misma hamburguesa que había visto en la mesa al lado.
Para terminar, cafés acompañados de sandwich de nutela.
Todo muy rico y con muy biena relación calidad-precio: salimos a unos 15 euros por persona.
El baño es pequeño pero tiene un pequeño distribuidor en el que cabría un cochecito de dimensiones normales. Tienen una trona… Muy mona… Pero sólo una, así que no olvidéis solicitarla en el momento de la reserva, si es que la necesitáis.
Y para terminar de conveceros a visitar el Bisi Bisau: el trato fue muy pero que muy bueno… Nos atendió un chico joven que quiero creer que es parte de la familia propietaria del negocio. O eso, o sus jefes tienen que agradecer mucho a poder contar con alguien tan amable: no es muy común, os lo digo con toda sinceridad.
Fue pagar la cuenta y ver los ojitos de Teo abrirse. ¿Qué hacemos? El bichito estará muerto de hambre a las 16h… Salimos del restaurante en dirección al parking de la plaza Bonanova cuando, de repente, avistamos el Buenas Migas del Passeig de Sant Gervasi. Ya está: !salvados! Pero eso ya es tema para otra crónica…
Al Bisi Bisau volveremos con Teo despierto porque me quedé con las ganas de ilustrar esta bonita crónica con su sonrisa…
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Ver Política de Moderación de comentariosMaria
Conozco muy bien el Bisibisau ya que lo frecuento muy amenudo. Estoy totalmente de acuerdo que el ambiente es muy familiar y que si vas con niños el trato es de mucha amabilidad. La comida también me gusta mucho ya que es de mercado y siempre varían mucho el menú.Sobre todo lo que me gusta es que me hacen sentir como en casa.
Bisi Bisau
Muchísimas gracias!
Os esperamos cuando queráis con el pequeño Teo nos ha hecho muchísima ilusión vuestra fantástica descripción !
Un saludo y mil gracias otra vez! 🙂
Lila Ortega
Querida Sara y a todas las mamás de mammaproof GRACIAS por citarme en este post tan bonito! es un honor en serio. Siempre estoy en vuestras paginas porque ahora ejerciendo de abuela (super joven jajaja) estoy siempre a la caza de vuestros consejos para hallar locales aptos para ir con toda la tribu y estoy feliz con vuestra ayuda. Soy absolutamente Fan de mammaprooof….
Un beso