EscapadasViajar a Verona-Pádova y Venecia con niños

Esta crónica es el resultado de nuestra última experiencia en familia viajando con mellizos de 21 meses a la zona del Veneto (Italia), a lo largo de 4-5 días.

Verona es un destino muy cómodo sobre todo si vienes desde Barcelona, puesto que el trayecto en avión dura poco más de una hora y una vez ahí, te permite visitar ciudades tan bonitas cómo son Pádova o Venecia moviéndote en tren. Trenitalia,  es el principal operador ferroviario dentro de Italia y es realmente cómodo, dispone de unos trenes amplios y confortables.

Verona

Nuestra visita por Verona empezó paseando por Castelvecchio,  la construcción militar más importante de la dinastía Scaliger que gobernó la ciudad en la Edad Media y que actualmente es un museo. Desde el puente que atraviesa el río Adige, se pueden admirar preciosas vistas de la ciudad.

Al otro lado del río, encuentras “El Parque” para niños, lo llamo así, puesto que es el único lugar donde encontramos atracciones para ellos en toda Verona,  así que vale la pena dedicarle un tiempo… eso sí, es grande y completo, pensado para todas las edades y con una bonita terraza donde tomar algo para los papás.

Siguiendo con nuestro paseo, llegamos hasta la Piazza Bra, totalmente recomendable con su anfiteatro Arena . Tuvimos la gran suerte de encontrarnos en ella, una gran feria, donde podías comprar productos típicos de toda la Italia. Así que decidimos hacer la comida degustando toda una lista de cosas ricas (arancini, porchetta, olive scolane……. )

Cerca de la Piazza Bra, se encuentran muchos lugares bonitos y cercanos que visitar, vale la pena pasear sin prisa por sus calles…Recomendaría dar un vistazo a la casa de Giulietta  con su famoso balcón, la ambientada Piazza Erbe a poco metros de ella, y al otro lado del Palazzo de Raggione y Torre dei Lamberti, una más tranquila Piazza dei Signori donde los niños pueden corretear sin peligro.

Nosotros estuvimos alojados en el B&B Il  fragolo, que aunque no está muy céntrico y necesitas coger un autobús para llegar ahí, lo gestionan un matrimonio adulto que hacen que valga la pena desplazarse….fueron amabilísimos con nosotros, cuidaron de los peques en todo momento, e incluso se ofrecieron a recogernos y a llevarnos a la estación de tren sin ningún interés al saber que veníamos con dos niños pequeños.

Pádova

Desde Verona cogimos el tren a Pádova. El trayecto es de una hora aproximadamente.

La estación en Pádova se localiza a unos 20min del centro a pie donde teníamos el alojamiento, hotel M14 *** (recomendable por su ubicación céntrica y la atención del personal, aunque las habitaciones resultan muy pequeñas y más si necesitas añadir alguna cuna…). Empezamos a recorrer la ciudad:  El centro de Pádova es muy especial….realmente bonito. Destacan sus pórticos, su silencio, sus mercados…

(Las recomendaciones que quiero hacer provienen de un buen amigo que conoce Padova a la perfección y han sido muy acertadas viajando con niños…. )

En nuestra ruta todo ello queda muy cerquita y se hace paseando sin prisa alguna.

Empezamos en Piazza del’Erbe y Piazza della frutta, ambas separadas por el magnífico Palazzo della Raggione.

En ellas se encuentran los mercados donde vale la pena curiosear y comprarse unas ricas fresas de la zona. Ambas plazas tienen sus terrazas donde tomar algo y no es excesivamente caro, vale la pena degustar un aperitivo spritz en alguna de ellas… Cerca está la calle principal  (Corso Umberto, Via Roma,…) muy agradable para caminar con los niños y llegar hasta Prato della Valle, la plaza más grande de Italia,  donde echar una siesta si se necesita y dejar que ellos corran sin peligro por el césped. En la misma plaza se encuentra la Basílica del Santo.

Para comer nos recomendaron la osteria Anfora, situada en el ghetto debajo della piazza del’Erbe, que aunque parece ser algo cara, dicen que se come muy bien, desafortunadamente nosotros la encontramos cerrada por ser festivo….y decidimos llegar hasta la “Zita”, un pequeñísimo bar del centro también recomendado donde comimos un delicioso panino (hay infinidad de opciones) acompañado de una copa de vino. Si tienes suerte en un rincón de la barra, sino en la calle, pero vale la pena. Os recomiendo el panino de porchetta….

A continuación pudimos tomarnos un tranquilo café al Pedrocchi, un histórico café en el mismo centro con una deliciosa variedad en pastelería. Consta de una parte muy señorial y otra más moderna y actual con terraza exterior de la cual nos llevamos una grata sorpresa…pues está pensada para familias mammaproof, a diferencia de lo que llevábamos visto. Dispone de tronas, área de juego y una sala cambiador con todo lujo de detalles….donde te ofrecen hasta los mismos pañales si necesitas!!!

La tarde fue perfecta para deambular por todo el casco viejo, il Duomo, la piazza dei Signori donde se encuentran buenísimas heladerías muy económicas….nosotros todavía teníamos fuerzas y nos acercamos hasta la Capella degli Scrovegni (un poquito más alejada del centro), es de pago pero merece la pena y además justo al lado tiene un bonito parque con una zona de juegos para niños. Os recomiendo que reservéis los tickets por internet .

A la hora de cenar dimos con una pizzería “Marechiaro” en el casco antiguo buenísima y poco turística a pesar de lo céntrica que está, muy apta para ir con los pequeños ya que disponen de tronas, una atención muy agradable y un precio muy aceptable (pizzas desde 5 hasta 9euros realmente buenas).

 “Escapada de un día a Venecia”

Desde Pádova nos aventuramos a coger un nuevo tren que nos llevó a Venecia en 40min por 18€ ida y vuelta los 4.

Al llegar a la estación de tren se formó un gran caos, pues empezó a diluviar…podéis imaginar la cantidad de turistas que recibe esa estación en un día festivo….no obstante la imagen era realmente impactante por su belleza……. a los pocos minutos el sol se dejó ver y todos pudimos seguir nuestro camino…cómo sólo pasábamos un día en Venecia, decidimos coger uno de los vaporettos que llega hasta Piazza San Marco haciendo recorrido por el Gran Canal,  cruzando  el famoso Puente Rialto y viendo la Punta della Dogan, es un trayecto de varias paradas (40 min) pero te permite disfrutar del trayecto como si de un crucero se tratara, una alternativa más barata y menos íntima a alquilar una góndola… Yendo con el carrito doble fue muy cómodo. Una vez atracado en la Piazza San Marco,  visitada la Basílica, el Campanile….y permitido que los niños se divirtieran un buen rato persiguiendo a las palomas, nos dirigimos con paso tranquilo de vuelta a la estación de tren, esta vez a pie.

El cochecito en Venecia no es lo mejor, pero es indispensable cuando tus hijos tienen 21 meses y decides pasar todo el día fuera…no obstante, siempre encuentras turistas amables dispuestos a ayudarte para cruzar los puentes y hay que señalar que las distancias son más cortas de lo que pensábamos.

Para comer no íbamos muy preparados ni informados, así que nos sentamos en un bar con terraza en Salizzada – c. de Nave, no brillaba por su oferta culinaria y los precios asustaban un poco…., pero hay que decir que fueron muy amables y nos calentaron sin problema la comida que traíamos lista para los niños.

Lo mejor de Venecia sin duda es perderse por sus calles, hay infinidad de rincones bonitos ….