¡Nos encanta ir con Greta y Claudia a descubrir sitios nuevos en Barcelona! Uno de nuestros grandes descubrimientos ha sido el parque de la Tamarita. Un precioso parque-jardín repleto de rincones, sorpresas, impresionantes casas, vegetación, flores, escaleras y muuuuchas fuentes. Es ideal tanto para los que quieren tranquilidad para leer un buen libro como para los niños que quieren juerga, amigos y diversión.
Está situado en el barrio de Sant Gervasi justo tocando Plaza Kenedy. Es un parque con dos caras… una serena, tranquila, silenciosa, en la que suena la canción del gorrión y otra movida, divertida, acelerada e inundada por la alegría de los niños. Esta versatilidad, es una de las cosas que más nos gustan. Si una tarde quieres estar con tu hija a solas jugando con piedrecitas, saltando por las muchas escaleras que hay, estirarte en la hierba o en un banco tranquilo a merendar puedes y si quieres jugar con cientos de niños también puedes. El parque te lo ofrece todo.
En los alrededores hay muchos colegios y cuando se acaban las clases, se convierte en el mejor lugar para que los peques quemen sus energías. Así que, si vas un día entre semana por la tarde con tus hijos, ¡¡tendrás diversión y tensión garantizada… con cientos de niños de todas las edades corriendo en todas direcciones, chillidos, lloros, risas, bailes, movimiento y mucha vida!!. Nosotras fuimos un poco antes para así poder hacer las fotos tranquilamente.
Tiene rincones para niños de todas las edades. Para los más pequeñines un espacio perfecto con tierra, tobogán y casita con cocina. Para los más mayores hay un tobogan, un castillo chulísimo, columpios, mesas de ping pong y un par de cosas más que no sabemos ni como se llaman. Y para ambos grupos, una súper esplanada para jugar al pilla pilla, fútbol, correr o hacer el payaso.
Uyyy… Y si a tu hijo le vuelven loco las fuentes, sin duda estás en el lugar idóneo. Éste se lo pasará pipa porque el parque está lleno de ellas y de todos los colores. Pero OJO que no te pille distraída… que si vas en invierno puede que la visita acabe convirtiéndose en una rápida vuelta a casa con las mangas chopas. 😉
Os invitamos a descubrir este tesoro escondido, lleno de rincones y alegría con vuestros peques. Sin duda, la tarde os pasará volando como a nosotras.
Y si a la salida tenéis hambre o hay que merendar, justo delante hay un Buenas Migas donde comer bueno y sano.